La obra conjunta de Iglesias y Rajoy
Con su plan de destruir el centro, ambos nos condenan a la ingobernabilidad
Ante las elecciones generales, algunos tratan de hacernos creer que los ciudadanos que se acerquen a las urnas solo tienen ante s¨ª una ¨²nica y dram¨¢tica decisi¨®n: apoyar a un bloque de derechas dirigido por el PP o, por el contrario, sumarse a un bloque de izquierdas encabezado por Podemos.
Esa dicotom¨ªa es falsa e interesada. Primero, porque, como muestran todas las encuestas, una mayor¨ªa considerable de espa?oles se sit¨²a en posiciones ideol¨®gicas cercanas al centro. Segundo, porque, como muestra el sondeo de Metroscopia publicado hoy por EL PA?S, aunque la mayor¨ªa de votantes del PP preferir¨ªan gobernar con Ciudadanos, y los de Podemos con el PSOE, los socialistas y los de Ciudadanos se decantan con toda claridad por coaliciones transversales que incluyan a sus partidos, antes que por f¨®rmulas en las que no est¨¦n ellos dos.
La l¨®gica de bloques la promueven aquellos que quieren hacer creer que solo se puede gobernar Espa?a desde un extremo ideol¨®gico en confrontaci¨®n con el otro extremo. Pero esta l¨®gica no solo es falaz sino destructiva para nuestro pa¨ªs. Basta con examinar las propuestas program¨¢ticas de los cuatro partidos en liza ¡ªcosa que, por desgracia, una campa?a electoral basada en las emociones y el trazo grueso no parece estar permitiendo¡ª, para comprobar que la confluencia program¨¢tica entre PP y Ciudadanos, por un lado, y PSOE y Unidos Podemos, por otra, es mucho menor que la existente, por ejemplo, entre socialistas y Ciudadanos.
El nuevo tablero pol¨ªtico, multipartidista, hace bastante in¨²til reivindicar la victoria en votos como ¨²nica fuente de poder. Eso se aplica especialmente a Mariano Rajoy: el mal balance de legislatura, su deteriorada imagen a costa de los innumerables casos de corrupci¨®n sufridos en sus filas y su reticencia tras el 20-D a abrir negociaciones conducentes a una investidura le invalidan para liderar una coalici¨®n, necesariamente transversal, que promueva los cambios y reformas necesarios para Espa?a. Adem¨¢s, si como indican las encuestas, sus resultados fueran peores que los del 20-D, resultar¨¢ muy dif¨ªcil que contin¨²e como l¨ªder de su partido, ya que, como ha se?alado Albert Rivera, eso cerrar¨ªa al PP toda posibilidad de permanecer en el Gobierno.
Editoriales anteriores
Al otro lado del tablero pol¨ªtico, Pablo Iglesias es, pese a postularse como la ¨²nica alternativa a Mariano Rajoy, el dirigente con menos posibilidades de ser presidente del Gobierno. Es imposible imaginar que los socialistas ¡ªdespu¨¦s de haber visto malograda la investidura de Pedro S¨¢nchez por la resistencia de Podemos siquiera a abstenerse¡ª se dispongan ahora a convertir a Pablo Iglesias en jefe de un Ejecutivo en el que el PSOE juegue el papel de comparsa. Mantenemos la posici¨®n defendida en su d¨ªa desde este espacio editorial de que el PSOE no puede gobernar con Podemos porque esta es una fuerza esencialmente populista y de variable orientaci¨®n ideol¨®gica que no ha demostrado fiabilidad ni actitudes como para gobernar para todos los espa?oles. Esa posici¨®n es mucho m¨¢s rotunda si el PSOE es tercera fuerza por el deseo de los votantes de ver a los socialistas en la oposici¨®n.
Adem¨¢s, el camino hacia La Moncloa de Podemos se ve lastrado por el hecho de que suscita casi tanta reticencia como el PP en el conjunto de la sociedad: el 57% nunca votar¨ªa a los populares, y el 43% tampoco lo har¨ªa nunca por Podemos, mientras solo un 14% manifiesta absoluto rechazo hacia el PSOE o Ciudadanos.
La centralidad viene tambi¨¦n obligada por el deterioro de las dos fuerzas dominantes en el anterior sistema bipartidista, PP y PSOE, que parecen reunir ahora una menor intenci¨®n de voto, y posiblemente, menos esca?os, que en diciembre.
Hay que pedir a los electores que decidan su voto siendo conscientes del dif¨ªcil marco espa?ol y europeo en que les toca decidir. Y a los partidos, que abandonen el terreno de la banalizaci¨®n y del simplismo. No se puede confundir al electorado grit¨¢ndole que no hay m¨¢s opci¨®n que Rajoy o Iglesias. Todav¨ªa existen muchos votantes indecisos y hay campa?a por delante.
Desde la transversalidad se pueden encontrar soluciones de gobierno que traigan a la vez cambio y estabilidad, y reformas sin rupturas, adem¨¢s de soluciones para cuestiones enquistadas, como la de Catalu?a. Por el contrario, desde la polarizaci¨®n, el frentismo y la din¨¢mica de bloques solo se puede garantizar una continua crispaci¨®n que conduce a que los problemas se perpet¨²en.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.