El lugar de residencia puede costar a?os de vida en Estados Unidos
La geograf¨ªa juega un factor m¨¢s importante en la esperanza de vida cuantos menos recursos tenga el ciudadano
En algunas ciudades de Estados Unidos, la pobreza resta a?os de vida. Un estudio reciente ha demostrado que el lugar de residencia es uno de los factores que influyen en la esperanza de vida de los ciudadanos, como el nivel de ingresos o de educaci¨®n, y que resulta m¨¢s letal cuantos menos recursos tiene una persona.
Los hombres que se encuentran entre el 5% de su grupo de poblaci¨®n con menos ingresos en la ciudad de Nueva York viven cinco a?os m¨¢s que el mismo grupo en Gary (Indiana). En Birmingham (Alabama) la esperanza de vida de los m¨¢s pobres ha mejorado al mismo ritmo que la media del pa¨ªs desde el a?o 2000. Pero la suerte es distinta en Tampa (Florida) donde no s¨®lo no se mantiene estable sino que los ciudadanos con menos recursos han perdido 2,2 a?os en esperanza de vida.
La riqueza sigue siendo el factor que m¨¢s influye en la disparidad entre los a?os que viven los ciudadanos con mayor y menor esperanza de vida, seg¨²n la Universidad de Stanford. Pero el estudio realizado por uno de sus economistas, Raj Chetty, ha sido la primera examinar c¨®mo la relaci¨®n entre el nivel de ingresos y la esperanza de vida var¨ªa de una regi¨®n a otra en Estados Unidos.
El trabajo, desarrollado durante los ¨²ltimos tres a?os y cuyos resultados han sido publicados esta semana en The Journal of the American Medical Association, encontr¨® que, a los 40 a?os, el 1% de los estadounidenses m¨¢s ricos pueden contar con vivir hasta los 87, mientras que el 1% m¨¢s pobre vivir¨¢ 15 a?os menos. Es decir, su esperanza de vida es la misma que la del ciudadano medio de un pa¨ªs como Sud¨¢n, 72 a?os.
En el caso de las mujeres, las m¨¢s ricas tienen una esperanza de vida de 89 a?os, en comparaci¨®n con 79 a?os para las que viven con menos ingresos. Esa d¨¦cada de diferencia que marca la riqueza es la misma que existe entre una mujer que ha fumado durante toda su vida y otra que no. Los ricos, adem¨¢s, han ganado de media tres a?os de vida en el ¨²ltimo siglo, independientemente de su lugar de residencia.
La diferencia entre ricos y pobres no solo creci¨® entre 2000 y 2014, tambi¨¦n empeor¨® para los ciudadanos con menos recursos en lugares espec¨ªficos. Seg¨²n el autor del estudio, la influencia del lugar de residencia en los a?os de vida es mayor cuanto menos ingresos tengan las personas. El trabajo de Chetty ha ayudado a dibujar un ¡°cintur¨®n¡± en Estados Unidos que abarca la regi¨®n donde la localizaci¨®n geogr¨¢fica juega en contra de la esperanza de vida y que incluye a los Estados de Ohio, Indiana, Kentucky, Tennessee, Arkansas, Oklahoma, Michigan y Kansas.
Los malos h¨¢bitos de salud, la falta de ejercicio y factores como la obesidad tambi¨¦n contribuyen a reducir los a?os de vida de los estadounidenses en esa regi¨®n. Pero, frente la influencia m¨¢s esperada de estos factores, los investigadores pueden haber encontrado respuestas a otro dato m¨¢s sorprendente: los ciudadanos con menos recursos viven m¨¢s a?os si residen en ciudades como Nueva York o varias localidades de California (seis de ellas se encuentran entre las diez donde los hombres pobres viven m¨¢s a?os), a pesar de que all¨ª la desigualdad en t¨¦rminos de riqueza se ha disparado en la ¨²ltima d¨¦cada. La geograf¨ªa, en este caso, juega a favor de los ciudadanos porque sus autoridades han implementado pol¨ªticas que favorecen a la salud de los ciudadanos, como la prohibici¨®n de fumar en lugares p¨²blicos.
Los autores del informe aportan un dato que ayuda a comprender el impacto de estas medidas. Seg¨²n el Centro de Control de Enfermedades (CDC), si se eliminase el c¨¢ncer entre las causas de muerte de los estadounidenses, la esperanza de vida de los ciudadanos aumentar¨ªa s¨®lo tres a?os. La pobreza le puede costar hasta cinco a un estadounidense. Seg¨²n la investigaci¨®n de Stanford, la situaci¨®n se puede revertir si, adem¨¢s de luchar contra la desigualdad econ¨®mica, los l¨ªderes pol¨ªticos adoptan medidas que mejoren la salud de los ciudadanos, no solo de sus bolsillos.
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