Anna Wintour y los secretos del Met

Si el equipo de Anna Wintour y el Museo Metropolitan de Nueva York no han aprendido nada del a?o pasado, a estas alturas, a dos semanas y media de que se celebre la gran Gala del Met, estar¨¢n sumidos en un caos, la exposici¨®n sin montar y la decoraci¨®n de la noche sin cerrar. Es lo que les pas¨® el a?o pasado y como recoge el documental The First Monday In May, que el mi¨¦rcoles inaugur¨® el Festival de cine de Tribeca.

La pel¨ªcula, dirigida por Andrew Rossi (Page One: Inside The New York Times), muestra al espectador la creaci¨®n de esta cita que discurre en paralelo a la exposici¨®n de moda que todos los a?os realiza el Met, una gala convertida ya en la Superbowl de los eventos sociales.

Ocho meses antes del primer lunes de mayo, fecha elegida para el evento, empiezan los preparativos. El a?o pasado la presi¨®n fue a¨²n mayor porque la exposici¨®n, China: Through the Looking Glass, era probablemente la m¨¢s ambiciosa que el museo se hab¨ªa propuesto por la dimensi¨®n, la relaci¨®n con algunos departamentos del Met y otras instituciones art¨ªsticas y por lo delicado del tema. Andrew Bolton, comisario jefe del Costume Institute, habla abiertamente de su preocupaci¨®n sobre ser tachados de racistas o colonialistas.

A Wintour, en cambio, le preocupan otras cosas. Para empezar, la lista de invitados de la gala: hay que reducirla de 608 personas a 500. Un gran quebradero de cabeza para su equipo. ¡°?Josh Hartnett?¡±, les pregunta extra?ada. ¡°?Qu¨¦ ha hecho ¨²ltimamente?¡±. El actor se queda fuera y, como ¨¦l, muchos otros nombres que la vemos arrancar del tabl¨®n de comensales.

Wintour lleva 17 a?os organizando esta velada, que se considera su fiesta particular. Ella hace y deshace, elige hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle, desde la decoraci¨®n del sal¨®n del museo donde tiene lugar la cena, hasta emparejar a dise?adores con estrellas de cine y m¨²sica. Sienta a los invitados a su antojo y no le tiembla la mano para vetar a alguien o prohibir selfies, como hizo el a?o pasado. Pero con este perfecionismo y obsesi¨®n, que ya se vio en el documental The September Issue y aqu¨ª se confirma, Wintour ha logrado recaudar en cada gala m¨¢s dinero que el a?o anterior. En la ¨²ltima, volvi¨® a romper su propio r¨¦cord, recaudando 10,6 millones de euros que van ¨ªntegros al presupuesto del Costume Institute. Y el resultado, como se ve en las ¨ªntimas im¨¢genes finales de la pel¨ªcula ¨CGeorge y Amal Clooney poni¨¦ndose rom¨¢nticos; Beyonc¨¦ bailando Rihanna¡­¨C, es la gran fiesta a la que todo el mundo quiere acudir.

¡°En el mundo en el que trabajamos, necesitas la mezcla de arte y comercio. Necesitas ambos. Si hay demasiado de uno o de otro no funcionar¨ªa. Ambos tienen que ir de la mano¡±, dice Wintour en el documental refiri¨¦ndose a la moda, pero tambi¨¦n aplicable al gran negocio que ha hecho de la Met Gala.

Pero Baz Luhrmann, director creativo de la ¨²ltima cita, dice que para Wintour, cuyo fuerte car¨¢cter ¡°es una armadura¡±, pesa m¨¢s el lado cultural del evento. De ah¨ª que el documental, adem¨¢s de desvelar los secretos de esa gran fiesta, intente responder a la pregunta de si la moda es arte y tiene cabida en un museo. A lo que todos los entrevistados, desde Galliano a Lagerfeld, responden con un s¨ª rotundo. Y la prueba irrefutable es el ¨¦xito de las exposiciones del Costume Institue en el Met, sobre todo, desde que la dedicada a Alexander McQueen marcara un antes y un despu¨¦s. China: Through the Looking Glass, con sus m¨¢s de 800 mil visitantes, ha sido la primera en superar a la McQueen.

Este a?o, con un tema tan actual como la influencia de la tecnolog¨ªa en la moda, esperan superarse de nuevo. Para eso, Wintour tendr¨¢ que sacar de nuevo la artiller¨ªa pesada para preparar una fiesta que sea el mejor anuncio de la exposici¨®n. El pr¨®ximo 2 de mayo se desvelar¨¢ el trabajo de los anteriores ocho meses. Por ahora, juega fuerte con Taylor Swift como una copresidenta de la gala y a quien la editora de Vogue USA ha dedicado la portada de su ¨²ltimo n¨²mero