Neandertales, denisovanos y sapiens: sexo y adaptaci¨®n local
Nuevas evidencias de que los antiguos cruces entre las tres especies tuvieron consecuencias evolutivas
Estamos tan acostumbrados a ser los ¨²nicos humanos sobre la Tierra que casi no podemos imaginar un pasado en que, viajando desde ?frica hacia un mundo desconocido, lo m¨¢s f¨¢cil era encontrar por ah¨ª a otros de los nuestros, otras especies del g¨¦nero Homoque compart¨ªan con nosotros un pasado olvidado, y con las que, seg¨²n sabemos ahora, no nos importaba compartir el sue?o de una noche de verano. Sin considerarlo animalismo, y sin que nuestra l¨®gica m¨¢s profunda, la gen¨¦tica, lo viera inconveniente tampoco, puesto que de aquellos polvos han venido estos lodos que la ciencia revela ahora en nuestro genoma.
Seg¨²n la ¨²ltima investigaci¨®n de 1.523 genomas de personas de todo el mundo, incluidos por primera vez los de 35 melanesios, los neandertales se cruzaron no una, sino tres veces (en tres ¨¦pocas distintas), con diversas poblaciones de humanos modernos. Solo se libraron los africanos, por la sencilla raz¨®n de que los neandertales no estaban all¨ª. Los melanesios actuales llevan ADN de otra especie arcaica, los misteriosos denisovanos que viv¨ªan en Siberia hace 50.000 a?os, pero ni por esas se libraron de la promiscuidad neandertal: sus genomas actuales llevan las marcas inconfundibles tanto de neandertales como de denisovanos.
Y un premio de consolaci¨®n: los genes de la evoluci¨®n del c¨®rtex, la sede de la mente humana, son enteramente nuestros, de los Homo sapiens. Lo dem¨¢s parecen ser adaptaciones al clima local. Son los resultados que 17 cient¨ªficos de la Universidad de Washington en Seattle, la Universidad de Ferrara, el Instituto Max Planck de Antropolog¨ªa Evolutiva en Leipzig y el Instituto de Investigaci¨®n M¨¦dica de Goroka, en Pap¨²a Nueva Guinea, entre otros, han presentado en Science.
Seg¨²n la ¨²ltima investigaci¨®n, los neandertales se cruzaron no una, sino tres veces (en tres ¨¦pocas distintas), con diversas poblaciones de humanos modernos
Los genomas se suelen medir en megabases, o millones de bases (las letrasdel ADN, gatacca¡). El genoma humano tiene 3.235 megabases. De ellas, 51 megabases son arcaicas en los europeos, 55 en los surasi¨¢ticos y 65 en los asi¨¢ticos orientales. Casi todas esas secuencias arcaicas son de origen neandertal en estas poblaciones. En contraste, los melanesios presentan un promedio de 104 megabases arcaicas, de las que 49 son neandertales, y 43 son denisovanas (las 12 restantes son ambiguas de momento). Son solo n¨²meros, aunque dan una idea del grado de precisi¨®n que ha alcanzado la gen¨®mica humana.
Pero el diablo mora en los detalles. Las secuencias arcaicas no est¨¢n distribuidas de manera homog¨¦nea por el genoma, ni mucho menos. Hay zonas donde est¨¢n muy poco representadas, es decir, donde hay tramos de 8 megabases o m¨¢s sin una sola letra neandertal o denisovana. Estos tramos de puro ADN moderno, o sapiens, son ricas en genes implicados en el desarrollo del c¨®rtex cerebral ¨Cla sede de la mente humana¡ª y el cuerpo estriado (o n¨²cleo estriado), una regi¨®n interior del cerebro responsable de los mecanismos de recompensa, y por tanto implicada a fondo en planear acciones y tomar decisiones.
Que los genes implicados en estas altas funciones mentales est¨¦n limpios de secuencias neandertales o denisovanas no puede ser casual, seg¨²n los an¨¢lisis estad¨ªsticos de los autores. El hecho implica, probablemente, que la presencia de ADN arcaico all¨ª ha resultado desventajosa durante los ¨²ltimos 50 milenios, y por tanto ha resultado barrida por la selecci¨®n natural.
Entre los genes modernos se encuentra el famoso gen del lenguaje, FOXP2, lo que vuelve a plantear dudas sobre la capacidad de lenguaje de los neandertales. Que la secuencia de este gen sea id¨¦ntica en neandertales y sapiens se ha considerado una evidencia de que los neandertales hablaban, pero los genes son m¨¢s que su secuencia de c¨®digo (la que se traduce a prote¨ªnas): hay adem¨¢s zonas reguladoras esenciales, las que le dicen al gen d¨®nde, cu¨¢ndo y cu¨¢nto activarse. Otros genes puramente modernos son los implicados, cuando mutan, en el autismo.
Entre los genes modernos se encuentra el famoso gen del lenguaje, FOXP2, lo que vuelve a plantear dudas sobre la capacidad de lenguaje de los neandertales
Tambi¨¦n son interesantes las regiones gen¨®micas contrarias, es decir, las que est¨¢n particularmente enriquecidas en genes neandertales o denisovanos. Los genomas melanesios han revelado 21 regiones de este tipo que muestran evidencias de haber sido favorecidas por la selecci¨®n natural. Muchas de ellas contienen genes implicados en el metabolismo (la cocina de la c¨¦lula), como el de la hormona GCG, que incrementa los niveles de glucosa en sangre, o el de la prote¨ªna PLPP1, encargada de procesar las grasas; tambi¨¦n hay cinco genes implicados en la respuesta inmune innata, la primera l¨ªnea de defensa contra las infecciones.
Todo ello refuerza los indicios anteriores de que los cruces de nuestros ancestros sapiens con las especies arcaicas que encontraron durante sus migraciones fuera de ?frica tuvieron importancia para adaptarse a las condiciones locales: clima, dieta e infecciones frecuentes en la zona. Tiene sentido, desde luego.
Fueron sue?os de una noche de verano, pero vuelven ahora a nuestro encuentro, como en una buena obra de teatro cl¨¢sico.
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