Llevar la agenda internacional del desarrollo a los barrios
Los expertos creen que la sociedad puede ayudar a difundir los Objetivos Desarrollo Sostenible
¡°Solo el 15% de la poblaci¨®n mundial conoc¨ªa los los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)¡±. Este dato, que avanza Jos¨¦ Antonio Alonso, director del Instituto Complutense de Estudios Internacionales, ilustra el reto que afrontan los Gobiernos y organizaciones sociales que han participado en la puesta en marcha de esta agenda internacional. En el mejor de los casos, llega a los o¨ªdos de la ciudadan¨ªa como un pacto firmado en un despacho. Superar esta brecha, sin embargo, no es una misi¨®n imposible, seg¨²n los expertos reunidos en la conferencia Acercando los ODS a los ciudadanos. El compromiso de Europa con la Agenda 2030, que el think tank CIDOB celebr¨® la semana pasada en Barcelona con el apoyo de Europe for Citizens, programa dedicado a reforzar la participaci¨®n ciudadana en la UE. Los investigadores creen que la sociedad civil puede ayudar a movilizar e informar a la sociedad. Y, si es necesario, obligar a aquellos Ejecutivos que sean poco proactivos a rendir cuentas.
?Por qu¨¦ es importante la participaci¨®n de la sociedad civil? El conocimiento ¡ªy cumplimiento¡ª de la Agenda 2030 mejorar¨¢ si los Gobiernos asumen el liderazgo y sit¨²an el desarrollo sostenible en el centro de su labor, impregnando la labor de todos los ministerios. Algunos Ejecutivos, como el franc¨¦s o el alem¨¢n, ¡°se han brindado a ser evaluados en el cumplimiento de sus objetivos¡±, apunta Alonso. Estos compromisos ayudaran a que la poblaci¨®n conozca los ODS. Y a que reaccione en el caso de que no se cumplan. Cuando no se da este compromiso, sin embargo, lo que era un c¨ªrculo virtuoso se torna en uno vicioso: ¡°En Espa?a asumir¨¢ la responsabilidad la Secretaria de Cooperaci¨®n Internacional, que depende del Ministerio de Exteriores, que no es central¡±. En estas condiciones, ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil que la acci¨®n gubernamental contribuya al desarrollo sostenible. Y que la ciudadan¨ªa cuente con la informaci¨®n que necesita para reclamar una actitud proactiva. Una sociedad civil fuerte, sin embargo, puede romper con esta din¨¢mica.
Rafael Grasa, presidente del Instituto Catal¨¢n Internacional para la Paz, es categ¨®rico: ¡°Sin opini¨®n p¨²blica y movimientos sociales, es imposible lograr la movilizaci¨®n¡±. Para contribuir al cambio, sin embargo, la sociedad civil debe trabajar unida. Y debe tender puentes con la empresa privada, avisa Grasa, ante el papel de esta en la aplicaci¨®n de la Agenda 2030.
Las ONG deben sumar esfuerzos entre ellas y con el sector privado, para realizar su labor de monitorizaci¨®n
Ejemplos no faltan. Grasa cita el caso del Global Compact, iniciativa de Naciones Unidas dedicada a promover la responsabilidad social corporativa ¡ªsuma 8.610 empresas de 163 pa¨ªses¡ª. O la Fundaci¨®n Ideas para la Paz en Colombia: ¡°Naci¨® de un grupo de empresarios con inter¨¦s por saber c¨®mo poner fin al conflicto [con la guerrilla de las FARC]. Ahora tiene un funcionamiento aut¨®nomo¡±. Giovanni Camilleri, coordinador de la Iniciativa Articulaci¨®n de Redes Territoriales para el Desarrollo Humano Sostenible del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, recuerda que organizaciones como la Red Global de Ciudades y Gobiernos Locales (UCLG, en sus siglas inglesas) ya est¨¢n tratando de trasladar a la poblaci¨®n los ODS, ¡°con las ciudades y los Gobiernos regionales¡±.
El binomio entre sociedad civil y Ayuntamientos puede ayudar, precisamente, a generar ¡°una estrategia emocional¡± que haga sentir a la ciudadan¨ªa la importancia de la Agenda 2030, apunta Camilleri. La raz¨®n es sencilla: ¡°El ciudadano sufre o se beneficia de situaciones a 10.000 o 15.000 kil¨®metros de distancia¡±. Y los municipios y las asociaciones locales pueden conectar a la poblaci¨®n con problemas que escapan su marco m¨¢s pr¨®ximo. Los ayuntamientos, porque deben responder a las quejas de los vecinos. Las asociaciones, porque ejercen de puente entre el ciudadano y la administraci¨®n. Cita el caso de Indonesia: ¡°Se han creado comisiones con los municipios y la sociedad civil para llevar a la pr¨¢ctica los ODS¡±.
Sin embargo, varios obst¨¢culos pueden dificultar el papel del ¨¢mbito asociativo. Pau Vidal, coordinador del Observatorio del Tercer Sector, avisa de la dificultad de ¡°crear objetivos compartidos¡±, por la tendencia de cada ONG a centrarse en su ¨¢mbito de trabajo tradicional. Los recursos, por otra parte, suelen escasear. O proceden de fuentes que lastran su independencia, como Estados, Organizaciones internacionales o iniciativas empresariales.
La colaboraci¨®n entre ayuntamientos y sociedad civil puede ayudar a cercar los ODS a la ciudadan¨ªa
Para sortear estos escollos, Vidal aboga por que las ONG coordinen esfuerzos, aprovechando los ¡ªescasos¡ª recursos de los que disponen. Asimismo, la b¨²squeda de otras formas de financiaci¨®n, a¨²n basadas en las contribuciones ciudadanas, deber¨ªa ser una obligaci¨®n. Punto en el que coincide Jordi Bacaria, director del CIDOB: ¡°Articular la sociedad civil es importante para activarla y garantizar rendici¨®n de cuentas¡±.
La Agenda 2030 incluye 17 objetivos y 169 metas. Un documento m¨¢s complejo que el de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Todo un reto comunicativo. Vidal repasa una lista de obst¨¢culos en este punto. Entre ellos, la falta de un ¡°criterio claro de lo que cada objetivo representa¡± ¡ªpor ejemplo, ?qu¨¦ se entiende por la meta de ¡°velar por la plena y efectiva participaci¨®n de las mujeres y la igualdad de oportunidades, contenida en el quinto objetivo?¡ª. La ¡°dificultad de traducir los criterios [de cada una de las metas] a nivel local¡±. O la gran diversidad de metodolog¨ªas para medir cada uno de los objetivos. Los datos se pueden usar para ¡°decir que la desigualdad se reduce, pero tambi¨¦n para lo contrario¡±, recuerda. A todo ello hay que sumar, como apunta el coordinador del Observatorio del Tercer Sector, que en muchas ocasiones la informaci¨®n estad¨ªstica sobre el cumplimiento de los ODS escasea, dificultando la labor de monitorizaci¨®n de las ONG.
Todos estos retos, adem¨¢s, deben asumirse en un contexto europeo poco propicio, aquejado por m¨²ltiples crisis ¡ªdesde la econ¨®mica hasta la de los refugiados¡ª. Jonathan Glennie, director de Pol¨ªtica e Investigaci¨®n de Save the Children UK, compara la situaci¨®n con la aprobaci¨®n de los ODM, en el a?o 2000: ¡°Europa se sent¨ªa generosa, porque era un momento de crecimiento. Ahora se han olvidado¡±. Por a?adidura, el crecimiento y la reducci¨®n de la pobreza extrema en potencias como Brasil, China e India, ha generado la creencia ¡°de que el resto del mundo no necesita tanta ayuda¡±.
Para evitar el desencanto de la poblaci¨®n, Alonso aboga por apelar a un ¡°ego¨ªsmo responsable¡±. La clave, apunta, est¨¢ en mostrar al esc¨¦ptico que el crecimiento sostenible en el resto del mundo es bueno para su propio pa¨ªs. Ense?arle que incluso en el llamado mundo desarrollado a¨²n hay un largo trecho para el desarrollo: ¡°?Cu¨¢l es el mayor problema para la desigualdad all¨ª? La concentraci¨®n de la renta en las etapas superiores [las capas m¨¢s ricas de la poblaci¨®n]¡±. Y aqu¨ª la b¨²squeda de alianzas entre las ONG y ¡°actores influyentes en otros ¨¢mbitos¡± es fundamental. Alonso ve ¡°campeones del desarrollo¡± en ¡°empresas y l¨ªderes de opini¨®n¡± externos a la cooperaci¨®n internacional, pero interesados en los ODS.
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