Atl¨¦ticos
Resulta que, teniendo entradas, no van a la final de la Champions, incapaces de soportar la idea de presenciar en directo una hipot¨¦tica derrota de su equipo
Son dos t¨ªos como dos castillos. Dos se?ores con una autoestima a prueba de bomba, un alt¨ªsimo concepto de s¨ª mismos y un foso de 100 metros plagado de caimanes que vadear a nado antes de poder tocarles un pelo. El uno, un gerifalte acostumbrado a dar y recibir pu?aladas mortales sin evidenciar m¨¢cula alguna en su piel de elefante ni su sonrisa de cocodrilo. El otro, un reportero especializado en hacer como que les compra el ung¨¹ento a los vendedores de crecepelo para luego dejarlos en cueros vivos. Dos colegas. Dos compa?eros. Dos cracksdel oficio, cada uno en su estilo. Normalmente se ignoran educadamente, como nos ignoramos los peces gordos y los chicos en los acuarios de la vida, cada uno con su estela de excrementos y burbujas a la chepa. Pero estos dos llevan toda la semana intim¨ªsimos. Se buscan. Se huelen. Se chistan. Se encuentran por las esquinas y se ponen a hablar de lo suyo como adolescentes en celo. Algo traman.
Ayer les o¨ª contarse sus cuitas. Resulta que, teniendo entradas, no van a la final de la Champions, incapaces de soportar la idea de presenciar en directo una hipot¨¦tica derrota de su equipo. Demasiado sufrimiento para esos corazoncitos. Confieso que me invadi¨® una ternura infinita y una envidia asesina. El f¨²tbol me aburre que me mata. Prefiero leerme a destajo el sumario de la G¨¹rtel a ver un partido en la tele. Pero yo quiero una pizca de esa droga capaz de convertir a dos tiarrones de 50 tacos en cr¨ªos de tercero de primaria cambiando cromos. Esa ilusi¨®n. Esa excitaci¨®n de las v¨ªsperas. Ese vivir sin vivir en uno. Yo quiero esa pasi¨®n gratuita. Cuando, ilusa de m¨ª, les pregunt¨¦ qu¨¦ les da el asunto para tenerlos en ese estado, se miraron como no dando cr¨¦dito a las tonter¨ªas que hay que o¨ªr por el mundo y me contestaron que son del Atleti, como si eso lo explicara todo y yo fuera boba de baba. Pues eso, que igual tienen raz¨®n. Qu¨¦ envidia.
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