?Qui¨¦n elige tener un ni?o con s¨ªndrome de Down?
Muchas madres est¨¢n por el derecho a abortar, a¨²n siguiendo con sus embarazados a riesgo de tener un hijo con este trastorno
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El mismo d¨ªa en el que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, se quedaba tan ancho diciendo que hay una "violencia estructural" sobre las embarazadas que las empuja a abortar, leo un art¨ªculo escrito en primera persona (en ingl¨¦s) de una activista en favor del derecho de la mujer al aborto que eligi¨® seguir adelante con su embarazo pese a que hab¨ªa altas probabilidades de que su beb¨¦ tuviera s¨ªndrome de Down, como as¨ª fue.
Mis sentimientos acerca del aborto han evolucionado con la vida. Todo en el plano te¨®rico, donde es mucho m¨¢s f¨¢cil defenderlo u oponerse. De pensar "si me quedara embarazada supongo que abortar¨ªa" en los a?os de estudiante a estar bastante convencida, despu¨¦s de haber vivido con ilusi¨®n tres gestaciones, de que seguir¨ªa adelante si por accidente me embarazase por cuarta vez de un beb¨¦ sano pese a que no entra en nuestros planes. Sin embargo, cuando me cruzo con alguna familia con un ni?o con s¨ªndrome de Down o alguna discapacidad grande me entran las dudas: ?qu¨¦ habr¨ªa hecho yo? ?Habr¨ªa sido capaz de continuar con el embarazo? ?Habr¨ªa sido capaz de querer a un beb¨¦ as¨ª?
El art¨ªculo de Alison Piepmeier, publicado en el blog Motherlode de The New York Times (en ingl¨¦s) es muy interesante para romper estereotipos al respecto. Piepmeier es directora del programa de estudios sobre mujer y g¨¦nero en la Universidad de Charleston (Carolina del Sur). "Defiendo el derecho al aborto. He abortado dos veces. He bloqueado con mi cuerpo a manifestantes que intentaban impedir a mujeres entrar en cl¨ªnicas abortivas. Ense?o sobre derechos reproductivos en mis clases. Llevo una pegatina en mi parachoques defendiendo el derecho al aborto. He escrito sobre aborto y tengo cientos de correos electr¨®nicos, muchos de ellos en un tono indignado, de aquellos que no est¨¢n de acuerdo conmigo", se describe. "Tambi¨¦n tengo una hija con el s¨ªndrome de Down, y aparentemente, no es as¨ª como se espera que se comporten los activistas por el derecho al aborto".
Esta feminista cuenta que, cuando se qued¨® embarazada de Maybelle, hace cuatro a?os, le dijeron que ten¨ªa una probabilidad mayor que la media de que el feto tuviera s¨ªndrome de Down. La mayor¨ªa de las mujeres que conozco que han pasado por esa situaci¨®n se han hecho la amniocentesis para saberlo con certeza. Pero Piepmeier y su pareja decidieron no hacerlo. "Cualquier persona potencial de la que estuviera embarazada iba a formar parte de nuestra familia, no importaba c¨®mo fuera".
Estados Unidos es un pa¨ªs en el que el debate sobre el aborto est¨¢ muy polarizado, en el que las cl¨ªnicas abortistas sufren amenazas y ataques, e incluso algunos m¨¦dicos de estos centros han sido asesinados (seis desde 1994). Y tambi¨¦n, seg¨²n esta profesora universitaria, un pa¨ªs en el que el 92% de los embarazos en los que se detecta s¨ªndrome de Down acaba en aborto, en parte porque muchas veces los propios profesionales de la salud lo aconsejan. Piepmeier ha entrevistado a varias madres que conforman ese escaso 8%, con un resultado sorprendente: "Muchas de las mujeres a las que he entrevistado apoyan en¨¦rgicamente los derechos reproductivos, y han abortado en el pasado. Cuando han estado preparadas para tener hijos, han elegido seguir adelante con sus embarazos incluso despu¨¦s de que se identificase el s¨ªndrome de Down. Y est¨¢n felices con esa decisi¨®n", afirma.
Es decir, muchas no son fundamentalistas religiosas o fervientes antiabortistas. Simplemente, son mujeres que defienden el derecho a decidir cu¨¢ndo ser madres, y cuando han tomado la decisi¨®n, la llevan hasta el final, con todas las consecuencias. Otras, por supuesto, s¨ª que se oponen al aborto, como Sarah Palin, cuyo quinto hijo tiene esta alteraci¨®n gen¨¦tica. No s¨¦ c¨®mo son las mujeres que en Espa?a deciden tener a sus hijos a pesar de la discapacidad. En cualquier caso, son valientes.
Piepmeier reconoce que le entr¨® el p¨¢nico al conocer la alteraci¨®n gen¨¦tica de Maybelle. "Ten¨ªa miedo de que no pudiera caminar o hablar, de que tuviera que dejar mi trabajo, de que no fuera capaz de quererla". En definitiva, "estaba muerta de miedo porque fuera, de hecho, 'defectuosa', y que no fuera un ser humano completo". En una ¨¦poca en la que cada vez existen diagn¨®sticos prenatales m¨¢s fiables y menos invasivos, esta madre afirma que lo que necesitaba en ese momento no eran m¨¢s pruebas. "Era mejor acceso a informaci¨®n precisa sobre lo que pod¨ªa esperar como madre de un ni?o con esta discapacidad en particular. Mis miedos estaban basados en estereotipos sobre el s¨ªndrome de Down y la discapacidad en sentido amplio, y simplemente eran err¨®neos".
Esta madre concluye: "El aborto es una opci¨®n incre¨ªblemente importante para los que no est¨¢n preparados para ser padres. He abortado cuando no estaba preparada tener un ni?o en mi vida. Esos embarazos fueron accidentales, y estoy agradecida por haber tenido acceso al aborto. Tuve a Maybelle de forma intencionada, pese a los test prenatales, y estoy agradecida por ello".
M¨¢s informaci¨®n en la Federaci¨®n Espa?ola de s¨ªndrome de Down.
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