Un programa pol¨ªtico bailable
En lugar de propuestas, verbena; en vez de compromisos econ¨®micos, chunda-chunda; en lugar de renovaci¨®n, el himno del PP en todos los tonos. Con este comentario se inicia una serie que cubrir¨¢ toda la campa?a
El PP siempre ha tenido dificultades para entender los t¨¦rminos renovaci¨®n o modernizaci¨®n. Son palabras que sus dirigentes conocen, pero que no comprenden bien. A falta de una aut¨¦ntica renovaci¨®n del partido, que necesariamente incluir¨ªa una sustituci¨®n masiva de sus dirigentes actuales (gesti¨®n pol¨ªtica discutida y discutible m¨¢s corrupci¨®n contaminante), el partido de G¨¦nova ha optado por ampliar las escalas del himno del partido en una gama tonal que va desde lo retrechero al rock polvoriento que perpetraban los teloneros de los conciertos en los a?os 70. Con la luz cegadora, los destellos mareantes y las lentejuelas luminosas adecuadas, las variaciones del tar¨¢-tar¨¢-tararatarara del PP podr¨ªan haberse estrenado en el ¨²ltimo festival de Eurovisi¨®n y conseguir menos puntos que Alemania. Tenemos el himno PP en versi¨®n punk, heavy metal (es un decir), tonadillera desgarrada, bacalao, salsa o merengue, de corte chotis o especialmente arreglado para?variet¨¦s.Todos ellos perseguibles de oficio por delito de lesa m¨²sica y bailados adem¨¢s en las im¨¢genes promocionales por cargos del Gobierno y del partido con la misma soltura que el que salta a la comba. No esper¨¢bamos de Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa una Ginger Rogers emergente, pero movi¨¦ndose al ritmo del tar¨¢-tar¨¢ parece m¨¢s interesada en hipnotizar al inocente espectador que en articular alg¨²n movimiento coordinado.
Es de temer que el programa electoral del PP empiece y acaba en los arreglos sonrojantes de su himno corporativo. En lugar de programa, verbena; en vez de compromisos econ¨®micos, chunda-chunda para la plaza del pueblo. Un programa electoral de bailables. Pero eso s¨ª, para todos los grupos sociales.Y lo peor es que, como conclu¨ªan las cr¨®nicas a?ejas sobre alborotos y ri?as tumultuarias, no se practicaron detenciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.