Bajas obligatorias por maternidad y paternidad

La ciudad de San Francisco acaba de convertirse, otra vez, en uno de los municipios m¨¢s progresistas de Estados Unidos. Se ha convertido en pionera en apoyo a padres. A partir de 2017 ser¨¢ obligatorio que tanto padres como madres tengan seis semanas con sueldo pagado para cuidar de su beb¨¦. La idea es que no se resienta la econom¨ªa familiar y la nueva criatura cuente con toda la atenci¨®n. San Francisco fue pionera a la hora de implantar d¨ªas de enfermedad sin perder salario, as¨ª como sanidad universal para todos los habitantes, trabajen o no, tambi¨¦n para turistas.

Aunque la noticia se ha acogido con optimismo son varios los hechos que aten¨²an su efecto. San Francisco, cada vez m¨¢s, no es una ciudad para familias. El alto precio del alquiler es un impedimento. Los apartamentos son en muchas ocasiones inaccesibles. En el caso de los de una habitaci¨®n el precio medio es de 3.500 d¨®lares. En los de dos, sube a 4.800. Dif¨ªcil para un n¨²cleo familiar. El nivel de las escuelas primarias y secundarias del distrito est¨¢ lejos de ser el deseable. As¨ª que lo habitual es que tan pronto como se tienen planes para ser padres, se haga mudanza a la otra orilla de la Bah¨ªa, donde los precios son m¨¢s asequibles, o al sur, en pleno Silicon Valley, con Palo Alto, Atherton, Cupertino y Mountain View con los mejores centros educativos, pero rentas muy similares.

Otro efecto que comienza a comentarse es la posible p¨¦rdida de startups. Desde que Twitter se estableci¨® en uno de los edificios de la zona m¨¢s deprimida de la calle Market, la zona se ha convertido en un vivero de startups. Zenefits, IMGUR, Quip son solo algunos de los vecinos. Acostumbrados a contar con empleados en la veintena, entusiasmados con la misi¨®n de cambiar el mundo, que pasan all¨ª gran parte de su tiempo.Pero la paternidad se ve, de manera callada, como una p¨¦rdida de competitividad. Mucho peor si adem¨¢s tienen que pagar seis semanas de salarios muy altos, sin que el empleado vaya. Los inversores vaticinan un ¨¦xodo de peque?os negocios online hacia las ciudades colindantes.