Los gestos de Montoro

Con el trazo grueso que le caracteriza, el ministro de Hacienda en funciones ha dado dos pasos tard¨ªos e insuficientes para responder a las cr¨ªticas de Bruselas por el incumplimiento del objetivo de d¨¦ficit y a la rebeli¨®n de las Comunidades Aut¨®nomas, contrarias a cumplir el nuevo dictado de ajuste dr¨¢stico propuesto por Crist¨®bal Montoro. El recorte del gasto en 2.000 millones para el ejercicio de 2016 parece un amago para demostrar que el Gobierno est¨¢ ¡°haciendo algo¡± en materia presupuestaria que justifique la pr¨®rroga de un a?o solicitada a la Comisi¨®n para cumplir con el objetivo de d¨¦ficit. Pero donde se demuestran las dificultades de este Gobierno para articular una pol¨ªtica presupuestaria pactada con los agentes pol¨ªticos es en el fiasco de la reuni¨®n del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera. Las autonom¨ªas no aceptan ya las instrucciones de un gobierno caducado, que ha entendido siempre la relaci¨®n con las autonom¨ªas como un ejercicio de ordenar y mandar.

Abrumado por la reprimenda europea, Hacienda ha impuesto un l¨ªmite de d¨¦ficit del 0,3% a las Comunidades. Un ajuste de semejantes proporciones es inasumible por los gobiernos auton¨®micos. Las Comunidades est¨¢n mal financiadas (es urgente cambiar el modelo de financiaci¨®n) y tampoco quieren cargar con la responsabilidad pol¨ªtica del fracaso. El Gobierno (responsable del desbordamiento del d¨¦ficit de la Seguridad Social y de una rebaja esperp¨¦ntica de impuestos) se ha desentendido de la vigilancia del d¨¦ficit auton¨®mico y, adem¨¢s, es muy probable que los beneficios del descenso de los intereses de deuda no se hayan repartido con equidad entre el centro y la periferia. La amenaza de cerrar el grifo del Fondo de Liquidez a las autonom¨ªas incumplidoras carece de sentido; este Gobierno no ser¨¢ el que redacte el nuevo Presupuesto. La ra¨ªz del desajuste de las cuentas auton¨®micas est¨¢ en la falta de compromiso con la estabilidad financiera. Esta tibieza, cuando no hostilidad, es un problema pol¨ªtico que Hacienda (la del nuevo Gobierno, porque el actual no da m¨¢s de s¨ª) tiene que resolver con negociaci¨®n pol¨ªtica y no con modales ordenancistas.