Cuando escasea la comida, las aves ignoran los lamentos de las cr¨ªas m¨¢s d¨¦biles
Un estudio identifica en 143 especies la raz¨®n por la que atienden las s¨²plicas o al m¨¢s fuerte
El llanto de un beb¨¦ hambriento es uno de los sonidos m¨¢s inquietantes que puede soportar un ser humano. Nadie, y menos su padre o madre, podr¨ªa resistirse a atender esos lamentos. Sin embargo, las aves han tenido que aprender a ignorar las s¨²plicas de sus polluelos en funci¨®n de los intereses de la estirpe. Para un ave, sacar adelante a una cr¨ªa requiere un esfuerzo equivalente a disputar un Tour de Francia para un humano. En ese escenario tan exigente y con recursos limitados, lo m¨¢s importante es criar al menos un pollo aunque eso implique dejar morir de hambre a los m¨¢s d¨¦biles.
En un entorno impredecible y de escasez, las aves prefieren alimentar al polluelo m¨¢s fuerte para que sobreviva uno al menos. En escenarios favorables, priorizan a los m¨¢s d¨¦biles para que viva toda la descendencia
Son muchas las especies de aves que favorecen al m¨¢s lustroso de sus polluelos a la hora de repartir el alimento que consiguen en sus salidas del nido. Sin embargo, en otras ocasiones, los progenitores atienden sin demora a los peque?os que reclaman comida con m¨¢s ansia en sus chillidos. ?C¨®mo funciona el mecanismo instintivo que ayuda a las aves a tomar una decisi¨®n tan delicada sobre la vida de su progenie? Un estudio acaba de aclarar las dudas, tras comparar el comportamiento de 143 aves distintas en circunstancias diversas publicado en numerosos estudios.
La clave est¨¢ en el acceso al alimento. Hasta ahora, no se hab¨ªa encontrado, con pruebas emp¨ªricas, un ¨²nico patr¨®n que pudiera explicar todos los comportamientos de las aves frente a sus pollos, seg¨²n explican los investigadores de la Universidad de Oxford en este trabajo que publica Nature Communications. "La teor¨ªa evolutiva ha sido incapaz de explicar esta diversidad entre las especies", escriben los autores.
Los investigadores repasaron los distintos comportamientos de alimentaci¨®n de las cr¨ªas en funci¨®n de una variable: que las aves tuvieran acceso a alimento de calidad y de forma estable, es decir, que vivieran en un escenario confortable en que es f¨¢cil predecir que encontrar¨¢n m¨¢s raciones para repartir entre su prole. En un entorno impredecible y de escasez, las aves prefieren alimentar al polluelo m¨¢s fuerte para que sobreviva uno al menos. En escenarios favorables, priorizan a los m¨¢s d¨¦biles para que viva toda la descendencia.
"La teor¨ªa evolutiva ha sido incapaz de explicar esta diversidad entre las especies", escriben los autores
El estudio compar¨® a todas las especies centr¨¢ndose en el tipo de se?ales a las que atend¨ªan los padres y madres: algunas aves atienden a las s¨²plicas de hambre ¡ªlas llamadas se?ales de necesidad¡ª mientras que otras responden a se?ales visuales que indican que la cr¨ªa es la de mayor calidad y que, por tanto, tiene m¨¢s papeletas para sobrevivir. Estas se?ales visuales suelen variar desde la cantidad de ultravioletas que reflejan (m¨¢s cuanto m¨¢s grandes) hasta la coloraci¨®n m¨¢s definida y sofisticada, pasando por el tama?o de la boca. Estas cr¨ªas m¨¢s sanas garantizan que la inversi¨®n tendr¨¢ premio a largo plazo y por eso sus progenitores prefieren gastar en ellas sus recursos cuando son escasos.
En escenarios con acceso estable a buen alimento, y en especies que tienden a salvar a toda la prole, los polluelos m¨¢s d¨¦biles suplican m¨¢s y es esa la se?al que m¨¢s atienden madres y padres. Por ejemplo, los hihi de Nueva Zelanda se fijan en la calidad del color de la boca de sus pollos para premiar a los m¨¢s sanos, pero si cuentan con alimento adicional se vuelven menos sensibles a esa se?al. Del mismo modo, los vencejos reales que cr¨ªan a principios de la temporada, cuando la disponibilidad de alimento es mayor, prefieren los polluelos con menor reflectancia ultravioleta; es decir, a los m¨¢s d¨¦biles. Los vencejos que cr¨ªan m¨¢s tarde, en peores condiciones de acceso a comida, premian a los pollos con mayor reflectancia.
"Esta variaci¨®n es la raz¨®n por la que cientos de estudios emp¨ªricos sobre las llamadas de las cr¨ªas y la respuesta de los padres a¨²n no hab¨ªa dado lugar a un consenso sobre exactamente qu¨¦ informaci¨®n se transmite o c¨®mo los progenitores responden a diversas se?ales", deducen los autores, liderados por Stuart West. Y a?aden: "Nuestros resultados sugieren que esta variaci¨®n refleja diferentes sistemas de comunicaci¨®n que son estables en diferentes especies".
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