Una gran impostura
El centro izquierda retrocede ante la pinza del populismo y el catastrofismo
A medida que se acercan las elecciones del 26 de junio, la coalici¨®n Unidos Podemos deja m¨¢s clara su ambici¨®n de rebasar al PSOE, colocarse como ¨²nica alternativa al PP y auparse al poder. Hasta el punto de que ya convence a un elector de cada cuatro, seg¨²n el sondeo de Metroscopia que publica hoy EL PA?S, un sondeo alarmante aunque sea una instant¨¢nea de la realidad actual y no una predicci¨®n del resultado electoral. Frente a las dudas y debilidades de los socialistas y el descaro del PP de presentarse como el valladar contra el extremismo, la encuesta muestra la movilizaci¨®n de un electorado seducido por un pacto entre Podemos e IU tan artificial como oportunista y plagado de incertidumbres program¨¢ticas.
La crudeza de Pablo Iglesias fue elocuente cuando plante¨® condiciones draconianas al PSOE en la breve legislatura precedente. Ahora, Podemos se dedica a amenazar a un PSOE aturdido con una eventual desaparici¨®n en caso de no apoyarles y as¨ª garantizarse su apoyo para llegar a La Moncloa. Su estrategia es clara: asfixiar a los socialistas neg¨¢ndoles el acceso al Gobierno y dominar la agenda medi¨¢tica, para lo cual ha contado con el inestimable apoyo de un canal de televisi¨®n perteneciente a Atresmedia, grupo empresarial que juega a todas las barajas ¡ªes el mismo que edita La Raz¨®n¡ª y que sabe estar al lado del Gobierno cuando la situaci¨®n lo requiere.
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Ganar es una aspiraci¨®n leg¨ªtima de los partidos democr¨¢ticos; el problema es que desconocemos los verdaderos planes del magma populista y radical formado por Podemos e IU. Exasperados por la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica, muchos votantes parecen querer abrir paso a una opci¨®n rupturista sin reparar en las enormes incertidumbres que penden sobre ella. Pablo Iglesias, que ahora se presenta como adalid de una nueva socialdemocracia, cuestiona d¨ªa s¨ª d¨ªa no los fundamentos del sistema constitucional sin explicar lo que pretende instaurar en su lugar. Las diferentes propuestas de programa econ¨®mico que ha ido haciendo agravar¨ªan el estado de las finanzas p¨²blicas y provocar¨ªan un enfrentamiento frontal con las autoridades europeas en un momento en el que las instituciones europeas miran las finanzas espa?olas con mucha preocupaci¨®n y escasa confianza. Tampoco sus propuestas respecto a Catalu?a resultan tranquilizadoras, pues abrir¨ªan paso a un proceso de referendos de autodeterminaci¨®n en toda Espa?a que inevitablemente acabar¨ªa en su disgregaci¨®n.
?Y los dem¨¢s partidos? La buena noticia para el PP, atrincherado en el conservadurismo y a la espera de recoger los frutos del ataque de Podemos contra el PSOE, se conforma con repetir los resultados, en la esperanza de que ahora s¨ª gobernar¨¢. Y la p¨¦sima noticia para los socialistas, desdibujados y faltos de audacia, es que su suelo electoral puede ceder a¨²n m¨¢s si no reaccionan. Ciudadanos es una inc¨®gnita que probablemente solo resolver¨¢ el 26-J, aunque se ve a Albert Rivera sin el brillo de otros momentos. Esta es la situaci¨®n a tres semanas de la cita con las urnas. No es tiempo de bajar los brazos ni de hacer campa?as hipotensas, sino de se?alar a los electores los riesgos que entra?a la operaci¨®n en marcha para deprimir al centroizquierda y hacerle frente con arrojo. Se quiere convencer a esa gran mayor¨ªa situada en las zonas ideol¨®gicas templadas de que no hay m¨¢s alternativa que el PP o Podemos, cuando no es cierto. Esa impostura puede costarle muy cara a la sociedad espa?ola.
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