Sierra Leona destruye las armas de la guerra
A mediados del mes de marzo, expertos de la polic¨ªa y del ej¨¦rcito de Sierra Leona comenzaron a destruir unas 5.000 armas inservibles, en un ejercicio que se prolong¨® por algo m¨¢s de dos semanas. La primera fase del mismo tuvo lugar en Freetown, la capital, y se ha ido trasladando a otras cuatro ciudades m¨¢s para completarlo.
Entre las armas se encontraban muchos kalashnikov, popularmente conocidos como AK-47, y rifles de asalto M16, as¨ª como ametralladoras ligeras fabricadas en Canad¨¢. Este arsenal tambi¨¦n contaba con gran cantidad de escopetas de fabricaci¨®n casera. La mayor¨ªa de ellas son armas incautadas a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF, por sus siglas en ingl¨¦s), tras los 11 a?os de guerra civil que vivi¨® el pa¨ªs y que finaliz¨® en enero de 2002.
Para celebrar el final de aquel ejercicio, el gobierno de Sierra Leona quem¨® 4,773 armas, en 2012 (8 a?os despu¨¦s de que se llevara a cabo la operaci¨®n arms for development), en una ceremonia que quer¨ªa no dejar lugar a ninguna duda sobre su determinaci¨®n a poner fin a la libre circulaci¨®n de armamento, sobre todo en las zonas rurales del pa¨ªs. Una de las consecuencias directas que hab¨ªa quedado tras ella final de la guerra.
Sin embargo, este nuevo ejercicio demuestra que gran parte de las armas recolectadas al final de la guerra o como parte del programa mencionado anteriormente, segu¨ªan almacenadas sin saberse muy bien con qu¨¦ finalidad, en distintos establecimientos militares.
El primer d¨ªa de la puesta en marcha de este nuevo programa, una gran multitud de p¨²blico se concentr¨® en el cuartel de Murray Town, en Freetown, donde tuvo lugar la ceremonia inaugural, para ver trabajar la maquinaria especialmente dise?ada para esta funci¨®n y tra¨ªda para la ocasi¨®n. Estos artilugios est¨¢n operados por un equipo de 10 personas, y destrozan las armas en cientos de pedazos min¨²sculos que luego ser¨¢n enterrados en diversos lugares del pa¨ªs cuya ubicaci¨®n no ser¨¢ revelada por motivos de seguridad.
Lo importante de la noticia es que 14 a?os y dos meses despu¨¦s del final de aquella guerra, por fin se destruyen las armas ¡°inservibles¡± ahora, que tanto da?o causaron en aquel tiempo.
Se hace en este momento porque es cuando Sierra Leona ha conseguido la ayuda internacional para llevar a cabo este proyecto. La ONG brit¨¢nica, Mines Advisory Group (MAG), est¨¢ apoyando al gobierno sierraleon¨¦s en esta tarea. Lo primero que ha hecho ha sido aportar dos expertos sudafricanos para entrenar a los 10 sierraleoneses que han llevado a cabo el trabajo de destruir las armas asegur¨¢ndose de que ninguna de sus piezas pueda ser reutilizada. Tambi¨¦n ha facilitado la maquinaria y el presupuesto necesario para llevar adelante la operaci¨®n, que est¨¢ supervisada por el coronel Sahr Sineh, jefe adjunto de la Comisi¨®n nacional sobre armas ligeras (SLeNCSA).
A pesar de que la mayor¨ªa de los ciudadanos sierraleoneses parecen estar contentos con este ejercicio, critican que se haya esperado tanto tiempo para destruir estas armas y que la gran mayor¨ªa de las mismas est¨¢n ya inservibles.
Por su parte, las asociaciones de cazadores tradicionales critican la operaci¨®n porque dicen que nadie les ha informado de que sus armas tradicionales iban a ser destruidas. Algunos de ellos, alegan que cuando entregaron sus armas, con las que se ganan la vida cazando en la selva y vendiendo la carne en las aldeas, el gobierno les prometi¨® que se las devolver¨ªan o reemplazar¨ªan por otras nuevas y m¨¢s seguras, cosa que no ha sucedido y que no parece que nunca vaya a suceder. Ahora, de repente, se enteran de que muchas de las armas que est¨¢n siendo destruidas son las suyas.
Estas armas han sido recolectadas m¨¢s recientemente, en un nuevo intento por parte del gobierno sierraleon¨¦s de poner bajo control el armamento que todav¨ªa circula por el pa¨ªs, ejercicio que todav¨ªa est¨¢ en vigor, aunque es dif¨ªcil conseguir informaci¨®n de sus verdaderos objetivos y de los resultados que est¨¢ obteniendo.
Estas armas tradicionales tambi¨¦n son empleadas por las comunidades locales para ahuyentar a los animales salvajes que se acercan a las aldeas y proteger los cultivos.
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