Razones para oponerse (otra vez) a los recortes
Las cifras de d¨¦ficit de 2015 no pueden utilizarse como excusa para limitar el alcance de la agenda social
Como si no hubi¨¦ramos aprendido nada, el incumplimiento del d¨¦ficit de 2015 ha vuelto a provocar las afirmaciones de rigor: el nuevo Gobierno ¡°tendr¨¢ que hacer recortes adicionales¡± en 2016 y deben tomarse ya ¡°medidas dr¨¢sticas y urgentes¡± para cumplir con la senda prevista de reducci¨®n del d¨¦ficit.
Sin embargo, estas afirmaciones no parecen tener en cuenta que la mayor¨ªa de indicadores y previsiones se?alan que la econom¨ªa se est¨¢ desacelerando, cuando ni siquiera hemos recuperado el nivel de renta de 2008 y la tasa de paro es del 21%; o que la correcci¨®n de los efectos de las pol¨ªticas econ¨®micas aplicadas desde 2010 requieren del nuevo Gobierno una intensa agenda social y un programa de inversiones p¨²blicas. Esta es la verdadera prioridad.
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Con esta perspectiva alternativa, hay al menos cinco razones para oponerse a los recortes, y seguir defendiendo un cambio en la pol¨ªtica presupuestaria que nos permita salir definitivamente de la l¨®gica de la austeridad.
En primer lugar, los datos de d¨¦ficit de 2015 contribuyen a desmontar el mito de que la recuperaci¨®n se debe a los efectos ¡°beneficiosos¡± de las pol¨ªticas de austeridad. Precisamente ha sido lo contrario ¨Cel abandono transitorio de la austeridad extrema¨C lo que ha ayudado al crecimiento, unido a los ¡°vientos de cola¡± que han llegado del exterior (BCE, precio del petr¨®leo, depreciaci¨®n del euro).
Adem¨¢s, el gasto p¨²blico del conjunto de las Administraciones permanecer¨¢ casi congelado en 2016: solo se prev¨¦ un aumento de 1.200 millones (un 0,3%), cuando en 2015 creci¨® en 3.700 millones. Esto implica una reducci¨®n de su peso en el PIB, a pesar de que en Espa?a esta ratio es 5 puntos porcentuales inferior a la media de la zona euro. Pero es que, adem¨¢s, el propio crecimiento del PIB (y por tanto de los ingresos), hacen que el d¨¦ficit p¨²blico se reduzca. Con esta cifra de gasto, si se confirmase el crecimiento previsto por el Banco de Espa?a, el d¨¦ficit se situar¨ªa en 2016 en torno al 4%, una reducci¨®n de m¨¢s de un punto. No se entiende, pues, la supuesta urgencia de los recortes, m¨¢s all¨¢ de empe?arse en el fetichismo de unos objetivos nada realistas y sin ning¨²n fundamento econ¨®mico.
En tercer lugar, nuevos recortes tendr¨ªan un coste econ¨®mico y social muy elevado. Si alg¨²n representante pol¨ªtico quisiera mantener, contra toda l¨®gica, el objetivo de d¨¦ficit del 2,8% fijado para 2016, el coste en t¨¦rminos de crecimiento y empleo ser¨ªa inasumible por la sociedad. Asumir el objetivo de d¨¦ficit que plantea Bruselas exigir¨ªa recortar el gasto p¨²blico en 20.000 millones de euros, lo que reducir¨ªa el crecimiento hasta el 1% aproximadamente, precisamente en un contexto internacional de ralentizaci¨®n e incertidumbre. Una desaceleraci¨®n de esta magnitud tendr¨ªa un fuerte impacto sobre la creaci¨®n de empleo y agravar¨ªa la situaci¨®n de las personas m¨¢s afectadas por la crisis. Generalizando, podemos calcular que por cada medio punto adicional de recorte del d¨¦ficit que pretenda lograrse con m¨¢s recortes del gasto, la tasa de crecimiento se reducir¨ªa en 0,7 puntos porcentuales.
Llueve sobre mojado. Nuevos recortes tendr¨ªan un coste econ¨®mico y social muy elevado
Debe tenerse en cuenta adem¨¢s, por otro lado, que los recortes dejan huella. Estos recortes llover¨ªan sobre mojado, y agravar¨ªan el deterioro que ya se ha producido en los a?os pasados en la financiaci¨®n de los servicios p¨²blicos fundamentales, profundizando la desigualdad en nuestro pa¨ªs. Especialmente si, como se insin¨²a, el Gobierno mantiene el foco puesto en las comunidades aut¨®nomas, que son las que prestan la mayor parte de los servicios de educaci¨®n, sanidad y protecci¨®n social. Exigirles un objetivo de d¨¦ficit imposible de cumplir sin aumentar la financiaci¨®n de estos servicios es atacar directamente el futuro del Estado del bienestar.
Por ¨²ltimo, es sabido que el problema estructural que presenta la financiaci¨®n de las Administraciones P¨²blicas radica en sus limitados ingresos. Es urgente una reforma fiscal progresiva. Tanto en relaci¨®n con el PIB como en proporci¨®n al n¨²mero de habitantes, el gasto p¨²blico es m¨¢s reducido en Espa?a que en la zona euro. Los problemas de d¨¦ficit p¨²blico provienen, por tanto, de una insuficiente capacidad recaudatoria del Estado, agravada adem¨¢s por las medidas adoptadas por el Partido Popular, como las rebajas fiscales electoralistas y una reforma laboral con graves consecuencias para los ingresos de la Seguridad Social.
Contrariamente a lo manifestado por el ministro de Hacienda en funciones o por los responsables econ¨®micos del PSOE y Ciudadanos, las cifras de d¨¦ficit de 2015 no pueden utilizarse como excusa para limitar el alcance de la agenda social, o para descartar las inversiones p¨²blicas que debe impulsar un verdadero Gobierno de cambio. Al contrario, lo que se requiere es una nueva pol¨ªtica presupuestaria que, adem¨¢s de acordar una nueva senda ¨Cm¨¢s lenta¨C de reducci¨®n del d¨¦ficit, modifique la estrategia del actual Programa de Estabilidad. En vez de mantener constante la ratio ingresos/PIB y reducir el peso del gasto en el PIB, proponemos lo contrario: mediante una reforma fiscal progresiva y una decidida lucha contra el fraude, incrementar la ratio ingresos/PIB en 3 puntos porcentuales, para asegurar el mantenimiento de la ratio gasto/PIB en su nivel actual. En suma, asegurar la reversi¨®n de los recortes y la financiaci¨®n adecuada de los servicios p¨²blicos fundamentales.
Nacho ?lvarez es secretario de Econom¨ªa de Podemos y Jorge Ux¨® es profesor de Econom¨ªa en la Universidad de Castilla-La Mancha.
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