Contra el 'plan perfecto' de la Uni¨®n Europea
Hoy escribeJuan de Sola, periodista y presidente de la ONG Agareso. Las im¨¢genes son de (c)Miguel N¨²?ez, tomadas en el campo de Idomeni (Grecia) pocos d¨ªas antes de su evacuaci¨®n.
Los felices ojos de Attahmohammed lo dec¨ªan todo. Perd¨ªa su perspectiva en un desconocido punto de fuga como si quisiera agradecer a medio mundo la dicha de Osmanal llegar al Hospital La Fe de Valencia. Ha sido el resultado de una campa?a realizada de forma magistral por la ONG Bomberos en Acci¨®n. Un empe?o determinante para que el Gobierno de Espa?a activase todos sus mecanismos - al menos esta vez s¨ª - priorizando los derechos humanos por encima de otros criterios menos loables.
El peque?o convive con la par¨¢lisis cerebral desde que cumpli¨® el a?o, una realidad causada por las secuelas de una meningitis. En las ¨²ltimas semanas, lascondiciones en el campo de refugiados de Idomeni (Grecia), a medida que transcurr¨ªan los d¨ªas, iban comprometiendo su salud a niveles muy preocupantes. Tanto que el estado emocional de la familia ya no pod¨ªa disimular la desesperaci¨®n e impotencia ante tanta injusticia concentrada.
D¨ªas antes de su llegada a Espa?a, Miguel N¨²?ez, fot¨®grafo de la ONG Agareso, paseaba su sensible objetivo por el infierno griego donde miles de personas detuvieron sus caminos en medio de la incertidumbre.
Osman dorm¨ªa, com¨ªa y viv¨ªa bajo una tela de lona. A merced del fr¨ªo o calor, su menudo cuerpo deb¨ªa resistir a una de las pruebas m¨¢s exigentes: evitar enfermedades y abrazar la vida. Y lo hizo. Osman, abrigado por su propio silencio, resisti¨® a unas condiciones extremas. Se tem¨ªa por su estado. Pero finalmente recibi¨® la visita de la esperanza: una oportunidad de salir del infierno.
Desde hace unos d¨ªas, las autoridades griegas han puesto fecha de caducidad a la permanencia de los refugiados en el campo de Idomeni. Han comenzado a borrar esa terror¨ªfica postal de la insolidaridad cr¨®nica que protagoniza Europa trasladando a personas, no se sabe muy bien a donde, con la finalidad de despejar esa zona y recuperar el tr¨¢fico ferroviario fronterizo entre Grecia y Macedonia. Y poco a poco, apagar las llamas de un infierno para encender otro fuego en un misterioso y desconocido lugar. Un perfecto plan para sacar de la primera escena una nefasta gesti¨®n humanitaria.
Quiz¨¢s el ¨²ltimo en salir de aquel agujero incrustado en el coraz¨®n de Europa fuese el peque?o Osman. Es muy posible que el final feliz de su historia se convirtiese en un aislado oasis ante tanto espanto humano. Pero el desastre persiste aunque ya no se presente en nuestras televisiones cada ma?ana, tarde y noche. Que no se emitan im¨¢genes explicitas y amplias noticias de esta cruel realidad no permite creer que el problema ha quedado resuelto de forma milagrosa. Si fuera as¨ª, la estrategia ingeniada por la pol¨ªtica europea habr¨ªa funcionado a la perfecci¨®n. Habr¨ªa sido un ¨¦xito la aplicaci¨®n de las tres claves maestras: evacuar, dispersar y deportar.
Contra esta estrategia, solo una lucha colectiva frente a la amenaza del silencio podr¨¢ frustrar este pretendido olvido del refugiado. De nosotros depende extraviar la atenci¨®n o recordar, con insistencia, que el drama tiene a miles de seres humanos nadando sin rumbo en el mar de la injusticia a la espera de una m¨ªnima oportunidad, de una soluci¨®n digna.
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