Vivir aqu¨ª (5): Ass, el activista
Su nombre completo es El Hadjiseck Ndir, pero todo el mundo le conoce como Ass. Naci¨® en Pire, una ciudad a unos 70 kil¨®metros de Dakar, la capital de Senegal, en la regi¨®n de Thi¨¨s.
Cuando ten¨ªa 17 a?os muri¨® su padre y tuvo que abandonar los estudios y empezar a buscarse la vida para ayudar a su gran familia. Pudo aprender mec¨¢nica de coche y conseguir el carn¨¦ de conducir. Empez¨® conduciendo para una f¨¢brica de tabaco y con el primer dinero que consigui¨® se sac¨® la licencia profesional para poder manejar ambulancias, trabaj¨® que ejecut¨® durante dos a?os. Finalmente, termin¨® como ch¨®fer del director de IDEA international, un instituto de origen canadiense que realiza proyectos de desarrollo.
Ass ten¨ªa trabajo, sus jefes le quer¨ªan y su sueldo era relativamente bueno.
¡°Me ganaba la vida bien¡±, comenta, ¡°hasta que en el a?o 2007 mis amigos empezaron a decirme lo que significar¨ªa trabajar en Europa; que trabajando poco se ganaba mucho dinero, y all¨ª, en Senegal, trabaj¨¢bamos mucho y gan¨¢bamos poco dinero. Fue ah¨ª donde me surgi¨® la idea de emigrar¡±.
Fueron estos cantos de sirena los que convencieron a Ass de dar el salto. Ten¨ªa un conocido en B¨¦lgica que pod¨ªa acogerle, as¨ª que se fue al consulado de ese pa¨ªs en Dakar y consigui¨® un visado shengen. Una vez obtenido, no pod¨ªa localizar al amigo. Pero ¡°como tengo un primo que estaba aqu¨ª en Espa?a habl¨¦ con ¨¦l y me dijo que no pasaba nada que pod¨ªa venir. As¨ª que compr¨¦ un billete de avi¨®n para Madrid¡±.
Al llegar al aeropuerto de Barajas ten¨ªa la direcci¨®n apuntada en un papel y se la ense?¨® al taxista ¡°y ¨¦l me llev¨® hasta la casa de mi primo, que viv¨ªa aqu¨ª, en Lavapi¨¦s. Era el 23 de diciembre de 2009¡±.
Cuando Ass lleg¨® a Madrid ¡°ten¨ªa idea de encontrar trabajo, seguir estudiando y hacer deporte, que me gusta mucho¡±. Pero enseguida se dar¨ªa cuenta de que sus sue?os ten¨ªan que esperar: ¡°habl¨¦ con mi primo y me dijo que si no tienes papeles no te pueden contratar¡±, comenta. ¡°Entonces le pregunt¨¦ que c¨®mo se ganaba ¨¦l la vida y me dijo que era vendedor ambulante¡±.
Ass era conductor y en su vida hab¨ªa vendido nada ¡°pero no hab¨ªa otra manera, as¨ª que empec¨¦ vendiendo por las calles. Era vendedor ambulante. Vend¨ªa cds, m¨²sica, a veces tambi¨¦n bolsos¡¡±
Recuerda que aquellos fueron tiempos muy dif¨ªciles para ¨¦l porque ¡°imag¨ªnate que nunca te has dedicado a la venta y tienes que molestar a la gente para vender. Entras en un bar y las personas est¨¢n comiendo, tomando algo o charlando y yo ten¨ªa que molestar para vender algo. No es algo que uno quiere hacer en su vida pero la vida te obliga a hacerlo porque de ah¨ª es de donde sacas el dinero para la comida, la vivienda y si tienes suerte puedes ahorrar algo para la familia, porque cada uno de nosotros tenemos familia detr¨¢s que est¨¢ esperando que enviemos algo¡±.
El cambio de vida fue muy fuerte y mentalmente lo pas¨® muy mal. Tuvo que ir al m¨¦dico el cual le recet¨® pastillas para dormir: ¡°No me encontraba bien y por las noches, al meterme en la cama me dec¨ªa pero qu¨¦ tipo de vida es esta, d¨®nde me he metido, esto no es lo que estaba esperando¡±. Pero ya no hab¨ªa marcha atr¨¢s, no pod¨ªa volver a su pa¨ªs, donde hab¨ªa dejado su trabajo, y empezar de cero.
En aquellos primeros d¨ªas, dando sus primero pasos como vendedor, cerca de la Plaza de Castilla, donde se encuentran los juzgados de Madrid, una se?ora se compadeci¨® de ¨¦l cuando la abord¨® en la terraza de un bar para ofrecerle su mercanc¨ªa. Ella le invit¨® a un pincho de tortilla al notar la cara de hambre de Ass. Desde entonces, siempre que coincid¨ªan la se?ora era muy amable con ¨¦l y le compraba algunos de los art¨ªculos que llevaba.
Pero un d¨ªa la polic¨ªa le arrest¨® y se qued¨® con toda su mercanc¨ªa. De ese d¨ªa hay una imagen que se le va a quedar para toda la vida: ¡°me pusieron las esposas y me metieron en el coche y toda la gente de la calle me miraba y me llevaron a la comisar¨ªa de Tetu¨¢n donde tuve que pasar 72 horas¡±, recuerda Ass con voz amarga.
La primera noche en los calabozos la pas¨® llorando, pregunt¨¢ndose por qu¨¦ se ¡°hab¨ªa metido en esta vida, porque esto no era lo que yo quer¨ªa¡±. Despu¨¦s de 72 horas le llevaron a los juzgados. Ass solo sabia lo que su primo y otros paisanos le hab¨ªan dicho: ¡°t¨² siempre niega que estuvieras vendiendo¡±. Y as¨ª lo hizo. Le citaron para un juicio de faltas. El d¨ªa que ten¨ªa que acudir a este casi no llega por culpa del metro. Deprisa y a la carrera entr¨® en la sala de vistas y cuando se present¨® ante la jueza la sorpresa fue descubrir que esta era aquella persona que un par de meses antes le hab¨ªa invitado a un pincho de tortilla y siempre que se encontraban le compraba alg¨²n art¨ªculo. Cuando la magistrada le pregunt¨® que si vend¨ªa, el contest¨®, evidentemente, que no.Ella dibuj¨® una sonrisa de oreja a oreja y le dejo libre.
Una vez en la calle, Ass fue a recoger nueva mercanc¨ªa y volvi¨® a vender y se encontr¨® con la jueza en la terraza de siempre, esta le sonri¨® y le compr¨® un par de cds.
Como Lavapi¨¦s, el barrio madrile?o donde viven muchos manteros y vendedores ambulantes procedentes de ?frica, est¨¢ lleno de polic¨ªa camuflada que detiene a estos cuando les ve con mercanc¨ªa, Ass se busc¨® un bar cerca del estadio Bernab¨¦u (a pesar de ser un gran seguidor del Bar?a) donde guardar sus art¨ªculos. Tan bien le cay¨® al due?o que este le entreg¨® la llave del local para que fuera a abrir por la ma?ana, a montar la terraza y a poner en marcha las maquinas del caf¨¦ y lo mismo por la noche para cerrar. Si alg¨²n d¨ªa camino del establecimiento le paraba la polic¨ªa bastaba con telefonear a una compa?era para que le cubriera el retraso.
A pesar de la buena suerte de Ass, su vida realmente cambi¨® cuando entr¨® en contacto con el Centro de Atenci¨®n y Acogida de Inmigrantes de la Parroquia de San Lorenzo, en Lavapi¨¦s. Comenta Ass que ¨¦l, a pesar de tener que vender para vivir, tambi¨¦n hablaba con sus paisanos y ¡°les dec¨ªa que quer¨ªa encontrar un trabajo estable y todos me dec¨ªan que para trabajar necesitaba papeles¡±.
Hasta que un d¨ªa un amigo le dijo que pod¨ªa llevarle a un centro para estudiar castellano; fue el de San Lorenzo. ¡±Desde ah¨ª comenc¨¦ a notar un gran cambio en mi vida porque empec¨¦ a estudiar y a conocer a gente que se preocupaba por m¨ª, que me preguntaba si me pasaba algo. Adem¨¢s me ofrec¨ªan cursos de formaci¨®n, para muchos de ellos necesitas la residencia pero si encontraban alguno que no la necesitaba me llamaban y me enviaban a ¨¦l¡±.
Ass llevaba menos de un a?o en Madrid cuando lleg¨® al centro. ¡°Despu¨¦s de tres meses en Espa?a ya me di cuenta de que necesitaba hablar bien el idioma para entender a la gente¡±.
Desde ese centro pas¨® a otra asociaci¨®n que se llama Senda de cuidados, donde forman a migrantes para el cuidado de las personas mayores. Al terminar la formaci¨®n se entra en una bolsa de trabajo. ¡°Yo hice los tres m¨®dulos del curso¡±, cuenta Ass, ¡°y tambi¨¦n otro para cuidar a personas con Alzheimer¡±.
Pronto le llamaron para una entrevista para cuidar a un se?or con problemas de movilidad. ¡°Fuimos a la entrevista cinco y me cogieron a m¨ª. Me contrataron y me hicieron los papeles¡±.
Desde entonces trabaja con esa familia y tienen una relaci¨®n muy buena: ¡°ya no somos trabajador y jefe, es como si fuera un hijo de la casa. Cuando empec¨¦ a trabajar con ¨¦l no pod¨ªa ni andar y ahora es casi aut¨®nomo, ha mejorado mucho¡±.
La relaci¨®n es tan buena, que Ignacio, que as¨ª se llama el se?or, fue padrino de la boda de Mercedes y Ass en septiembre de 2015. Los dos se conocieron en el centro de San Lorenzo, donde Mercedes es profesora voluntaria de castellano. El viajes de boda, evidentemente, fue a Senegal.
Otra de las grandes sorpresas de Ass la recibi¨® el d¨ªa que fue a pedir la mano de Mercedes. ?l sabiendo lo serias y formales que son estas cosas en Senegal se sinti¨® sobrecogido por el abrazo con el que le recibi¨® el padre de ella y las palabras que le dijo: ¡°no eres un yerno, eres un hijo¡±. Algo que toco a Ass muy dentro de su coraz¨®n y que ha convertido a su familia pol¨ªtica en una parte muy importante de su vida.
Ass, comenta que ahora est¨¢ muy contento ¡°porque despu¨¦s de haberlo pasado tan mal, especialmente los tres primeros a?os, sin papeles, con tantos problemas con la polic¨ªa¡¡± el centro de San Lorenzo le cambi¨® la vida, ¡°no solo conoc¨ª a Mercedes all¨ª; tambi¨¦n est¨¢n Maite, Pepa, Leo¡ Todos son como parte de mi familia ahora, una familia grande que me quiere y se preocupa por m¨ª¡±.
Ass confiesa que la vida en Espa?a le ha dado mucha experiencia: ¡°ahora cuando hablo con la gente de Senegal que quiere venir aqu¨ª, les digo la verdad, luego la decisi¨®n la toman ellos, pero yo les explico qu¨¦ tipo de vida les espera, para que sepan que m¨ªnimo tiene que estar tres a?os hasta conseguir los papeles¡±.
Esto es solo una m¨ªnima parte de su activismo porque aunque Ass tenga ahora una buena posici¨®n no deja de preocuparse por sus compa?eros; por eso colabora en el centro de San Lorenzo y participa en campa?as por el cierre de los Cies o por la sanidad universal, entre otras. Activo para que las cosas cambien. Tambi¨¦n animando a otros paisanos a que se impliquen en estas luchas.
En estos momentos, Ass despu¨¦s de trabajar va a clases para sacarse la Eso. Adem¨¢s ha conseguido el carn¨¦ de conducir espa?ol y est¨¢ ahorrando para lograr el C porque su sue?o es volver a ser conductor, pero est¨¢ vez de autob¨²s de la EMT de Madrid.
Todas las fotos: Demian Ortiz
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