La ikurri?a y el patinazo de Eurovisi¨®n
Aunque no es un foro pol¨ªtico, la pol¨ªtica se cuela inevitablemente en el famoso festival de la canci¨®n
Un d¨ªa despu¨¦s de que el Festival de Eurovisi¨®n recogiera en Aquisgr¨¢n la medalla Carlomagno por su contribuci¨®n a la unidad europea, el concurso musical que apadrinan las televisiones p¨²blicas ha estado a punto de desencadenar un conflicto diplom¨¢tico entre Suecia y Espa?a. El detonante ha sido la inclusi¨®n de la ikurri?a en la lista de ¡°banderas prohibidas¡± en la gala del 14 de mayo en Estocolmo. La tricolor vasca aparec¨ªa en la web de la organizaci¨®n como ejemplo de las ense?as vetadas junto a la espeluznante negra y blanca del autodenominado Estado Isl¨¢mico y las de territorios envueltos en tensiones jur¨ªdicas como Palestina, Nagorno-Karabaj, Donetsk o Transnistria.
La voz de alarma ante tal disparate la dio a primera hora de la ma?ana del viernes el lehendakari ??igo Urkullu en RNE, cadena hermana de TVE, una de las televisiones del G7, el n¨²cleo duro de la Uni¨®n Europea de Radiodifusi¨®n, organismo que auspicia el certamen musical. Urkullu lleg¨® a plantear el boicot si no se produc¨ªa una pronta rectificaci¨®n. Espa?a y Suecia movilizaron a sus respectivas embajadas para deshacer el entuerto mientras el Gobierno defend¨ªa la ikurri?a ¡ªuna bandera ¡°constitucional, legal y leg¨ªtima¡±¡ª y la cadena p¨²blica trasladaba a la UER su ¡°perplejidad¡± y reclamaba enmendar el error.
En pocas horas, la web del Globe Arena y la agencia de entradas AXS, autoras del formidable patinazo, pidieron disculpas a quienes se hubieran sentido ofendidos. Pero eso no implica que la ikurri?a pueda ondear en el anfiteatro sueco. La pol¨ªtica de la UER es clara: los entusiastas eurofans solo podr¨¢ animar con las banderas nacionales de los Estados participantes, una regla con solo dos excepciones: la de la Uni¨®n Europa y la arco¨ªris, s¨ªmbolo del movimiento gay.
Con una trayectoria de 60 a?os, el Festival de Eurovisi¨®n no es solo una competici¨®n musical en la que recalan todo tipo de friquis. Aunque despectivamente sea vilipendiado y tachado de rancio y con olor a naftalina, es s¨ªmbolo de tolerancia y solidaridad y concita el aplauso de 200 millones de espectadores. La tolerancia es tal que Eurovisi¨®n abre la puerta a gente que ni siquiera sabe cantar, como qued¨® demostrado con el extravagante Rodolfo Chikilicuatre.
Aunque no es un foro pol¨ªtico, la pol¨ªtica se cuela inevitablemente en el festival. En 1987 estuvo a punto de no celebrarse por las disputas sobre la sede: la comunidad flamenca de B¨¦lgica propon¨ªa Amberes y la franc¨®fona defend¨ªa Lieja. No hubo m¨¢s remedio que adoptar una decisi¨®n salom¨®nica: Bruselas. Israel denunciaba en 2007 las amenazas nucleares de Ir¨¢n y este a?o Ucrania presenta un tema dedicado a los t¨¢rtaros de Crimea que sufrieron deportaciones en la ¨¦poca de Stalin. Eurovisi¨®n es tambi¨¦n un infalible term¨®metro geopol¨ªtico. Los pa¨ªses escandinavos se votan entre s¨ª, al igual que hacen las rep¨²blicas b¨¢ticas, los Estados de los Balcanes o las naciones de Asia central. L¨¢stima que en esta edici¨®n Ruman¨ªa haya sido expulsada por impago. Espa?a pierde 12 points seguros.
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