Locos
Cien d¨ªas dan para mucho. Pero Iglesias y S¨¢nchez han estado tropezando contra las paredes de sus laberintos mentales
Los desajustes entre el audio y la imagen, en el cine, proporcionan una perturbaci¨®n irritante, bien porque las expresiones de los actores llegan tarde a las palabras, bien porque las palabras llegan tarde a las expresiones. Se produce una extra?eza semejante cuando la cinta de las escaleras mec¨¢nicas del metro sobre la que apoyas la mano va m¨¢s deprisa o m¨¢s despacio que las propias escaleras. Todo lo que, debiendo coincidir, diverge, produce sorpresa. Sorprendidos, pues, nos hallamos ahora, tras una espera durante la que los contribuyentes nos hemos movido con una diligencia que ha faltado a los pol¨ªticos. O nosotros vamos muy deprisa o ustedes muy despacio. Durante los ¨²ltimos 100 d¨ªas (el invierno de nuestro descontento) se han muerto amigos y han nacido sobrinos o nietos. Hemos le¨ªdo much¨ªsimos poemas a la ca¨ªda de la tarde, hemos pasado cientos de horas frente a la tele, esperando noticias, hemos recorrido miles de metros por el parque, con el auricular de la radio en la oreja, por si de repente la realidad hubiera comenzado a moverse por arriba tambi¨¦n.
Cien d¨ªas dan para mucho. Hay gente que ha cogido la gripe y la ha soltado, ha sido Navidad y A?o Nuevo y Semana Santa y hasta el D¨ªa del Padre (se avista, de hecho, el de la Madre). Si preguntas a un carnicero, te dir¨¢ que ha servido miles de lonchas de jam¨®n de York; si a un pescadero, que ha eviscerado cientos de sardinas. ?Cu¨¢ntos rollos de papel higi¨¦nico se habr¨¢n gastado en las sedes de los diferentes partidos? Pero Iglesias y S¨¢nchez, uno en busca del otro, han estado tropezando contra las paredes de sus laberintos mentales. El mi¨¦rcoles se encontraron milagrosamente en la carrera de San Jer¨®nimo. Pero se dieron un paseo, como si no tuvieran prisa.
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