Judi Dench, soberana absoluta

A Judi Dench le horroriza ser etiquetada de ¡°tesoro nacional¡± de Reino Unido, pero qu¨¦ menos cuando se trata de la actriz m¨¢s respetada y al tiempo querida por los brit¨¢nicos, que, adem¨¢s, acaba de proclamarse su soberana absoluta sobre las tablas. A sus 81 a?os, la int¨¦rprete de s¨®lidas credenciales shakespearianas aunque mejor conocida entre el p¨²blico joven como la jefa del James Bond, ha conseguido el octavo premio Olivier batiendo cualquier r¨¦cord femenino o masculino en la historia de los prestigiosos galardones teatrales.

¡°He perdido la apuesta con mi nieto¡±, es lo primero que se le ocurri¨® a dame Judi a la hora de subir al podio de los Olivier gracias a su papel de Paulina en la comedia de Shakespeare El Cuento de Invierno, donde ha compartido reparto con el tambi¨¦n director y gran amigo Kenneth Branagh. Y la sorpresa pareci¨® genuina, a pesar de que Dench atesora una innumerable colecci¨®n de reconocimientos, que incluyen una estatuilla dorada de Hollywood por aparecer apenas ocho minutos en la gran pantalla encarnando a Isabel I en Shakespeare enamorado, un Tony de Broadway o un total de 10 Bafta (los Oscar brit¨¢nicos) por sus roles en el cine y la televisi¨®n.

Las obras de el Bardo?han sido sin embargo la principal fuente de sus alegr¨ªa a lo largo de una carrera de seis d¨¦cadas (¡°me gustar¨ªa interpretar una pieza de Shakespeare cada noche de mi vida¡±, dijo en una ocasi¨®n), y la raz¨®n por la que abandonara su vocaci¨®n adolescente de dise?adora teatral para enrolarse como actriz en eminentes compa?¨ªas cl¨¢sicas. Siempre pragm¨¢tica, como buena inglesa nacida al norte de Yorkshire (Heworth, 1934), sobre aquellos inicios en el Old Vic y luego en la Royal Shakespeare Company ha reconocido que ¡°el mejor momento de interpretar a Julieta es el nanosegundo en el que te ofrecen el papel¡±.

Fue en el ¨¢mbito teatral donde conoci¨® a su marido, el fallecido actor Michael Williams, al tiempo que fijaba su nombre como una de las figuras indispensables de la escena. Pero Dench siempre antepuso la vida familiar al querido oficio y en a?os sucesivos adapt¨® el trabajo a las necesidades de su ¨²nica hija Finty: primero sobre las tablas cuando la ni?a era peque?a y pod¨ªa acostarla antes de irse al teatro, y, m¨¢s tarde, primando las ofertas de televisi¨®n porque precisamente implicaban un horario a la inversa. No obstante, eludi¨® hasta los 60 a?os los papeles protagonistas en el cine, un estreno tard¨ªo pero enormemente fruct¨ªfero que se ha traducido en siete nominaciones al Oscar.

Ella misma ha reconocido que ¡°no ten¨ªa ninguna carrera cinematogr¨¢fica¡± hasta el estreno de Su Majestad Mrs Brown (1997), filme en el que interpretaba a la reina Victoria y que le abri¨® las puertas a encarar finalmente en el cine un repertorio de personajes tan diversos como los de la escritora Iris Murdoch, la manipuladora profesora de Diario de un Esc¨¢ndalo, la madre soltera a quien la iglesia de Irlanda rob¨® a su hijo (Philomena) o esa M que a lo largo de siete pel¨ªculas dirigi¨® los pasos del agente 007.

La Dench octogenaria no da signos de querer poner el freno, a pesar de haber perdido gran parte de la visi¨®n a causa de una degeneraci¨®n macular. Otros le leer¨¢n los guiones para que pueda memorizarlos, porque ella pretende seguir rodado y sobre todo regresando a las tablas que acaban de procurarle su ¨²ltima satisfacci¨®n. Ese octavo premio Oliver que ya hab¨ªa predicho el nieto de la gran dama.