¡®Stars¡¯
Un biopic pretende reducir la complejidad de una biograf¨ªa al orden racional de las emociones de ficci¨®n
Los documentales sobre m¨²sicos son un g¨¦nero en s¨ª mismo que ha cobrado en los ¨²ltimos a?os una prominencia envidiable. Lo peor es cuando remiten a la pel¨ªcula biogr¨¢fica al uso aunque conformada con material de archivo. Un biopic pretende reducir la complejidad de una biograf¨ªa al orden racional de las emociones de ficci¨®n. Y ah¨ª puedes encontrarte con la genialidad, pero muy a menudo con el fraude. Hace muchos a?os que la canci¨®n Stars, de Janis Ian, figura entre los cl¨¢sicos que mejor explican la desarmon¨ªa entre un artista y su p¨²blico. La interpretaci¨®n en el festival de Montreux de Nina Simone de esta canci¨®n, incluida su improvisaci¨®n final y su exigencia inicial para que una espectadora se siente de una maldita vez, son un hito que nadie deber¨ªa morirse sin disfrutar al completo.
Siendo como fue Nina Simone grande entre las grandes, sentarte a ver el documental producido por Netflix es un plato ansiado. Nominado para el Oscar de este a?o perdi¨® frente a la pieza consagrada a una de sus hijas espirituales en lo tr¨¢gico y lo talentoso: Amy Winehouse. Pero ambos documentales, que disfrutan de la hermosa creatividad de sus protagonistas como centro irradiador, reducen las peripecias vitales a un extra?o orden de buenos y malos, como una trama subrayada, incapaces de rendirse al abismo de complejidades tan cierto como inalcanzable de explicar. Son pel¨ªculas clarificadoras, dise?adas para explicar el suceso vital como una sesi¨®n urgente de terapia de psicoan¨¢lisis televisada.
Menos espectacular que la de Amy, pero igual de disfrutable, el documental de Nina Simone se enfrenta tambi¨¦n a la impotencia para contar sin enjuiciar, para mostrar la vida ambigua y ca¨®tica sin recomponerla como una biograf¨ªa de consumo protagonizada por la v¨ªctima. Pero Nina Simone se escapa por las costuras, torrencial, contradictoria y febril, igual que su piano se escapaba de la l¨ªnea mel¨®dica de un tema pop para viajar hacia un Bach imposible. Diagnosticada de bipolaridad, para tranquilidad de todos, su rabia respond¨ªa a la domesticaci¨®n y monetizaci¨®n del esfuerzo creativo. La mejor prueba de esta incapacidad del documental reside en el momento en que se detiene en la actuaci¨®n de Nina Simone en Montreux, a su regreso en 1976. Incapaz de ofrecer el corte completo, porque la canci¨®n Stars dura siete minutos y escapa a los est¨¢ndares asumibles por los espectadores m¨¢s superficiales, corta la interpretaci¨®n de cuajo en el montaje. Es toda una declaraci¨®n de intenci¨®n cinematogr¨¢fica. Estamos dando espect¨¢culo psicologista, no mostr¨¢ndote el pozo oscuro y tenebroso de una personalidad, dej¨¢ndolo irradiar.
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