Defunciones
El Gobierno transita fuera de radar en el tri¨¢ngulo de las Bermudas de la Historia
M¨¢s que en funciones, este Gobierno parece un Gobierno en defunciones. Poco a poco, un olor agrio a decrepitud se ha apoderado de estos meses de transici¨®n. Esmerada o torpemente alargados por los aspirantes, a veces parece otra de esas series de televisi¨®n que prolongan temporadas sin que pase nada nuevo. Otra reforma constitucional positiva ser¨ªa reducir el tiempo de negociaciones, porque sea el que sea, siempre se va a querer agotar hasta el final. Pero resulta evidente que el actor menos preparado para esta desmesura era el propio Gobierno. Entre medias de cumbres europeas, atentados, situaciones de crisis, nuestro presidente pasea como un zombi por las instituciones, leyendo libros de los que no recuerda el t¨ªtulo y firmando acuerdos de los que no recuerda el contenido. Mientras tanto, la corrupci¨®n en su partido comienza a devorarse a s¨ª misma. Y los corruptos y los contracorruptos se enzarzan en comisiones internas establecidas para no hacerse da?o mientras el ¨¢rbitro pita el final.
Es un triste tel¨®n para la mayor¨ªa absoluta que los espa?oles entregaron tan esperanzados. La crisis econ¨®mica result¨® ser un modo de vivir y aunque el ministro de Econom¨ªa breg¨® con seriedad para que Espa?a volviera a ser tratada como un agente financiero de fiar, su fallida elecci¨®n para presidir el Eurogrupo el pasado julio dio nuestra talla S internacional pese a la fe que le pusimos a Angela Merkel cuando sonaba a todopoderosa. En el interior, las finanzas de Hacienda funcionaron mucho peor, con revelaciones de secretos interesados y partidistas, informes a medida para sortear corrupciones y la misma pereza para atajar la fuga de divisas y la ingenier¨ªa evasora. Todo ello desplegado cuando m¨¢s se apretaba con impuestos a la clase media y a las peque?as empresas, agraviadas frente a las elusiones de impuestos de las grandes marcas.
Lo m¨¢s triste es que al esfuerzo ciudadano le responde un crecimiento del d¨¦ficit que delata la incompetencia de nuestros gobernantes. Si entras por la carretera del aeropuerto hacia Madrid ver¨¢s en la margen derecha un asentamiento de chabolas que crece junto a un hospital privado en construcci¨®n, a escasos metros de donde se derrib¨® la Pagoda del arquitecto Miguel Fisac. Qu¨¦ estampa tan expresiva. Ranchitos a la latinoamericana para recibir al visitante junto a la prepotencia de la sanidad de pago y el recuerdo por ausencia de que nuestro patrimonio art¨ªstico y cultural importa cero. El Gobierno en defunciones transita no tanto fuera de control como fuera de radar, en el tri¨¢ngulo de las Bermudas de la Historia. ?Qu¨¦ partido dan esta noche en la tele?
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