'S¨¢lvame Fashion Week': ?la nueva esperanza de la moda espa?ola?

Famosos esperando a que les toque el turno dentro de sus coches de alquiler, modelos de anta?o, j¨®venes dise?adores, alg¨²n que otro consagrado, bloguers, eso que se llama influencers, estrellas televisivas y varias centenas de miles de espectadores contempl¨¢ndolo. ?Es la Semana de la moda de Madrid? ?Para nada! Se trata de la segunda edici¨®n de la S¨¢lvame Fashion Week, el evento de moda m¨¢s medi¨¢tico del momento. M¨¢s de cuatro horas en directo con desfiles, actuaciones, jurados, premios y mucha moda espa?ola. ?Creen que es peloteo? Se equivocan. ?D¨®nde han visto un despliegue as¨ª en un programa diario? Una apuesta arriesgada que se ha convertido en un ¨¦xito. ?Ser¨¢ que el p¨²blico s¨ª tiene inter¨¦s por la moda?

No crean que el asunto es tan sencillo como parece. En esta segunda edici¨®n, los colaboradores, adem¨¢s de desfilar en cinco ocasiones -dise?adores j¨®venes, moda playera, dise?adores consagrados, moda hind¨² y vestidos de boda-, tambi¨¦n han pasado por las valoraciones de un jurado, formado por Pelayo D¨ªaz, Cristina Piaget y Marc Gir¨®, como si de Miss Espa?a se tratase. De hecho, tal fue la tensi¨®n entre uno de los miembros del jurado y Kiko Hern¨¢ndez que ¨¦ste estuvo a punto de abandonar el programa. Vamos, ?ni Naomi Campbell en sus mejores a?os! Arte puro. Menos mal que la sangre -y el divismo- no lleg¨® al r¨ªo y consiguieron calmar el ambiente a tiempo. Un cl¨¢sico cada vez que S¨¢lvame se convierte en una pasarela. El a?o pasado ya tuvieron lo suyo con Mila Xim¨¦nez, que, sorpresa, desfil¨® desde?Supervivientes.

La capacidad para reinventarse del programa estrella de las tardes es incre¨ªble. Ha pasado de ser un mero espacio de cotilleo y cr¨®nica social a una maquinar¨ªa perfecta de innovaci¨®n. Solo a ellos se les podr¨ªa ocurrir tirar la casa por la ventana para montar una Semana de la moda. El esfuerzo de llamar a dise?adores como Roberto Verino o Mar¨ªa Escot¨¦, montar un concurso para j¨®venes talentos y hasta irse a la India para traer moda extranjera es una aut¨¦ntica locura. M¨¢s sin saber si la audiencia comprar¨¢ el formato. Podr¨ªa haber sido un fracaso, pero, sorprendentemente, fue un ¨¦xito. Incluso los colaboradores viven la experiencia como si fuesen verdaderos modelos, como si de ellos dependiese el ¨¦xito del dise?ador. Y esa sensaci¨®n queda en el espectador.

Desde luego, S¨¢lvame no ha venido a salvar el mundo de la moda espa?ola. Ser¨ªa una locura afirmarlo -y eso que aqu¨ª, locos, estamos un rato-. El p¨²blico, m¨¢s que aprenderse nombres punteros de la moda actual, lo que quiere ver es a sus rostros televisivos favoritos desfilando. A Kiko Matamoros a pecho descubierto y a Mar¨ªa Pati?o medio desnuda luciendo pierna -incluso Jorge Javier se ha atrevido a presumir de torso-. Pero tampoco minimicemos el impacto que supone. ?A qu¨¦ dise?ador no le gustar¨ªa poder vestir a una de las estrellas del programa m¨¢s comentado de los ¨²ltimos tiempos? En Estados Unidos matan por colar sus vestidos en el reality de las Kardashian y aqu¨ª hacemos lo propio con Bel¨¦n Esteban. Desde?ar una plataforma as¨ª ser¨ªa no entender que la moda, adem¨¢s de un arte, es fundamentalmente un negocio.

S¨¢lvame ha conseguido que los espectadores asistan a un show de cuatro horas sin despegarse del sof¨¢ -adem¨¢s del fiting de los d¨ªas previos y las clase de modelaje-. Una revoluci¨®n si tenemos en cuenta que estamos acostumbrados a ver dos escasos minutos dedicados a los desfiles de la MBFWM en los telediarios. Pocos segundos para mostrar las creaciones de los dise?adores espa?oles al gran p¨²blico. ?Pero qu¨¦ invento es ¨¦ste? Igual va llegando el momento de aprender de estas iniciativas y comenzar a unir fuerzas.

Si los partidos pol¨ªticos han entendido que no pueden continuar dando la espalda a la televisi¨®n y su poder de convocatoria, ?por qu¨¦ no hacemos lo mismo con la moda? ?Por qu¨¦ nos empe?amos en seguir negando la evidencia? Sin duda, el experimento de S¨¢lvame funciona. El p¨²blico responde, las redes sociales se hacen eco y los famosos corren a ocupar las sillas para invitados.?

Evidentemente, no deben faltar las voces que denuncien que un programa de televisi¨®n no es una Semana de la moda -est¨¢ claro- y que no tiene el mismo esp¨ªritu ni la misma organizaci¨®n. Y claro que tienen raz¨®n, pero si un joven dise?ador consigue trabajo en las dif¨ªciles condiciones econ¨®micas que vive la industria hoy en d¨ªa, la S¨¢lvame Fashion Week ya tiene sentido. Y, oigan, anda que no nos lo pasamos viendo viendo el programa. ?Si es que es mejor que Eurovisi¨®n! El a?o que viene queremos que nos inviten al plat¨®. Al lado de Aless Gibaja si puede ser.