Por qu¨¦ la gente no puede parar de hablar de estas 8 cosas de la gala de Eurovisi¨®n
Qu¨¦ se tom¨® el representante franc¨¦s, por qu¨¦ la pantalla se part¨ªa, qui¨¦n vol¨® del infierno al cielo, qu¨¦ pas¨® con las suecas...
Eurovisi¨®n se ha tomado demasiado en serio a s¨ª mismo. Millones de espa?oles estaban expectantes y con sus mejores chistes preparados en torno a un festival que en los ¨²ltimos a?os ha dado monstruos metaleros, viejecitas juerguistas y pavos reales. Sin embargo, la moda del circo televisivo parece haber sido reemplazada por baladas melodram¨¢ticas, vestidos que parec¨ªan papel de regalo y luces, muchas luces. El Ericsson Globe de Estocolmo no entendi¨® de austeridad ni de ahorro energ¨¦tico con un derroche de iluminaci¨®n que debi¨® de llevar a Justin Timberlake a preguntarse c¨®mo demonios est¨¢bamos abasteciendo de electricidad al resto de Europa.
Con un sistema de votaci¨®n que nos llev¨® al borde del derrame cerebral, Ucrania se convirti¨® en la ganadora de la noche gracias a 1944. El tema, interpretado por Jamala, denuncia la deportaci¨®n de los t¨¢rtaros de Crimea por parte de la Uni¨®n Sovi¨¦tica de Stalin. En teor¨ªa los mensajes pol¨ªticos est¨¢n prohibidos en Eurovisi¨®n, pues el festival naci¨® con el objetivo de celebrar la uni¨®n de los pueblos europeos tras la Segunda Guerra Mundial, pero hicieron una excepci¨®n con 1944 y tanto el jurado como los espectadores desde sus casas votaron en masa la causa de Jamala. Las razones de esta victoria est¨¢n claras, pero hay 8 momentos m¨¢s a los que no dejamos de darles vueltas.
1. La remontada polaca con gui?os a Pablo Iglesias
Michal Szpak pas¨® la peor noche de su vida. Vestido como si Pablo Iglesias se disfrazase de Capit¨¢n Garfio para carnaval, se pas¨® toda la votaci¨®n de los jurados en la ¨²ltima posici¨®n. Pero con la misma paciencia que demostr¨® el verdadero Pablo Iglesias en ese v¨ªdeo en el que cruza la Puerta del Sol entera para abrazar a Alberto Garz¨®n, Michael encarn¨® la cl¨¢sica historia del perdedor desvalido que acaba recibiendo su recompensa. Los 222 puntos del televoto (las votaciones del p¨²blico) se sumaron a los m¨ªseros 7 del voto del jurado y Szak vol¨® hasta la 8? posici¨®n. En ese momento todos fuimos Michael Szpak.
2. Barei sufre las penurias del presupuesto espa?ol
Un par de minutos despu¨¦s de que el representante ruso volase a trav¨¦s del espacio y el tiempo delante de una pantalla en la que claramente hab¨ªa magia involucrada, Barei apareci¨® dispuesta a demostrar que en Espa?a tenemos el B2 en ingl¨¦s. Ella no fue la ¨²nica en lucir zapatillas (Laura Tesoro, los bailarines de Azerbay¨¢n, el franc¨¦s Amir o Justin Timberlake tambi¨¦n pasaron del calzado formal), pero fue la que las movi¨® con m¨¢s ganas. Una pena que la mitad de las veces que hac¨ªa su contagioso homenaje a MC Hammer la c¨¢mara estuviese volando fren¨¦ticamente por el cielo. Ojal¨¢ ese hubiera sido el mayor problema de la realizaci¨®n sueca.
Cuando est¨¢bamos asintiendo con aprobaci¨®n y coincidiendo con nuestro cu?ado en que "no est¨¢ nada mal la canci¨®n", la pantalla se dividi¨® en dos y Barei, a falta de un cuerpo de baile de verdad, se puso a bailar consigo misma. Da la impresi¨®n de que, mientras los otros pa¨ªses no repararon en gastos a la hora de deslumbrarnos con juegos de luces que nos hicieron sentir como en una secuela de Avatar, el presupuesto de Espa?a era tan limitado que el t¨¦cnico nos dijo: "Mira, por este precio el paquete solo incluye una pantalla partida durante 23 segundos". Pero ya dec¨ªa nuestra madre que lo barato sale caro. Minutos despu¨¦s, la de Armenia se multiplic¨® a s¨ª misma en un holograma que les debi¨® costar la mitad del PIB del pa¨ªs.
3. Qu¨¦ demonios se ha tomado el realizador de Televisi¨®n Espa?ola
Mientras en el escenario se daban cita un pu?ado de ganadores en un espect¨¢culo que debi¨® ser alucinante, en Espa?a pasamos a una pantalla partida (sin duda el leit motiv de esta ceremonia) con Antonio Lobato gui?¨¢ndonos un ojo. A esas alturas de la noche ya nada pod¨ªa sorprendernos. O s¨ª. El pobre realizador de Televisi¨®n Espa?ola, tan aturdido como nosotros por el despliegue de luces y vestidos con vida propia, le dio al bot¨®n que no era. Mientras el realizador le daba al ctrl+alt+supr, los espectadores asistimos fascinados a una pantalla fragmentada. A la izquierda, ancianas, hombres sin camiseta y mucho fuego. A la derecha, el anuncio de una serie protagonizada por Jos¨¦ Mota, lo cual podr¨ªa ser perfectamente fruto de nuestra imaginaci¨®n (no lo es). A la otra derecha, anuncios de Cu¨¦ntame, desatando las inevitables reflexiones acerca de Panam¨¢ por parte de nuestro cu?ado. Y de fondo, un planeta de color violeta. Quiz¨¢ la derrota de Barei no haya sido tan mala cosa: como alg¨²n a?o nos toque organizar este tinglado somos capaces de crear la Tercera Guerra Mundial.
4. Amir est¨¢ en ¨¦xtasis
El representante franc¨¦s estaba en ¨¦xtasis. Con su sonrisa y su energ¨ªa conquist¨® a toda Europa aunque no lo suficiente: qued¨® sexto. Las casas de apuestas se equivocaron y Amir se pase¨® por el escenario con actitud de ganador. En el fondo nos dio una lecci¨®n a todos. En esta vida hay que ir seguro de uno mismo, y nada demuestra tanta seguridad como ponerse un traje con deportivas. El magnetismo de Amir atravesaba la pantalla de tal forma que es posible que si cometiste el error de ir al ba?o durante su actuaci¨®n es probable que ahora Amir te haya robado a la novia.
5. Las suecas son tal y como nos las imagin¨¢bamos
Por alguna raz¨®n, la realizaci¨®n de la gala solo parec¨ªa interesada en enfocar espa?oles fuera de s¨ª y suecas sexies. Como si fuese una maniobra de la oficina de turismo de Estocolmo, las suecas en cuesti¨®n siempre estaban preparadas para dar saltitos euf¨®ricos con unos escotes que nos hicieron imaginarnos a Jos¨¦ Luis L¨®pez-Vazquez diciendo ¡°?pero muchacha que te vas a constipar!¡±. Resulta que todo lo que nos contaron era cierto.
6. Justin Timberlake es el verdadero ganador
Puede que Eurovisi¨®n sea el mayor espect¨¢culo televisivo del mundo, pero nadie se vende tan bien como los americanos. Timberlake fue recibido en el Ericsson Globe como si fuese un bienvenido Mr. Marshall y ¨¦l lo agradeci¨® con una actuaci¨®n que contaba con dos ventajas respecto al resto: instrumentos de verdad y m¨¢s de 6 personas en el escenario. Por mucho que evitemos usar esta expresi¨®n en el d¨ªa a d¨ªa, Justin es la raz¨®n por la que se invent¨® lo de ¡°el puto amo¡±.
7. Australia, provincia de Azerbay¨¢n
La casi victoria de Australia fue como cuando tu madre te obligaba a sacar a tu primo y acababa cay¨¦ndole mejor a tus amigos que t¨². Europa se sinti¨® generosa, porque donde caben 41 caben 42, y Australia ha estado a punto de ganar en sus dos participaciones. Dami Im se lo habr¨ªa merecido, pero la victoria moral sin duda habr¨ªa sido para Lee Lin Chin. La periodista indonesia que comunic¨® los votos australianos, emitidos a sus 12 del mediod¨ªa, lo hizo vestida como una l¨¢mpara (de las caras) y con un carisma que ha hecho que todo el mundo quiera conocerla. Lleva casi 50 a?os trabajando en el mundo del espect¨¢culo y las primeras investigaciones en forma de gif indican que tal y como sospech¨¢bamos es inmortal.
Y 8. ?Qu¨¦ quer¨¦is de nosotros, Europa?
La excusa de ¡°deber¨ªamos cantar en ingl¨¦s¡± ya no sirve, y menos teniendo en cuenta que la ganadora ten¨ªa versos en t¨¢rtaro de Crimea. La canci¨®n que interpreto nuestra Barei, Say Yay, es todo lo que se supone que deber¨ªa ser una canci¨®n de Eurovisi¨®n, y hemos vuelto a volvernos con un puesto infame (22 de 26), lo cual nos hace temer que efectivamente muchos no vamos a ver un festival de Eurovisi¨®n celebrarse en Espa?a en toda nuestra vida.
Tras varias d¨¦cadas de cat¨¢strofes eurovisivas, encajamos estos tropiezos con una deportividad colchonera. Barei hizo lo que pudo, pero al parecer no hay forma. Hemos madurado, eso s¨ª, desde que aquel furibundo ¡°que os den por culo, Europa¡± de Nuria Ferg¨® fuera vitoreado por el p¨²blico espa?ol como si esa fuese la verdadera victoria. Cada pa¨ªs lleva su cruz y la nuestra es no saber hacer espect¨¢culo a menos que nos den unos neum¨¢ticos y una cerilla.
El sueco sali¨® al escenario sin que nadie le retocase los brillos de la cara, la checa homenaje¨® a la industria m¨¢s importante de su pa¨ªs solt¨¢ndose el pelo en el momento ¨¢lgido de su actuaci¨®n solo para que la c¨¢mara enfocase a la grada y nos lo perdi¨¦semos. Lola Flores dijo que lo que ten¨ªamos que hacer era mandar a Roc¨ªo Jurado y dejarles con la boca abierta, pero lo cierto es que hemos sido los ¨²ltimos en enterarnos de que este a?o lo que se llevaba eran las luces. A ver si el a?o que viene estamos m¨¢s alerta. Y si no, volveremos a juntarnos con la familia y volveremos a coincidir en que ¡°pues mira, la chica lo ha hecho bien¡±.
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