Difundir datos de los contribuyentes es causa de delito
Lo que se espera de la Agencia Tributaria es que investigue si hubo filtraci¨®n de las actuaciones contra Aznar y quien fue el responsable directo
Cualquiera dir¨ªa que siendo Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar del cuerpo de inspectores fiscales conocer¨ªa al dedillo los l¨ªmites que no puede traspasar en los apa?os fiscales aplicados a sus propias rentas. Tendr¨ªa que saber, por ejemplo, que si pretende convertirse en persona jur¨ªdica para que sus rentas sean gravadas por el impuesto sobre sociedades (m¨¢s bajo que el de IRPF) tiene que demostrar que la sociedad donde coloca sus ingresos (en este caso Famaztella, Familia Aznar Botella, otro destello de su divertido ingenio) presenta alg¨²n rastro de actividad; vamos, que los ingresos no sean personal¨ªsimos y hay alguna raz¨®n mensurable para separar la actividad de la sociedad de la actividad de la persona. Pues no, Aznar o no lo sab¨ªa o no cay¨® en la cuenta. Cuentan los confidenciales que Hacienda inspeccion¨® Famaztella y no encontr¨® tal justificaci¨®n, as¨ª que la Agencia Tributaria impuso un correctivo econ¨®mico al expresidente.
Cualquiera dir¨ªa, adem¨¢s, que siendo Aznar inspector fiscal y expresidente de Gobierno y habiendo propinado fil¨ªpicas sin cuento sobre la obligaci¨®n de los ciudadanos de pagar impuestos, se habr¨ªa resistido a la chapuza (llamarlo ingenier¨ªa parece excesivo) de pasar de persona f¨ªsica a persona jur¨ªdica; pues tampoco. Conste que las apelaciones a la ¨¦tica fiscal deben sonar a rancio en los o¨ªdos de dirigentes que se han construido mundos particulares con reglas financieras o tributarias de excepci¨®n despu¨¦s de comprobar que pod¨ªan hacerlo con impunidad. R¨¢bulas superdotados, cohortes de cuadros de los Gobiernos del PP y del propio partido se han dedicado a destruir cualquier atisbo de ¨¦tica social y profesional por el m¨¦todo de distinguir entre legalidad y legitimidad y atenerse s¨®lo a la primera.
Dicho lo anterior, con la convicci¨®n elemental de que Aznar, maestro desde el poder en confundir prejuicios con principios, no est¨¢ exento de pagar impuestos ni tiene el privilegio de la impunidad tributaria, lo m¨¢s escandaloso del incidente Aznar hay que buscarlo en la desenvuelta filtraci¨®n del prontuario fiscal del expresidente. La impunidad con que se difunden datos fiscales una y otra vez, sin que la Agencia Tributaria o su jefe pol¨ªtico (Crist¨®bal Montoro) vean en ello un delito en curso, produce la misma estupefacci¨®n que observar a un tigre de Bengala recitando The Waste Land. La administraci¨®n popular de la Hacienda p¨²blica nunca ha rebasado el nivel del esperpento y en los peores momentos ha rozado lo rufianesco. Se han filtrado declaraciones de renta ¡ªcomo la de Esperanza Aguirre¡ª o informes pedidos por jueces y se ha rega?ado a la oposici¨®n como si fueran evasores. Ahora resulta que al t¨®tem de la curva (de Laffer) y cancerbero de las esencias de G¨¦nova tambi¨¦n se le aplica la pena de difusi¨®n de sus pecados fiscales.
Lo que se espera de la Agencia Tributaria, responsable de custodiar la informaci¨®n fiscal, es que abra y lleve a buen t¨¦rmino un expediente para investigar la filtraci¨®n. La Agencia se ha convertido en un artefacto de disuasi¨®n o de ajuste de cuentas dentro y fuera del PP; y est¨¢ fuera de control. El envilecimiento no puede ni debe llegar m¨¢s lejos.
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