Frente a machetes y rifles, una bici
Sp¨ªnola en una parada en su viaje en El Salvador.
Ha escapado a un intento de violaci¨®n, a un ataque con un machete y le han apuntado con un rifle. Pero sigue viva y pedaleando. Pese a todas estas experiencias, Cristina Sp¨ªnola es capaz de soltar un ¡°son cosas puntuales que suceden muy de vez en cuando¡±. Solo una de ellas hubiera bastado para hacer abandonar a cualquiera, pero esta canaria lleva un a?o y medio recorriendo el mundo con su bici para luchar por la igualdad entre hombres y mujeres. Sus ruedas han girado por 22 pa¨ªses, lo que se traduce en 17.032 kil¨®metros.
La aventurera aspira a ser un ejemplo de que las mujeres son tan capaces como los hombres de superar sus retos y quiere reivindicar que nadie debe ponerles l¨ªmites. Tiene una p¨¢gina web en la que cuenta cada una de las etapas, ofrece conferencias sobre igualdad en todos los lugares que visita y ha escrito un libro, Taller de felicidad. ?C¨®mo cree ella que ayuda su peripecia a la igualdad de g¨¦nero? ¡°Las redes sociales tienen un poder inigualable¡±, responde ella, ¡°cada d¨ªa recibo decenas de mensaje de mujeres de todo el mundo en Facebook d¨¢ndome las gracias por ser la luz en su camino cada vez que abren la aplicaci¨®n en sus m¨®viles¡±.
La idea se fragu¨® en su mente durante diez a?os. La aventurera escribe desde Colombia: ¡°En 2005 presentaba un programa sobre sucesos donde la mayor¨ªa de los casos eran de violencia de g¨¦nero y muy brutales. Me di cuenta de que mi vocaci¨®n period¨ªstica deb¨ªa ir acompa?ada de un compromiso social y empec¨¦ a hacer campa?a en pro de los derechos de la mujer en bicicleta¡±. En el a?o del que habla Sp¨ªnola murieron en Espa?a 60 mujeres a manos de hombres. El a?o anterior hab¨ªan sido 72.
Sp¨ªnola ha recibido muestras de la discriminaci¨®n desde peque?a. Con el trato diferente con respecto a sus hermanos varones, con la ense?anza en un colegio tradicional basada en cuidar del marido y con el trato laboral preferencial para los hombres. Una realidad que ha constatado en su viaje: ¡°Me he dado cuenta que la calidad de vida de la mujer es proporcional al desarrollo econ¨®mico, pero la riqueza no es garant¨ªa de liberaci¨®n. Que las religiones son uno de los mayores escollos y casi siempre las responsables del lavado de cerebro que se ejerce desde su ni?ez y que el acceso a la educaci¨®n es nuestra ¨²nica salida¡±. Lo peor, la violencia sobre la mujer: ¡°Est¨¢ institucionalizada en medio mundo y la impunidad es del 100%¡±.
Las reacciones a su proyecto var¨ªan en cada pa¨ªs. Aunque reconoce que hay pa¨ªses ¡°poco hospitalarios¡±, asegura que la acogida en Etiop¨ªa fue espectacular, que en India encontr¨® a ¡°muchos hombres que est¨¢n hartos de la situaci¨®n de la mujer all¨ª¡±, y que en M¨¦xico el apoyo es ¡°bestial¡±.
Financia la aventura con el dinero que obtuvo al vender todo lo que ten¨ªa cuando se march¨® de Espa?a, con las ayudas que le env¨ªan sus seguidores a trav¨¦s de su web y con las ventas de su libro. Afirma adem¨¢s que siempre encuentra a gente en su camino que le ofrece comida o un lugar donde dormir y que, cuando puede, pide ayuda a la polic¨ªa para poder acampar en un lugar seguro. Su viaje finaliza en diciembre, en Argentina. A partir de ah¨ª, no sabe d¨®nde se dirigir¨¢n sus pasos. Por ahora solo pide a las j¨®venes que la escuchan, sea por las redes o en sus charlas, que ¡°no tengan miedo y se rodeen s¨®lo de gente positiva y constructiva y que escuchen a su coraz¨®n¡±.
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