El renacer del refer¨¦ndum
Podemos y sus aliados no han hecho el esfuerzo de superar la visi¨®n franquista de Espa?a
El refer¨¦ndum sobre la independencia de Catalu?a ha vuelto a emerger cuando parec¨ªa superado tras la Declaraci¨®n del Parlamento catal¨¢n de 9 de noviembre de 2015. Con Podemos, Izquierda Unida y En Com¨²n Podem, el refer¨¦ndum renace y lo asume Puigdemont en sus ¨²ltimas declaraciones. Se entiende que Puigdemont vuelva a admitir el refer¨¦ndum, pues ser¨ªa una salida al estancamiento en que ya ha ca¨ªdo la operaci¨®n independentista. Se entiende menos para qu¨¦ lo propugnan Podemos y sus aliados.
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El refer¨¦ndum se ide¨® en Catalu?a para intentar la ruptura con el Estado sin infringir el ordenamiento. Alguien descubri¨® el refer¨¦ndum de Quebec y, sin apreciar las grandes diferencias constitucionales e hist¨®ricas entre Canad¨¢ y Espa?a, se vio como la v¨ªa legal hacia la independencia. Quienes en ese momento estaban m¨¢s interesados en el refer¨¦ndum eran los independentistas que pensaron que era una opci¨®n as¨¦ptica y democr¨¢tica. Y para vender mejor la mercanc¨ªa se inventaron un envoltorio atractivo, el derecho de decidir.
Aunque el Tribunal Constitucional, en su sentencia de 25 de marzo de 2014, admiti¨® la conformidad constitucional del derecho a decidir si no estaba vinculado a la declaraci¨®n de soberan¨ªa del pueblo catal¨¢n, todos los textos independentistas lo conciben como un prius que antecede y legitima el proceso hacia la independencia, un principio que legitimar¨ªa el derecho a salirse del Estado. Por eso hay razones democr¨¢ticas para rechazar un refer¨¦ndum.
En primer lugar, a diferencia de Canad¨¢ (donde solo se plante¨® en Quebec), en Espa?a un refer¨¦ndum provocar¨ªa similares peticiones en el Pa¨ªs Vasco y en Galicia. Pondr¨ªamos a Espa?a en almoneda, a disposici¨®n de cualquier propuesta que surgiera, con riesgo de romper un Estado que, a diferencia de Canad¨¢ o de Checoslovaquia, empez¨® a asentarse hace cinco siglos. Con un Estado casi tan descentralizado como Alemania, fomentar una cadena de consultas es una frivolidad tan irresponsable como el juego de Cameron con consultas oportunistas.
En Catalu?a est¨¢ abierto el camino de la reforma constitucional
En segundo lugar, un refer¨¦ndum puede conducir a una ruptura irreversible de la convivencia. Antes de que se hablara en Espa?a del consenso en la Transici¨®n, la ciencia pol¨ªtica anglosajona hab¨ªa elaborado la noci¨®n de consensus como aceptaci¨®n de los fundamentos esenciales de la sociedad, contrapuesto a las subculturas pol¨ªticas que fragmentan la convivencia nacional. Un refer¨¦ndum sobre la independencia provocar¨ªa en Catalu?a una fragmentaci¨®n tan elevada que dividir¨ªa a la sociedad catalana en dos bloques dif¨ªciles de soldar en mucho tiempo. En el mejor de los supuestos, la independencia alcanzar¨ªa un 50 y poco por ciento y as¨ª no se puede gestionar el consensus, pues siempre habr¨¢ una mitad que no asumir¨¢ los resultados.
En tercer lugar, un refer¨¦ndum solo debe convocarse cuando la crisis de la sociedad impide totalmente otras salidas constitucionales. Pero en Catalu?a las hay, a trav¨¦s de la reforma constitucional, aunque para ello hace falta que el Gobierno se implique y los partidos no independentistas ofrezcan sus alternativas.
Por esos motivos, es incongruente pedir que se celebre el refer¨¦ndum para votar en contra de la independencia. En Podemos, que igual que sus aliados ha descubierto tard¨ªamente la plurinacionalidad espa?ola, se detecta un fen¨®meno de pereza intelectual, pues no han hecho el esfuerzo de superar la visi¨®n franquista de Espa?a y creen que los s¨ªmbolos del Estado democr¨¢tico, las Fuerzas Armadas y la propia unidad nacional son propios de la dictadura. ?Qu¨¦ mezcla de pereza y de ignorancia lleva a confundir la Espa?a descentralizada de la Constituci¨®n con la Espa?a franquista?
En cuanto a Barcelona en Com¨² e Iniciativa, parecen creer que una Catalu?a independiente ser¨ªa la arcadia que cuentan algunos publicistas catalanes, pero el permanente triunfo electoral de Pujol les deber¨ªa hacer reflexionar. En realidad han hecho renacer el modelo marxista-nacionalista del B.O.C. y del P.O.U.M., pero estos part¨ªan de unos supuestos ilusorios como se vi¨® en Els moviments d'emancipaci¨® nacional de Andr¨¦s Nin, que en 1935 intentaba cohonestar movimiento nacional catal¨¢n y movimiento obrero.
Desde 2000, el independentismo ha crecido por una sucesi¨®n de errores, el ¨²ltimo de los cu¨¢les fue la decisi¨®n del Gobierno de Maragall de promover un Estatuto que no era una necesidad para la mayor¨ªa de los catalanes. No acrecentemos el error con el refer¨¦ndum cuando el camino de la reforma constitucional est¨¢ abierto.
Javier Garc¨ªa Fern¨¢ndez es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid.
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