Otra mirada sobre la integraci¨®n
Rom¨¦o Gbaguidi, director del Centro hispano-africano de Madrid. /Jean-Ars¨¨ne Yao
A estas alturas de la vida, ya no es ning¨²n secreto que la inmigraci¨®n despierta enalgunas personas compasi¨®n y, en otras, un miedo que una determinada prensa utiliza para destilar sumensaje racista y de odio hacia quieneshuyen de la miseria, la falta de oportunidad, persecuciones pol¨ªticas en busca de un cierto bienestar. Sin embargo, aunque unos pocos no sean "trigo limpio", la mayor¨ªa de quienes emigran vienen para construirsu propio ¨¦xito a fuerza de trabajo y tenacidad.
Es el caso de Rom¨¦o Gbaguidi, uno de los pocos africanos, en mi opini¨®n, que mejor entiendede los retos de la integraci¨®n de los inmigrantes subsaharianos en Espa?a. No en vano es autor de una tesis doctoral defendida en la Universidad Carlos III, bajo el t¨ªtulo Perspectivas te¨®ricas y aplicadas a la docencia del espa?ol a inmigrantes subsaharianos en contexto de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica. Una magn¨ªfica propuesta metodol¨®gica para los profesores sobre c¨®mo ense?ar la lengua castellana a los migrantes, muchos de los cuales proceden de pa¨ªses de habla francesa o inglesa.
Aunque no considera imprescindible el dominio del castellano para que los inmigrantes se integren. "M¨¢s bien deben conocer la lengua del pa¨ªs de acogida de forma funcional, conocer las bases que les permitan moverse con cierta facilidad y avanzar poco a poco en la sociedad con las herramientas ling¨¹¨ªsticas que les ayuden a buscar y conseguir un trabajo", asegura.
Su ejemploilustra, no obstante,a la perfecci¨®n esta cita de Boubacar Diouf,c¨¦lebre humorista senegal¨¦s afincado en Quebec: "Mi abuelo dec¨ªa que integrarse en una nueva cultura es como leer un libro varias veces. La primera lectura, generalmente, sirve para familiarizarnos con los personajes. A la segunda lectura, nosinteresamos un poco m¨¢s por la trama. Despu¨¦s de la tercera lectura, silogramos contar la historia con pasi¨®n, esto significa que esta se ha convertido en nuestra y los personajes, unos miembros de nuestra propia familia".
Llegado aEspa?a en 2004 para cursar un M¨¢ster en ense?anza del espa?ol como lengua extranjera, Gbaguidi termin¨® dirigiendo el Centro hispano-africano de Madrid, que formaba partede la redde Centros de Participaci¨®n e Integraci¨®n de Inmigrantes (CEPI). "Desde el principio, el equipo procur¨® que le centro fuera la casa de todos, un espacio de referencia e integraci¨®n entre los nativos y los extranjeros", declara.
Esta forma de trabajar permiti¨® una din¨¢mica de convivencia que pod¨ªa haber colocado a Espa?a a la vanguardia de los pa¨ªses que luchan realmente por la justicia social. Sin embargo,no se ha podido continuar,"con la excusa de la crisis econ¨®mica",selamenta Gbaguidi. Al hilo de nuestra conversaci¨®n, me comentaqueuna de las cr¨ªticas que se suele hacer a Espa?a en cuanto a los procesos migratorios es laausenciade una escuela enmateria de integraci¨®n social. "Sabemos que existen estrategias nacionales de inmigraci¨®n, pero no hay ninguna escuela que se pueda defender en cuanto a la interculturalidad", asegura.
Si bien reconoce la existencia de voces autorizadas, investigadores que llevan muchos a?os trabajando en este ¨¢mbito, critica que estos repitan las mismas ideas desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas. Con laconsecuencia que se confunda la inmigraci¨®n con las cuestiones de seguridad fronteriza con ?frica y, lo que es peor, se cree un sentimiento de rechazo hacia los africanos.
"Lo que pasa es que si la otra parte que tiene que facilitar la integraci¨®n tiene un bloqueo, la integraci¨®n es imposible", asevera. De ah¨ª que considere quelos africanos no sonlos que m¨¢s f¨¢cilmente son integrados en la sociedad espa?ola. Pues, adem¨¢s de los recelos, "carecen de un espacio formal de encuentro, un sitio donde compartir mesa y cultura entre s¨ª y con los nativos", apostilla.
A pesar detodo, Gbaguidi reconoce que la sociedad espa?ola es mucho m¨¢s solidaria que muchas otras de Europa. En los a?os que lleva aqu¨ª, se ha encontrado con bastantegente yasociaciones dispuestasa hacer cosas. Una experiencia que est¨¢ exportando a Marruecos, uno de los principales pa¨ªses de tr¨¢nsito de la inmigraci¨®n subsahariana hacia Europa. "All¨ª viajo para entender los procesos que se est¨¢n llevando a cabo, pero tambi¨¦n contarles qu¨¦ se est¨¢ haciendo en Espa?a, tanto a nivel de los investigadores como de los actores de la sociedad civil", dice.
Invitado por sus colegas del Grupo Hispano-marroqu¨ª de Investigaci¨®n sobre las Migraciones, viaja al reino alau¨ª porque b¨¢sicamente, desde el a?os 2014, se inici¨® un proceso de regularizaci¨®n de los inmigrantes, lo cual ha generado una nueva din¨¢mica. En sus estancias, intenta aportar su experiencia para que puedan ir desarrollando, en el marco de esta nueva pol¨ªtica migratoria, las claves para favorecer la integraci¨®n, los derechos fundamentales de los migrantes, una convivencia real y el fortalecimiento de la sociedad civil.
As¨ª las cosas, adem¨¢s de ser un ejemplo de integraci¨®n lograda, Rom¨¦o Gbaguidi es tambi¨¦n la personificaci¨®ndel refr¨¢n, "Quien con una mano da, con dos recibe".
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