Londres, contra la extrema delgadez en los anuncios del transporte p¨²blico

Las campa?as publicitarias que promueven una imagen poco realista del cuerpo -demasiado perfecto, demasiado delgado- van a ser prohibidas en el transporte p¨²blico de Londres cuando se considere que pueden avergonzar a quien las vea. Esta es una de las promesas electorales que se dispone a cumplir el nuevo alcalde de la capital brit¨¢nica, Sadiq Khan, ante el alud de protestas que han suscitado en los ¨²ltimos tiempos aquellos anuncios que generan expectativas frustrantes.

¡°Como padre de dos hijas adolescentes estoy tremendamente preocupado por ese tipo de publicidad. Nadie deber¨ªa sentirse presionado cuando viaja en el metro o en el autob¨²s por esos mensajes que degradan al p¨²blico, especialmente a las mujeres¡±, ha repetido este pol¨ªtico laborista, elegido para el cargo en mayo, en una n¨ªtida advertencia a la industria de la publicidad.

¡°?Est¨¢s preparado para un cuerpo playero?¡±, rezaba el anuncio de una colecci¨®n de productos vitam¨ªnicos para adelgazar que meses atr¨¢s desat¨® la controversia por animar sobre todo a las j¨®venes a emular la figura de una modelo embutida en un m¨ªnimo biquini amarillo y luciendo un cuerpo inalcanzable para el com¨²n de las mujeres. Lejos de considerarla un ideal inspirador, los cr¨ªticos denunciaron entonces que im¨¢genes como esa contribuyen a que las consumidoras se sientan f¨ªsicamente inferiores, por lo que acabaron reuniendo decenas de miles de firmas para exigir su retirada.

Aunque aquella campa?a prosigui¨® sin veto, el entonces candidato a la alcald¨ªa tom¨® nota de las quejas. Una vez erigido ganador, Khan ha confirmado esta semana que las dos grandes agencias que gestionan los anuncios exhibidos en el transporte p¨²blico de Londres (Tfl, en sus siglas inglesas) participar¨¢n en un organismo creado por el Ayuntamiento para supervisar que la publicidad se atenga a las nuevas normas. La decisi¨®n del alcalde va a tener un importante impacto en el sector, puesto que el Tfl concentra un negocio publicitario estimado en 1.500 millones de libras (unos 1.338 millones de euros), que se traduce en 12.000 anuncios cada a?o. Su argumento es que estas campa?as difieren de las de los peri¨®dicos, la televisi¨®n o Internet porque el usuario del metro y el bus no puede escapar f¨ªsicamente de la presi¨®n publicitaria (pero s¨ª pasar la hoja del diario, cambiar de canal en la televisi¨®n o cerrar la p¨¢gina web).

El gesto del alcalde se enmarca en el debate que Reino Unido no logra resolver sobre la influencia perniciosa de un tipo de campa?as, sobre todo en el campo de la moda y sus nuevos prototipos ultradelgados. El organismo regulador de la publicidad prohib¨ªa el pasado abril la emisi¨®n de un anuncio de Gucci que favorec¨ªa la ¡°delgadez enfermiza¡± de sus protagonistas, igual que hiciera anteriormente con otras promociones de Saint Laurent (con una modelo con costillas muy pronunciadas y unas piernas como palillos) o de Miu Miu, por sexualizar la imagen de una maniqu¨ª que parec¨ªa una ni?a aunque no lo era. La pasarela anual de la Semana de la Moda de Londres sigue, no obstante, exhibiendo a algunas modelos que est¨¢n en los huesos sin que el Parlamento brit¨¢nico acabe de aprobar una ley para acotarlo.