Isabel II impide que su nieta sea una rica conferenciante
Una empresa norteamericana ofrec¨ªa charlas de Beatriz de York en un anuncio ahora retirado
Criticada por la prensa brit¨¢nica como la princesa ¡°que vive unas perpetuas vacaciones¡±, ante la profusi¨®n de viajes de lujo que jalonan su curr¨ªculo laboral, Beatriz de Inglaterra ha decidido finalmente buscarse un oficio a sus 27 a?os: conferenciante. Eso s¨ª, bien remunerada gracias a sus conexiones reales. Pero a la nieta de Isabel II quiz¨¢ le dure muy poco ese prop¨®sito, porque el sitio web de la empresa norteamericana que hasta hace pocos d¨ªas publicitaba sus servicios acaba de borrar el perfil de su reciente fichaje tras mediar una intervenci¨®n desde Buckingham.
Los medios nacionales son los principales responsables de este rev¨¦s para Bea, como es conocida familiarmente la hija mayor del matrimonio hoy disuelto entre el pr¨ªncipe Andr¨¦s ¨Cel tercer hijo, y el favorito, de la monarca inglesa- y Sarah Ferguson. Desde que los peri¨®dicos publicaran el pasado fin de semana que la princesa es promocionada por la compa?¨ªa APB Speakers para impartir conferencias sobre retos y estilos de vida no han dejado de llover las chanzas pero, sobre todo, cr¨ªticas. El personaje se asemeja demasiado al de su propia madre, Sarah, cuyo cach¨¦ por participar en foros de diversa ¨ªndole oscila entre las 50.000 y las 100.000 libras (entre 63.000 y 126.000 euros).
?Qui¨¦n pagar¨ªa tal cantidad por escuchar los consejos de una joven a la que el p¨²blico solo identifica con excursiones caribe?as o escapadas de esqu¨ª a la estaci¨®n suiza de Verbier (donde sus padres tienen un chal¨¦ de propiedad conjunta)?, se han preguntado al un¨ªsono medios tan defensores de la monarqu¨ªa como el Daily Telegraph o el tabloide Daily Mail. Propuestas del estilo de ¡°una velada con la princesa Beatriz¡± solo pueden atraer, seg¨²n los cr¨ªticos, a una audiencia ansiosa del cotilleo de primera mano entre pasillos reales, aquel que buscar¨ªa cualquier alusi¨®n a la relaci¨®n de la madre de la conferenciante con su ex, el pr¨ªncipe Andr¨¦s, y los turbios negocios en los que ambos se han visto implicados en los ¨²ltimos tiempos.
¡°Si no fuera quien es, nadie le hubiera ofrecido nunca ese trabajo¡±, constataba The Sun sobre una princesa acostumbrada al trato de terciopelo hasta que la prensa de su propio pa¨ªs le haya cuestionado la potestad de publicitarse "a costa de la soberana¡±, como vienen haciendo sus progenitores con un coste para la imagen de los Windsor. Los asesores de la reina de Inglaterra acaban de intervenir para que uno de los suyos evite tales excesos.
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