La respuesta est¨¢ en los j¨®venes
El terrorismo islamista debe tratarse como un problema social; el modelo es el plan de prevenci¨®n de la ciudad danesa de Aarhus
Tras los brutales atentados de Bruselas, hemos podido ver c¨®mo se ha sucedido una cadena de emociones en la opini¨®n p¨²blica europea. La incredulidad inicial, el dolor por la p¨¦rdida de vidas humanas y las muestras de solidaridad han dado paso a sensaciones de rabia y de preocupaci¨®n por la gesti¨®n de la crisis. Tambi¨¦n se han producido algunas manifestaciones de odio y extremismo ideol¨®gico. Es indudable que Daesh ha querido golpear el coraz¨®n de las instituciones comunitarias, y sembrar el miedo entre la poblaci¨®n belga. Se abre ahora el debate de c¨®mo debemos hacer frente a este desaf¨ªo, y de qu¨¦ analizar los fallos que han dado lugar a esta situaci¨®n. Parece claro que es necesaria una mayor coordinaci¨®n de los sistemas de seguridad de los Estados miembros en los niveles policial, de inteligencia y de defensa. La puesta en marcha definitiva del registro de pasajeros debe ser una prioridad. Sin embargo, este tipo de medidas de seguridad no van a acabar con la ra¨ªz del problema.
Desde la iniciativa My Europe nos interesa la respuesta que podemos proponer los j¨®venes ante estos acontecimientos. Consideramos que es fundamental acudir a las causas sociales del fen¨®meno del terrorismo islamista para poder erradicarlo. Recientemente ha sido difundido en los medios de comunicaci¨®n un v¨ªdeo en el que se puede ver a los hermanos Abdeslam bailando y bebiendo en una discoteca de Bruselas. Nada hac¨ªa prever que ocho meses despu¨¦s estos dos j¨®venes perpetrar¨ªan y ejecutar¨ªan con precisi¨®n la matanza que dej¨® ciento treinta fallecidos en Par¨ªs. Los hermanos Abdeslam nacieron en Bruselas y crecieron en el barrio de Molenbeek. Forman parte de toda una generaci¨®n de j¨®venes musulmanes que a pesar de haber nacido en Europa, no se ha integrado en la sociedad. Muchos de estos j¨®venes se encuentran en situaciones de marginalidad, de exclusi¨®n social y cometen delitos menores. Y algunos de ellos abrazan el extremismo radical buscando un sentido a sus vidas. Viajan a Siria, se enlistan para combatir en las filas de Daesh, son adiestrados militarmente y retornan a Europa para planear y cometer atentados terroristas.
Las medidas de vigilancia y seguridad son necesarias para prevenir futuros ataques, pero deben ir acompa?adas de pol¨ªticas de integraci¨®n que eviten la radicalizaci¨®n de los j¨®venes musulmanes europeos. El terrorismo islamista debe comenzar a tratarse como un problema social. En este sentido, es muy interesante el plan de prevenci¨®n que se est¨¢ llevando a cabo en la ciudad danesa de Aarhus. Dinamarca es, tras B¨¦lgica, el segundo pa¨ªs europeo con mayor porcentaje de j¨®venes que han viajado a luchar en Siria o Iraq (27 por cada mill¨®n de habitantes). El Modelo Aarhus ofrece a aquellos j¨®venes retornados que no han cometido delitos en Siria la posibilidad de reintegrarse en la sociedad. Tambi¨¦n trata de persuadir a los que tienen intenci¨®n de marcharse a combatir para que finalmente no lo hagan. Se basa en una extensa red de trabajadores sociales, padres, profesores, y asociaciones juveniles que alertan a la polic¨ªa cuando detectan que una persona est¨¢ en riesgo de radicalizarse. Estos j¨®venes reciben atenci¨®n personalizada y orientaci¨®n por parte de mentores y pueden acudir adem¨¢s a grupos de autoayuda. Es la propia comunidad musulmana la que trabaja para prevenir el extremismo entre sus j¨®venes.
El proyecto europeo naci¨® tras el siglo de guerras m¨¢s sangrientas que vivi¨® el continente en toda su historia. Fue un proyecto de reconciliaci¨®n y de paz
Al hilo de este ejemplo conviene destacar las palabras que pronunci¨® la Alta representante de la Uni¨®n para Asuntos exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad, Federica Mogherini, nada m¨¢s conocer los atentados de Bruselas: ¡°creemos en el Islam de la paz, la cooperaci¨®n y el di¨¢logo, que es lo que necesitamos en esta regi¨®n y en Europa¡±. Hizo estas declaraciones en Amman, acompa?ada de su hom¨®logo jordano al que abraz¨® entre l¨¢grimas al terminar la rueda de prensa.
S¨®lo fomentando la tolerancia y el respeto entre los j¨®venes podremos vislumbrar un atisbo de soluci¨®n al desaf¨ªo terrorista que se cierne sobre nosotros. El radicalismo, la xenofobia y el regreso a las reliquias nacionales no har¨¢n m¨¢s que agravar el problema. El proyecto europeo naci¨® tras el siglo de guerras m¨¢s sangrientas que vivi¨® el continente en toda su historia. Fue un proyecto de reconciliaci¨®n y de paz. Uno de sus padres fundadores, Robert Schuman, hijo de un alem¨¢n y nacionalizado franc¨¦s supo encarnar ese esp¨ªritu y defendi¨® la necesaria superaci¨®n de la ¡°oposici¨®n secular¡± entre Francia y Alemania, que diese lugar a una ¡°solidaridad de hecho¡± entre naciones.
Como reconoci¨® en un reciente art¨ªculo el escritor Antonio Mu?oz Molina, la idea de Europa no se basa en ¡°los lazos m¨ªsticos de la sangre, ni en una lengua primigenia, ni en la leyenda de una comunidad originaria. Nadie se va a llevar la mano al coraz¨®n delante de una bandera europea, ni va a dejar que le corran l¨¢grimas por la cara al escuchar su himno¡±. Sin embargo, Europa representa un horizonte, un aut¨¦ntico proyecto de futuro basado en los valores de la solidaridad, la tolerancia y la paz. S¨®lo defendiendo y poniendo en pr¨¢ctica esos valores que propugn¨® Robert Schuman podremos alg¨²n d¨ªa vencer al terror.
Nicol¨¢s Hernando de Larramendi es miembro del Youth Council for the Future
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