Nueve de cada diez ni?os migrantes llegan solos a las costas italianas
M¨¢s de 7.000 menores arribaron a Italia sin supervisi¨®n de un adulto entre enero y mayo de 2016, y est¨¢n expuestos a los traficantes, explotaci¨®n y abusos, alerta Unicef
Abubacarr, de 16 a?os, se march¨® de su casa en Barra (Gambia) cuando ten¨ªa 15 a?os, en febrero de 2015. Su padre hab¨ªa muerto, ya no pod¨ªa ir a la escuela y muchos d¨ªas no ten¨ªa qu¨¦ comer. "No se lo dije a mi madre porque a ella no le parec¨ªa buena idea que me fuera. Cog¨ª solo un poco de ropa porque hab¨ªa o¨ªdo que en los puntos de control, especialmente en Libia, te quitaban lo que llevaras. Si pudiera haber tra¨ªdo algo, habr¨ªa cogido mis botas y camiseta para jugar al f¨²tbol", relata el joven en un testimonio recogido por Unicef en un centro de atenci¨®n a refugiados en Trabia, Sicilia. ?l es uno de los miles de menores que, huyendo de la violencia o el hambre en sus pa¨ªses de origen, llegan a Italia solos, sin ning¨²n adulto a su cargo. Son nueve de cada diez; vulnerables a caer en redes de traficantes, a ser explotados laboral o sexualmente y perder su infancia, algunos incluso su vida, por el camino. Es la alerta que lanza este martes la Agencia de la ONU para la Infancia en su informe Un peligro en cada etapa del camino.
Ocho meses despu¨¦s de su partida, Abubacarr lleg¨® a Italia. Hab¨ªa atravesado Gambia, Senegal, Mali, Burkina Faso, N¨ªger y Libya. ¡°Viaj¨¦ sin pasaporte, solo llevaba mi cartilla de vacunaci¨®n. Cruc¨¦ muchas fronteras, pero nunca me pidieron mi identificaci¨®n, solo dinero", contin¨²a. Y todav¨ªa no ha llegado a la parte peligrosa de su periplo: Libia. All¨ª temi¨® por su vida. "Mataban a la gente y sufr¨ª mucho en los cuatro meses que pas¨¦ all¨ª". Pero no se pod¨ªa marchar hasta reunir los 350 euros que cuesta coger un bote rumbo a Europa. Los ni?os no acompa?ados dependen generalmente de los traficantes de seres humanos y est¨¢n sometidos a un "sistema de pago sobre la marcha ¡ªdeben pagar en diferentes fases del camino si quieren seguir adelante¡ª, lo que que les expone a la explotaci¨®n", advierte Unicef.
Efectivamente, Abubacarr trabaj¨® como alba?il y lavando platos, hasta que pudo pagar a los traficantes para realidar su primer intento de cruzar el Mediterr¨¢neo. Pero fue capturado y acab¨® en prisi¨®n. "Escap¨¦, cog¨ª un segundo bote y fuimos rescatados por militares noruegos. Nos dieron agua, comida y ropa. Me dijeron: 'Est¨¢s en Europa, todo ir¨¢ bien". El joven gambiano que, seg¨²n sus palabras, dejaba atr¨¢s la guerra y llegaba a una tierra de paz, se sinti¨® "feliz". Su madre, que pensaba que hab¨ªa muerto despu¨¦s de tantos meses sin saber de ¨¦l, tambi¨¦n.
¡°Es una situaci¨®n silenciosa y desesperada: son invisibles y por tanto est¨¢n abandonados. Sin embargo, hay decenas de miles de ni?os que corren peligro todos los d¨ªas, y cientos de miles m¨¢s est¨¢n dispuestos a arriesgarlo todo¡±, asegura en el documento Marie Pierre Poirier, coordinadora especial de Unicef para la crisis de los refugiados y migrantes en Europa. ¡°Necesitamos proteger urgentemente a estos ni?os de todos los tipos de abuso y explotaci¨®n que sufren de manos de quienes se aprovechan de sus sue?os¡±, contin¨²a.
Los testimonios como el de Abubacarr, recogidos en el informe de Unicef, documentan el peligroso viaje que realizan los cr¨ªos, algunos (chicos y chicas) son incluso v¨ªctimas de abusos y explotaci¨®n sexual. Algunas j¨®venes estaban embarazadas cuando llegaron a Italia, despu¨¦s de haber sido violadas u obligadas a prostituirse, seg¨²n los trabajadores sociales italianos consultados para el estudio.
"Todos estos peque?os necesitan protecci¨®n y que se cumplan sus derechos. Todos los pa¨ªses, los de origen, los que atraviasen y sus destinos tienen el deber de protegerlos", se?ala el organismo de la ONU. Como ya exig¨ªa Sara Collantes,?especialista en pol¨ªticas de infancia de Unicef Espa?a, en una columna publicada en Planeta Futuro ¡ªNo perdamos el rastro de un solo ni?o m¨¢s¡ª Poirier pide una reforma legislativa global para que los menores migrantes, refugiados o solicitantes de asilo no acompa?ados no queden desamparados. Tanto los datos como los relatos de los ni?os justifican la emergencia y urgencia de este llamamiento: de los 7.567 menores que cruzaron el mar y llegaron a Italia entre el uno de enero y el 31 de mayo de 2016, el 92% estaban solos. Una cifra muy por encima de la que se registr¨® en el conjunto de Europa en 2015, cuando 95.970 ni?os no acompa?ados solicitaron asilo, lo que representa casi el 24% del total de peque?os que desembarcaron en el continente el a?o pasado: 405.955.
Una de ellas era Osarugue, de 16 a?os. Huy¨® de Benin, Nigeria, porque sus padres pretend¨ªan casarla con un hombre mucho mayor que ella. Desde la capital del pa¨ªs, Abuja, llam¨® a su padre para decirle que nunca iba a volver. Su progenitor entendi¨® sus motivos y contact¨® con contrabandistas y traficantes para que llevaran a la ni?a hasta Europa. Tras pasar por Agadez y Tr¨ªpoli, se subi¨® a un barco, donde fue encerrada bajo llave en un compartimento oscuro y caluroso junto con otras 175 personas.Y pens¨®: "As¨ª es como termina mi vida". Ocho horas despu¨¦s vagando a la deriva, la escotilla de la bodega se abri¨®. Era mediod¨ªa. Estaban siendo rescatados. Con aquel rayo de luz en su memoria, Osarugue sue?a con estudiar italiano y convertirse, alg¨²n d¨ªa, en m¨¦dico para atender partos.
Ella ha sido acogida en el Rainbow, un centro administrado por el Gobierno italiano para atender a ni?as no acompa?adas proporcion¨¢ndoles refugio, alimentaci¨®n, educaci¨®n y ayuda legal. De ella conocemos su historia, de otros 10.000 menores llegados solos a Europa desconocemos su paradero, seg¨²n la Europol. Asegurarles la protecci¨®n cuando desembarcan es crucial. Eso, cuando ya han escapado y llegan al final de su camino, pero Unicef no olvida que toda huida tiene un origen, una causa que se puede combatir.
El hambre, matrimonios forzados, la guerra... los ni?os no solo huyen de una casa, un pa¨ªs, una tierra, sino del miedo, la violencia y la falta de oportunidades. En todo el mundo, casi uno de cada 10 ni?os residen en pa¨ªses y zonas afectadas por conflictos armados, y m¨¢s de 400 millones viven en situaci¨®n de pobreza extrema. "A menos que se aborden estas causas, seguir¨¢n emigrando en? busca de una vida mejor", advierte Unicef.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Unicef
- Ni?os
- Inmigrantes
- Inmigraci¨®n
- ONU
- Organizaciones internacionales
- Relaciones exteriores
- Crianza hijos
- Madres
- Padres
- Hijos
- Pedagog¨ªa
- Parentesco
- Familia
- Infancia
- Educaci¨®n
- Menores migrantes
- Menores
- Migrantes
- Grupos sociales
- Migraci¨®n
- Demograf¨ªa
- Sociedad
- Menores extranjeros no acompa?ados
- Actualidad
- Planeta Futuro
- Mamas & Papas