Cambio clim¨¢tico: ?Actuamos o seguimos esperando?

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Se ha hablado tanto del cambio clim¨¢tico, sus causas, y sus impactos que ya es complicado decir algo m¨¢s que exprese de manera inequ¨ªvoca la magnitud del reto ante el que nos enfrentamos, no ya dentro de 20 a?os, sino en nuestro futuro m¨¢s cercano. Porque aunque siempre hablamos de las futuras generaciones, lo cierto es que el cambio clim¨¢tico est¨¢ ocurriendo ya, y en una magnitud mayor de lo que las predicciones m¨¢s pesimistas preve¨ªan. Los mensajes de alarma parecen no estar llegando a una poblaci¨®n acuciada por problemas m¨¢s cercanos, ni a unos l¨ªderes pol¨ªticos de mentes cortoplacistas.

Este 22 de abril, 155 pa¨ªses firmar¨¢n el acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico. El acto ser¨¢ en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, y deber¨ªa marcar un hito hist¨®rico en la lucha global contra el calentamiento. Este acuerdo entrar¨¢ en vigor una vez que 55 pa¨ªses que representen al menos el 55% de las emisiones hayan depositado el instrumento de ratificaci¨®n, que normalmente pasa por un acuerdo parlamentario. Es decir, la responsabilidad de que el acuerdo salga adelante, la tienen los pa¨ªses que m¨¢s emisiones producen. Como siempre, la urgencia de los m¨¢s vulnerables no coincide con los intereses de los m¨¢s poderosos, y as¨ª nos encontramos nuevamente en un escenario en el que los m¨¢s perjudicados asisten impotentes a la falta de acci¨®n.

Los datos de temperaturas medias globales indican que llevamos once meses seguidos batiendo r¨¦cords con temperaturas cada vez m¨¢s altas. El c¨¢lido comienzo de 2016 indica que nuevamente este a?o puede pulverizar los datos conocidos hasta ahora. No hay tiempo que perder, y sin embargo los pobres compromisos que se firmar¨¢n este viernes en ning¨²n caso podr¨ªan evitar superar los 2?C de aumento de las temperaturas medias globales. Quiz¨¢s esto sea lo m¨¢s inquietante del acuerdo: fija un objetivo global vinculante, pero los pa¨ªses no tienen esa obligaci¨®n vinculante. A d¨ªa de hoy, y si no se avanza en los objetivos nacionales de reducci¨®n de emisiones, la temperatura subir¨ªa por encima de los tres grados.

Como siempre, la urgencia de los m¨¢s vulnerables no coincide con los intereses de los m¨¢s poderosos

El panorama para quien sufre sequ¨ªas extremas que derivan en hambrunas y enfermedades, o inundaciones extremas que obligan al abandono de tierras en busca de una oportunidad en otros lugares es desolador. Cada vez con m¨¢s frecuencia asistiremos ¡°a la peor sequ¨ªa o a las peores inundaciones de la historia¡± con sus tr¨¢gicas consecuencias; solo que ahora hay m¨¢s probabilidades de que esto se repita al a?o siguiente, como si de un bucle se tratara. Por eso, hace falta que, m¨¢s a all¨¢ de los gestos pol¨ªticos, sin duda necesarios, este acto suponga tambi¨¦n un punto de inflexi¨®n en las pol¨ªticas de los pa¨ªses para garantizar una reducci¨®n efectiva de las emisiones de gases de efecto invernadero. La tarea no es f¨¢cil, pero es muy urgente.

La lucha contra el cambio clim¨¢tico solo puede ser efectiva si cambiamos la forma en la que producimos energ¨ªa. Es la quema de combustibles f¨®siles como el carb¨®n la causa principal del calentamiento. A su vez, esto s¨®lo ser¨¢ posible con una descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa, cuyo elemento impulsor es el cambio en el modelo energ¨¦tico: debemos romper con la dependencia de los combustibles f¨®siles, y solo es posible basando nuestro sistema energ¨¦tico en las energ¨ªas renovables.

Los datos de temperaturas medias globales indican que llevamos once meses seguidos batiendo r¨¦cords con temperaturas cada vez m¨¢s altas

?Estamos dispuestos a ello? ?Podemos permitirnos el lujo de dejar para ma?ana un cambio tan trascendental en la vida de la gente y del planeta? A diferencia de hace tan solo unos a?os, hoy un horizonte renovable suscita un amplio consenso pol¨ªtico, decir lo contrario adem¨¢s genera un amplio rechazo social. Pero ese acuerdo, no est¨¢ tan claro cuando comenzamos a poner negro sobre blanco los plazos, ni el c¨®mo puede llegar a alcanzarse. Y aqu¨ª es cuando se ponen en marcha lobbies, intereses geoestrat¨¦gicos, financieros y pol¨ªticos. Pero es necesario recordar que el modelo energ¨¦tico que tengamos dentro de 25 a?os lo tenemos que dise?ar ahora; posponer cualquier decisi¨®n en este sentido es una irresponsabilidad.

Y, sin embargo, somos unos irresponsables: el texto del acuerdo de Par¨ªs tiene como objetivo evitar un calentamiento superior a los dos grados y hacer lo posible para que no llegue a 1,5 grados, con un mecanismo de revisi¨®n cada cinco a?os para hacerlo progresivamente m¨¢s ambicioso. ?Podemos esperar cinco a?os m¨¢s?

Puede que la industria petrolera o los mercados de materias primas puedan; pero las personas, que ya se enfrentan a un d¨ªa a d¨ªa a sus terribles consecuencias, no pueden esperar m¨¢s.

Juantxo L¨®pez de Uralde es coportavoz de EQUO y actualmente diputado en el Congreso en el grupo parlamenterario de Podemos- En Com¨² Podem ¨CEn Marea.