?Es el whisky el nuevo 'gin tonic'?
En el D¨ªa Mundial del Whisky repasamos los dilemas en torno a este destilado con el que sus integristas no admiten cambios. ?Se toma solo, con hielo o con agua? ?Haremos una ensalada con ¨¦l igual que con la ginebra?
El 21 de mayo se conmemora el D¨ªa Mundial del Whisky, uno de los destilados m¨¢s consumidos del mundo y que hay que tener archivado en el fichero de las religiones m¨¢s ortodoxas y radicales. Porque el bebedor de whisky es fiel a su bebida hasta la extrema unci¨®n. Y no deja de ser sorprendente que en esta era infernal de los gin tonic ensalada a¨²n no se haya dado cuenta la humanidad de que los bebedores de whisky tienen sus propios rituales.
El amante del whisky es un bebedor de nariz. Si a un whiskylover le cambias la marca o el acompa?amiento, empieza a olerlo a una distancia de 50 metros. Es como si tuvieran el sentido del olfato casi tan desarrollado como los perros de la polic¨ªa en los aeropuertos. Y por supuesto ladran, quieren su premio y no suced¨¢neos. Grandes c¨®cteles se han hecho con whisky, y ha superado con creces al ron en la pista de los combinados. Pero a la hora de degustar un whisky, aqu¨ª todo el mundo es s¨²per entendido y la pol¨¦mica estalla.
El hielo para los ping¨¹inos
Vayamos por partes. Para disfrutar de un buen whisky no hace falta coger una gaita y vestirse de Willy el encargado de mantenimiento escoc¨¦s del colegio de Los Simpson. Bastar¨¢ con un vaso ancho con el que se pueda apreciar aroma, color y textura. El resto ya es a gusto del consumidor. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que para poder disfrutar de cualquier espirituosa, lo suyo es no adicionar nada y as¨ª poder apreciar todos los matices.
Los m¨¢s puristas dicen que la degustaci¨®n del destilado ha de hacerse sin agua ni hielo ni nada de nada
Los m¨¢s puristas del whisky aprueban la idea de que la degustaci¨®n del destilado ha de hacerse sin agua ni hielo ni nada de nada, porque se supone que se pueden apreciar mejor los matices. El problema viene cuando los menos puristas (pero no menos extremos) a?aden un poco de agua para ¡°abrir¡± el whisky. Y se arma la marimorena porque claro, semejante herej¨ªa atentando contra el dios del vaso es intolerable. Al parecer, el argumento que se esgrime en semejante batalla del Peloponeso es que el agua no s¨®lo diluye el alcohol, sino tambi¨¦n los aromas y el sabor. Jam¨¢s se pondr¨¢n de acuerdo.
Y si a?adir agua es una herej¨ªa, el whisky s¨®lo con hielo es la personificaci¨®n del ¨¢ngel ca¨ªdo. Al igual que sucede con el vino, no hace falta ser un experto para saber que las bebidas demasiado calientes acent¨²an defectos mientras que las demasiado fr¨ªas esconden virtudes. Pues eso es justo lo que sucede con el hielo y el whisky, que todo lo bueno queda escondido y parapetado. Que s¨ª, que queda muy mol¨®n que nos apretemos un Riedel de whisky con hielo mientras observamos a los dem¨¢s como si fu¨¦ramos Al Capone un d¨ªa de lluvia; pero no estamos apreciando el whisky en condiciones, no vayamos de eruditos.
?Es el whisky el nuevo negro?
Nos cost¨® horrores enterrar la moda del ron con sus fiestas-apolog¨ªa del merchandising y nos precipitamos en el abismo del gin tonic. El gusto por la ginebra degener¨® en los gin tonic con menestra donde ya prima m¨¢s la cantidad de hierbajos de pa¨ªses ex¨®ticos que practican snorkel en nuestra copa que la propia ginebra. Creo que ya empezamos a estar un poco hartos de que cada vez que se pone un destilado de moda, perdamos la cabeza inventando estupideces y transformando nuestra bebida de siempre, aquella que nos ha acompa?ado durante a?os, en algo parecido a un caleidoscopio.
El whisky, probablemente, ha sido la espirituosa que se ha mantenido m¨¢s fiel a su concepto de siempre porque sus adeptos, por lo general, no son muy fans de los cambios. Con cola o ginger ale, en un suntuoso Manhattan o en un vaso de tubo las modas pasan de largo hasta quiz¨¢s el momento de ahora. En los ¨²ltimos a?os empezamos a ver el pesad¨ªsimo bombardeo de nuevas marcas de whisky dentro de botellas que parecen perfumes, en spots publicitarios donde supermodelos, actores de renombre y futbolistas juegan a ser unos ¡°se?ores¡± con su whiskazo mol¨®n. ?Estamos ante el advenimiento de la era del whisky? ?Ser¨¢ verdad que el imperio de la ginebra ya toca a su fin? Creo que va a costar mucho destronar al rey de reyes del olimpo de los alcoholes, m¨¢s que nada porque nos hemos acostumbrado demasiado a echar confeti de colores a las copas.
Posiblemente algunos ya se est¨¦n empezando a imaginar su copa de whisky con nueces de Macadamia, pimienta rosa del Brasil y an¨ªs estrellado. A este paso, apostaremos por las cervezas con tapa y todo lo dem¨¢s que se vaya a tomar viento. Total, somos libres de elegir lo que queramos, aunque sea monstruoso.
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