La crisis de los antibi¨®ticos en cuatro puntos
La capacidad de adaptaci¨®n de las bacterias, el mal uso en granjas, la globalizaci¨®n y un problema de mercado hacen peligrar la eficacia de los antimicrobianos
Durante decenas de miles de a?os, una simple infecci¨®n bacteriana que hoy se cura con ocho d¨ªas de antibi¨®ticos pod¨ªa significar la muerte. Esto cambi¨® durante el siglo XX, cuando se desarrollaron los primeros tratamientos antimicrobianos. Desde el principio, los cient¨ªficos responsables de aquellos logros fueron conscientes de lo ef¨ªmero que pod¨ªa ser su triunfo. ¡°La persona inconsciente que juegue con el tratamiento de la penicilina es moralmente responsable de la muerte del hombre que sucumba a una infecci¨®n con un organismo resistente a la penicilina¡±, advert¨ªa en 1945 Alexander Fleming. He aqu¨ª algunos de los motivos por los que aquellas predicciones se est¨¢n confirmando.
Una gran capacidad de adaptaci¨®n
Las bacterias crean resistencia a los antibi¨®ticos de dos maneras: a trav¨¦s de mutaciones o adquiriendo la capacidad de otras bacterias. Las mutaciones son cambios espont¨¢neos en el material gen¨¦tico que con frecuencia son in¨²tiles o negativos, pero a veces permiten que los microbios generen enzimas que desactiven los antibi¨®ticos o que hagan desaparecer las dianas que los hacen vulnerables. Al mismo tiempo, las bacterias pueden transmitir los genes que otorgan resistencia a los antibi¨®ticos apare¨¢ndose, por medio de virus que transmiten secuencias de ADN que les dan esa capacidad o incluso tom¨¢ndolo del medio ambiente.
Seg¨²n explica Juan Pablo Horcajada, portavoz de la Sociedad espa?ola de enfermedades infecciosas y microbiolog¨ªa cl¨ªnica (SEIMC), ¡°el mero hecho de utilizar antibi¨®ticos predispone a que se desarrollen resistencias¡±. ¡°Hay bacterias que ya son resistentes a los antibi¨®ticos y al usarlos se hace desaparecer a las que s¨ª son sensibles mientras las otras sobreviven¡±, a?ade. ¡°Con un tratamiento demasiado corto o demasiado largo, vas a favorecer la selecci¨®n de las bacterias resistentes¡±, apunta. En el caso del tratamiento largo, ¡°creas un desequilibrio ecol¨®gico que solo se recupera cuando dejas de utilizarlo y permites que vuelvan las bacterias buenas¡±, concluye.
El uso masivo en las granjas
Las granjas de medio mundo son verdaderos campos de entrenamiento para las bacterias. Por un lado, el hacinamiento de animales facilita las infecciones que requieren un uso frecuente y masivo de antibi¨®ticos. Adem¨¢s, estos medicamentos en peque?as dosis se emplean para engordar a los animales. Estos tratamientos rebajados son una forma involuntaria de vacunar a las bacterias, permitiendo que se familiaricen con un f¨¢rmaco que deber¨ªa matarlas y manteni¨¦ndolas con vida. Los microorganismos que sobreviven suelen hacerlo con mutaciones que les confieren resistencia a los antibi¨®ticos. Un estudio realizado en China publicado en la revista PNAS en 2013 identific¨® m¨¢s de cien genes que incrementan la resistencia a los antibi¨®ticos de las bacterias que se encuentran en el esti¨¦rcol y los suelos de varias granjas de cerdos. En estos lugares, la presencia de estos genes era entre 192 y 28.000 veces superior a la de granjas en las que no se empleaban antibi¨®ticos.
La globalizaci¨®n
El fen¨®meno de la globalizaci¨®n est¨¢ influyendo en la difusi¨®n mundial de resistencias, que viajan junto a los humanos. ¡°Hay bacterias resistentes que tienen su origen en la India y llegan a Gran Breta?a¡±, apunta Horcajada, jefe de servicio de enfermedades infecciosas del Hospital del Mar de Barcelona. La movilidad humana hace que tengan menos efectividad normas pensadas para controlar la aparici¨®n de resistencias, como la prohibici¨®n en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados de utilizar antibi¨®ticos en dosis bajas para engordar a los animales. Las bacterias fortalecidas en pa¨ªses menos cuidadosos pueden viajar en poco tiempo a los que tienen mayores medidas de control.
La globalizaci¨®n tambi¨¦n ha trasladado a los pa¨ªses ricos problemas que surgen debido a la pobreza en distintas regiones del planeta. En algunos pa¨ªses pobres, hay personas que no llegan a completar los tratamientos por faltas de recursos, algo que facilita la aparici¨®n de resistencias. En pa¨ªses como India, el crecimiento econ¨®mico ha hecho posible el uso de antibi¨®ticos para infecciones que no los necesitan, o el uso de estos f¨¢rmacos como medida preventiva: dos malos usos que han multiplicado la presencia de bacterias resistentes en este pa¨ªs.
Una guerra mal financiada
Hasta los a?os sesenta se desarrollaron m¨¢s de 20 clases nuevas de antibi¨®ticos. Desde entonces, solo dos nuevos tipos de antibi¨®tico han alcanzado el mercado. ¡°Se ha frenado el desarrollo de nuevos antimicrobianos porque desde el punto de vista econ¨®mico interesan m¨¢s otras mol¨¦culas¡±, denuncia Horcajada. ¡°Las empresas han dirigido su esfuerzo a productos que devuelven m¨¢s r¨¢pidamente la inversi¨®n, enfermedades cr¨®nicas en las que el paciente tiene que utilizar el f¨¢rmaco de forma continuada y no se cura, como sucede con los antibi¨®ticos¡±, a?ade.
¡°Si hay dinero, ser¨ªa posible crear antibi¨®ticos a la velocidad adecuada, pero como eso no es as¨ª, las bacterias est¨¢n ganando la batalla en muchos campos¡±, advierte Horcajada. La preocupaci¨®n por este fen¨®meno ha hecho que en EEUU o en Europa se hayan creado sistemas de incentivos para tratar de que la industria farmac¨¦utica se ocupe de buscar nuevos antibi¨®ticos que suplan aquellos que comienzan a ser ineficaces por la aparici¨®n de resistencias.
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