Juntos, no revueltos

La influencia del ingl¨¦s ha hecho estragos en la forma de hablar de nuestras personalidades p¨²blicas. La b¨²squeda de una forma de hablar m¨¢s ex¨®tica hace que cada vez m¨¢s gente recurra a estructuras y expresiones incorrectas, como la extendida omisi¨®n del art¨ªculo plural caracter¨ªstica del ingl¨¦s (¡°cient¨ªficos descubren¡±) o el abuso de voces en ingl¨¦s para las que existen sin¨®nimos en castellano. Lo curioso de todo es que, lejos de sonar como lo que es ¡ªuna prueba inequ¨ªvoca de la ignorancia del personal¡ª, todav¨ªa alabamos a esas personas. Siempre me he considerado afortunado de ser biling¨¹e. Sin embargo, la verdadera fortuna es serlo y, aun as¨ª, poder hablar perfecto castellano y perfecto ingl¨¦s. Juntos, pero no revueltos.¡ª Juan Sanz.