Los 13 humanos que no necesitaban genes esenciales para sobrevivir
El an¨¢lisis de medio mill¨®n de genomas descubre a 13 personas sanas que deber¨ªan estar muertas por falta de alg¨²n gen vital; pero la ley impide identificarlas
Habr¨¢ una persona en Cuenca, Segovia o Huesca; dos en Orense, Reus o Baracaldo; 35 en Barcelona, 70 en Madrid y 1.000 en toda Espa?a. Son solo el 0,002% de la poblaci¨®n humana, pero tienen una cualidad extraordinaria y valiosa: est¨¢n sanos pese a que su genoma dice que debieron morir de ni?os. Tienen mutaciones fatales en uno u otro gen esencial, y pese a ello, de alg¨²n modo, el resto de sus genes les hace resistentes (o resilientes) a ese destino. Los cient¨ªficos est¨¢n enormemente interesados en estudiar su biolog¨ªa, pero no pueden: los compromisos de privacidad les impiden si quiera identificarlos m¨¢s all¨¢ de un n¨²mero de c¨®digo. Son una valiosa joya perfecta e inaccesible.
Las personas resilientes escapan de la maldici¨®n mendeliana que deber¨ªa haberlos matado
No se trata de meras atracciones de feria. La investigaci¨®n de estas personas resilientes conducir¨ªa con toda probabilidad a identificar las variantes gen¨¦ticas que les hacen inmunes a sus propias mutaciones fatales y, una vez identificadas esas variantes, resultar¨ªa relativamente sencillo imaginar posibles tratamientos que ayudaran a otras personas que no han tenido tanta suerte en la loter¨ªa gen¨¦tica. Es frustrante que nuestras propias leyes, dise?adas para proteger a los individuos de sus empleadores y aseguradoras, se hayan convertido en un impedimento para el progreso de la medicina.
Las enfermedades gen¨¦ticas en cuesti¨®n son las llamadas mendelianas, o monog¨¦nicas, en las que la mutaci¨®n de un solo gen produce los s¨ªntomas, por lo general muy graves o fatales. El problema con esta definici¨®n es que los estudios se hab¨ªan hecho hasta ahora con las personas que padec¨ªan la enfermedad y sus familias, y por tanto ten¨ªan un ligero sesgo conceptual: si la misma mutaci¨®n ocurriera en unas pocas personas sanas, habr¨ªa pasado inadvertida.
Y esto es lo que ha ocurrido, en efecto. Al estudiar sin sesgos medio mill¨®n de genomas (589.306 individuos, paras ser exactos), han aflorado 13 personas resilientes, que tienen una u otra mutaci¨®n mendeliana pero que se escapan, justamente, de la maldici¨®n mendeliana que deber¨ªa haberlos matado. Rong Chen, Stephen Friend y sus colegas de la facultad de Medicina del Mount Sinai en Nueva York, junto a otras instituciones y hospitales, presentan sus resultados en Nature Biotechnology.
La investigaci¨®n de estas personas resilientes conducir¨ªa con toda probabilidad a identificar las variantes gen¨¦ticas que les hacen inmunes
La gen¨¦tica mendeliana, en cualquier caso, permanece v¨¢lida al peso. Friend y sus colegas han buscado personas resilientes a 584 enfermedades mendelianas (causadas por mutaciones en 874 genes, o un 4% del genoma humano), y solo han encontrado individuos resilientes a ocho de ellas. Eso s¨ª, esas 13 personas parecen inmunes por completo a la mutaci¨®n de su gen esencial, porque los m¨¦dicos hab¨ªan comprobado que ni siquiera tienen s¨ªntomas sutiles que pudieran haber pasado inadvertidos. Est¨¢n tan sanas como pueda estarlo una persona de su edad.
El genoma de estas personas ¨Cy de otras como ellas que afloren en estudios a¨²n m¨¢s masivos¡ª ser¨ªa una valiosa fuente de conocimiento sobre esas enfermedades grav¨ªsimas, pero el proyecto se enfrenta a no menos graves obst¨¢culos legales. ¡°Los investigadores no pueden volver a contactar con la mayor¨ªa de los individuos para estudiarlos m¨¢s a fondo, debido a la falta de los formularios de consentimiento adecuados¡±, explica Daniel MacArthur, del Hospital General de Massachusetts en Boston, que no ha intervenido en la investigaci¨®n. ¡°Encontrar a los superh¨¦roes gen¨¦ticos va a requerir otro tipo de hero¨ªsmo: la voluntad de los participantes de donar sus datos gen¨®micos y cl¨ªnicos, y el compromiso de los investigadores y los reguladores de superar los abrumadores obst¨¢culos que impiden compartir datos a escala global¡±.
Se dice a menudo que la ciencia va por delante de la regulaci¨®n legal. Pero a veces es la regulaci¨®n la que se anticipa demasiado, convirti¨¦ndose en un escollo.
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