Blanca y el Photoshop

De los creadores de Qu¨¦ le han hecho a Kate Winslet llega Blanca y el Photoshop. Hala, a por ellas, que somos muchos y cobardes. A la caza de la silueta estirada o del mollete suavizado, que no tiene veda y se practica sin escopeta ni licencia de armas. Cualquiera, oiga, puede poner a parir en 140 caracteres a una famosa photoshopeada?a coste cero. Pero apuntemos bien, por favor, que ellas no tienen la culpa.

?Ustedes creen que a alguien le gusta que le recorten la cintura y los muslos, y le agranden los ojos, y la estiren hasta el 1,80 y le pinten los dientes de blanco? ?Qu¨¦ te est¨¢n diciendo sin decirte nada? ?Que no eres suficiente para el fabuloso mundo de la moda y la publicidad?

Y s¨ª, esto se hace con bellezas. Actrices que salen en las listas de las mujeres m¨¢s deseadas, chicas que hacen so?ar a adolescentes de ambos sexos, mujeres que admiramos (?todos?) y que no tienen pero. Pero s¨ª. Parece ser que a pesar de ser divinas s¨ª lo tienen. ?Qu¨¦ pasa entonces con todas las dem¨¢s? ?Por qu¨¦ todos los cuerpos tienen que encajar en el mismo molde? Y ese molde, ?cu¨¢l es?

La otra cara de la moneda, que siempre la hay, es la de quienes exigen, no retoque, extreme makeover previa publicaci¨®n de fotos, no se vaya a escapar un atisbo de realidad.

El uso del Photoshop es imparable. Es su abuso lo que suscita suspicacias e, incluso, ojo, efecto boomerang. Pero busquemos el origen y las razones y dejemos en paz a quienes tambi¨¦n padecen a veces, m¨¢s que Photoshop, Photochof.