Sudor fr¨ªo del banquero
Se han cometido errores de bulto que no se pueden enmascarar con las dificultades actuales del sector
El sudor del banquero es fr¨ªo, porque est¨¢ compuesto de cifras. Y a algunos les deja helados. Por ejemplo, a los accionistas del Banco Popular, tiempo atr¨¢s la joya de la corona de la banca espa?ola, hoy en plena ampliaci¨®n de capital para autorrescatarse.
Sus acciones perdieron la semana pasada m¨¢s de un 30% de su valor. Valen hoy (1,42 euros/t¨ªtulo) 21 veces menos que (los m¨¢s de 30 euros que val¨ªan) en 2008. En plata, los accionistas se han arruinado. Pero con fe cuasi religiosa y m¨¢s moral que el Alcoyano, no protestan, sino que muchos se aprestan a desembolsar parte de los 2.500 millones que les pide su presidente, ?ngel Ron.
Ron les ha explicado que eso servir¨¢ ¡°para hacer frente a un futuro inmediato plagado de incertidumbres¡±, por razones ajenas al banco (ca¨ªda de los tipos y mayores exigencias regulatorias, o sea, de la normativa bancaria) y ¡°para fortalecer el banco ante un entorno desafiante¡±. Claro que el entorno ¡ªlo exterior¡ª viene dif¨ªcil, pero el desaf¨ªo proviene sobre todo de las pifias propias.
?Cu¨¢les? Tres. Una, llegar tarde y mal a la burbuja inmobiliaria: miren la lista de perjudicados de todos los ¨²ltimos concursos de acreedores de gran tama?o: raro el que no se perdi¨®. Dos, no haber saneado bastante ese mal ladrillo. Tres, quedarse corto pidiendo en la ampliaci¨®n de 2012 solo 2.500 millones, en vez del doble.
No enmascaren esos errores de bulto con las dificultades actuales del sector. Los banqueros se quejan de que con los tipos de inter¨¦s del dinero bajo cero apenas pueden obtener margen por sus operaciones: no pueden cargar demasiado al cliente.
Pero olvidan ¡ªse lo tiene que recordar la sheriff de la vigilancia, Daniele Nouy¡ª que el BCE tambi¨¦n les suministra a ellos el dinero m¨¢s barato que nunca; que eso les permite prestar m¨¢s y mejor; y les ayuda a reducir la bolsa de clientes morosos.
Porque ?ser¨ªa sensato subir tipos para aumentar sus beneficios? ?A costa de ahondar el peligro de deflaci¨®n? No, el viento sopla en la direcci¨®n de hacerles sudar m¨¢s: aportar m¨¢s colchones, ¡°elevar a¨²n m¨¢s los niveles de capital exigidos¡± a distintas entidades, concluye el profesor Antoni Garrido (La banca en la eurozona, www.europeg.com). Tendr¨¢n que digitalizar, ser m¨¢s eficientes, recortar sueldos principescos... Como todos.
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