Ropa para la nostalgia
Las referencias a la cultura televisiva y al cine de los noventa, presentes en las piezas clave de la temporada
Melena corta con flequillo recto, grandes gafas de pasta, cuello abrochado hasta el ¨²ltimo bot¨®n y profusi¨®n de estampados folcl¨®ricos sin orden ni concierto: cuando las modelos del desfile de Gucci para el pr¨®ximo oto?o comenzaron a recorrer la pasarela, muchos buscaron el origen de aquella referencia lejanamente familiar. No tard¨® en aparecer: el atuendo de la modelo evocaba el recuerdo de La mujer del le?o, aquel exc¨¦ntrico personaje secundario de Twin Peaks que aparec¨ªa en escena siempre abrazada a un pedazo de madera. Una vez encontrada, la referencia no desentonaba del todo; no en vano Alessandro Michele, director creativo de Gucci, hab¨ªa jaspeado la colecci¨®n con peque?as dosis de nostalgia pop, declaraba su admiraci¨®n por David Lynch y reivindicaba la est¨¦tica cinematogr¨¢fica. Y en eso, m¨¢s que en su culto al estampado, reside su principal conexi¨®n con una de las grandes tendencias.
El cine y la televisi¨®n de los noventa, de plena actualidad gracias a las nuevas entregas de Expediente: X, Twin Peaks o Terminator, ha irrumpido en el imaginario de las grandes firmas, que se unen a la fiebre por el revival a trav¨¦s de homenajes m¨¢s o menos obvios. En una de las colecciones claves de la temporada, la de la firma Vetements, se colaba una sudadera oversize estampada con la escena culminante de Titanic (1997), la pel¨ªcula que para muchos simboliza la faceta m¨¢s edulcorada de los noventa. La m¨¢s oscura, recib¨ªa un homenaje en las m¨¢scaras del desfile de Gareth Pugh, a lo Hannibal Lecter en El silencio de los corderos (1991).
La cita pop parece haberse convertido en una estrategia infalible en una ¨¦poca en que la nostalgia se ha consolidado como una fuerza motriz de la industria. Jeremy Scott, que ha basado la mayor¨ªa de sus colecciones para Moschino en la revisi¨®n ir¨®nica de los iconos del consumo, ofrece esta temporada bolsos estampados con las protagonistas de la serie de animaci¨®n Las Supernenas (1998-2005) y piezas en las que Mario, el bigotudo fontanero en torno al que gir¨® la saga de videojuegos Super Mario Bros (Nintendo), se convierte en Super Moschino. Ante estas referencias, el cr¨ªtico Angelo Flaccavento bautizaba a Scott como el ¡°Andy Warhol de la moda¡±. ¡°Le gusta apropiarse de la estridente banalidad de la cultura americana y elevarla a la categor¨ªa de arte¡±, sentenciaba.
?l no es el ¨²nico. Tambi¨¦n la moda m¨¢s accesible recurre a estrategias similares. Deerdana, una firma c¨¦lebre por sus camisetas serigrafiadas con ilustraciones de personalidades contempor¨¢neas, ha incluido recientemente en su cat¨¢logo dise?os dedicados a deidades del firmamento noventero como Lynch o Marilyn Manson. Al mismo tiempo, las webs especializadas en analizar el aspecto de estrellas como Rihanna o Kim Kardashian desempolvan sus viejos VHS y documentan la evoluci¨®n estil¨ªstica de Dana Scully en Expediente X o de las protagonistas de Las chicas de oro (1985-1992). Conscientes de que toda moda es la reinvenci¨®n de un estilo del pasado, los cr¨ªticos detectan en los pantalones de cintura alta, las ri?oneras y las bandanas de Salvados por la campana (1989-1993) el origen de algunas de las prendas clave de la temporada, y ubican en las camisas de cuadros y los pantalones estrechos de Trainspotting (1996) la inspiraci¨®n para las colecciones de Saint Laurent y Raf Simons.
?Reflejan estos elementos un cambio en el gusto o solo una tendencia m¨¢s? ¡°Vivimos un revival de los noventa simplemente porque es lo que toca¡±, sostiene Juli¨¢n Almaz¨¢n, experto en cultura pop y autor de la web Teenage Thunder, que subraya que esta nostalgia es, ante todo, selectiva. No todo se recupera. ¡°No hay m¨¢s que ver c¨®mo iban vestidas las Spice Girls o los personajes de Buffy Cazavampiros¡±, a?ade. Puede que otra cuesti¨®n de fondo sea la eterna fascinaci¨®n por lo que ha quedado obsoleto. Si bast¨® dejar de producir discos de vinilo o recambios para c¨¢maras Polaroid para que estos formatos anal¨®gicos volvieran al mercado, algo similar sucede en el mundo de la moda. En una paradoja propia de esta industria, la obsolescencia podr¨ªa ser la clave definitiva del ¨¦xito.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.