Esas ¡°se?oritas¡± que se dicen putas no saben estar
La fiscal rechaza el recurso de Rita Maestre con argumentos morales y no jur¨ªdicos
Tratar con la Iglesia suele conllevar el peligro de alud de argumentos religiosos frente a los legales. Hechos o convicciones, ciencia o fe, leyes o doctrina son territorios que en un estado aconfesional y de derecho deben tener l¨ªmites n¨ªtidos para todos los ciudadanos, sean creyentes, agn¨®sticos o al¨¦rgicos a la sotana. Y dibujar la frontera clara entre pecado y delito, entre el confesionario y el tribunal, es sobre todo una obligaci¨®n para los agentes de la justicia y la ley.
La distinci¨®n no es superficial, y prueba de ello es la deriva que la jerarqu¨ªa cat¨®lica impuso en los casos de pederastia cuando abord¨® las denuncias en el marco interno de la Iglesia y tuvo dificultades para trasladarlo al territorio penal.
En esta ocasi¨®n, sin embargo, Iglesia y justicia parecen jugar en una liga de vasos comunicantes en la que el peor papel lo tiene la fiscal, Marisa Morando.
El arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, perdon¨® (en sentido cristiano) a la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, que le pidi¨® disculpas por haberse quedado en sujetador en una protesta en 2011 en la capilla de la Universidad Complutense de Madrid. Hasta aqu¨ª, conforme a los c¨¢nones. Maestre fue condenada a multa de 4.320 euros por un delito contra los sentimientos religiosos.
El perd¨®n arzobispal obviamente ¡°no tiene relevancia penal¡±, recoge la fiscal en su escrito contra el recurso de Maestre a su condena, y as¨ª debe ser: que pecados y delitos transcurran siempre en distintos carriles, como el perd¨®n y las sentencias. Lo que sorprende es que sea la funcionaria de la justicia, la fiscal Morando, quien utilice argumentos morales y religiosos ante un hecho que solo debe ser jur¨ªdico. Observen el lenguaje: ¡°Es obvio que las se?oritas est¨¢n en su derecho de alardear de ser putas, libres, bolleras, o lo que quieran ser, pero esa conducta realizada en el altar, espacio sagrado para los cat¨®licos al encontrarse all¨ª el Sagrario (may¨²scula textual), lugar donde seg¨²n sus creencias se encuentra su Dios, implica un ¨¢nimo evidente de ofender", asegura la fiscal.
Y sigue: ¡°En la playa es normal estar sin sujetador para broncearse todo el cuerpo. Pero era un templo, no una playa. En el presente caso, la conducta de la acusada, qued¨¢ndose en sujetador, traspasa lo que podr¨ªa ser una falta de protocolo o de saber estar. Esa falta de protocolo y falta de saber estar ser¨ªa que se quedase en sujetador en un pleno del ayuntamiento o quedarse en sujetador en una recepci¨®n oficial. Pero eso no lo ha hecho, seguramente porque respeta esos actos y lo que representan¡±. ¡°El alarde de su forma de vivir que implica las expresiones que llevaban pintadas en sus torsos, tales como 'violenta, bollera, puta, libre, lesbiana', supera con mucho la libertad de expresi¨®n¡±.
La Iglesia cat¨®lica ya se qued¨® atr¨¢s en lo que respecta a las mujeres, los homosexuales y casados. Est¨¢ probado. Ahora, es nuestra fiscal¨ªa quien ha preferido renquear al atacar a Maestre por algo m¨¢s que ¡°no saber estar¡±, una apreciaci¨®n moral cuya inclusi¨®n en el c¨®digo penal, francamente, se nos escap¨®.
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