Imperio gay

El domingo pasado vi la procesi¨®n del Corpus en Alcal¨¢ de Henares. Ni?os de primera comuni¨®n seguidos por sus padres, abuelos y dem¨¢s familia como Dios manda. Daba gusto verlos. Ellas, vestidas como de novias pijas para una boda en el campo. Ellos, como de ejecutivos del Ibex en la grada vip de un torneo de tenis. Presidiendo el cortejo, Juan Antonio Reig Pla, obispo de la di¨®cesis, m¨¢s ancho que largo con su mejor h¨¢bito. Alrededor, paseaban familias diversas y parejas de todos los sexos. Algunos se deten¨ªan a mirar el desfile. Otros pasaban bastante, cierto, pero no vi que nadie les tirara piedras, ni les escupiese, ni que le protestara al se?or obispo por no poder aparcar en el centro finde no y finde tampoco a mayor gloria de todos sus santos.

Reig Pla, azote de homosexuales y feministas, lleva tiempo calladito. Pero la cruzada sigue. Ha tomado el relevo el arzobispo de Valencia, Antonio Ca?izares. El cardenal, ministro de los papas Benedicto XVI y Francisco, lleva d¨ªas clamando que ¡°el imperio gay y la ideolog¨ªa de g¨¦nero¡± tienen amenazada de muerte a la familia cristiana. Dicen que Francisco le ha llamado a cap¨ªtulo, cosa que me extra?a del pont¨ªfice que vet¨® al embajador franc¨¦s en El Vaticano por ser homosexual declarado. Creo m¨¢s a quienes, conoci¨¦ndoles, sostienen que nadie se parece m¨¢s a un obispo que otro obispo, ni a un papa que otro papa. Ca?izares entr¨® de ni?o en el seminario y no ha conocido var¨®n ni mujer en sentido b¨ªblico. Por eso, eminencia, con todo respeto a su pastorado y a todas y cada una de sus ovejas, me permito se?alarle una paradoja en su discurso. Si entendiera algo acerca de las pasiones que juzga y condena desde su p¨²lpito, sabr¨ªa que la expresi¨®n ¡°imperio gay¡±, tan euf¨®nica y magn¨ªfica, es lo m¨¢s gay que se recuerda desde el ¡°maric¨®n el ¨²ltimo¡± con que se jalean los participantes en la carrera de tacones de la fiesta del Orgullo todos los santos a?os.