De ellas a ellos, el tenis coral est¨¢ en manos de Italia
Cuatro d¨ªas despu¨¦s de conquistar la competici¨®n femenina, el pa¨ªs transalpino se impone en la final a Pa¨ªses Bajos (2-0) y revalida el t¨ªtulo de la Copa Davis en M¨¢laga
Se cierra este 2024 exactamente igual que finaliz¨® 2023, con los chicos de Italia posando orgullosos con la Ensaladera de la Copa Davis en el Mart¨ªn Carpena, marco fetiche ya para el pa¨ªs transalpino. De un a?o a otro, mismo vencedor y misma r¨²brica; la pone de nuevo el incontestable Jannik Sinner, que con el triunfo sobre Tallon Griekspoor (7-6(2) y 6-2) redondea el ¨¦xito azzurro ¡ªantes ha cumplido Matteo Berrettini ante Botic van de Zandschulp (6-4y 6-2)¡ª y remata una semana fant¨¢stica e hist¨®rica. Cuatro d¨ªas antes, las representantes femeninas celebraban la victoria en la Billie Jean King Cup y se sacaban la espina del curso pasado, cuando cedieron en la final contra Canad¨¢. Atinaron esta vez, de modo que Italia grita por todo lo alto: as¨ª es, el tenis de hoy es nuestro.
Ganaron ellas y vencen tambi¨¦n ellos, 2-0 ante Pa¨ªses Bajos, para dar forma a un doblete que solo lograron previamente Estados Unidos (1963, 1969, 1978, 1979, 1981 y 1982), Australia (1964, 1965 y 1973), Rep¨²blica Checa (2012) y Rusia (2021). De este modo, Italia sigue luciendo m¨²sculo y subrayando la apuesta que hizo hace una d¨¦cada, cuando empez¨® a trabajar con decisi¨®n la base y a ir esculpiendo una serie de talentos que hoy d¨ªa brillan tanto de manera coral como individual. Sinner es, sin duda, la joya de la corona, un rutilante n¨²mero uno que sella una temporada estratosf¨¦rica, completada con dos grandes, el mando del circuito y esta guinda de la Davis, la competici¨®n que precisamente le dio vuelo hace un a?o. Desde entonces, victorias y m¨¢s victorias, nueve laureles y, sobre todo, la sensaci¨®n de que no ya solo se han desmarcado del resto Alcaraz y ¨¦l, sino que adem¨¢s aventaja en un par de palmos al espa?ol.
El gobernador de la ATP ha ganado 29 de sus 30 ¨²ltimos partidos y desde que triunfara en Cincinnati, agosto, solo ha podido frenarle el de El Palmar. Sucedi¨® en la final de Pek¨ªn. Despu¨¦s, bajo techo, otros tres premios de campanillas: Shangh¨¢i, la Copa de Maestros y la Davis. Su pa¨ªs, pues, festeja por tercera vez, despu¨¦s de que el a?o pasado acabara con el maleficio que arrastraba desde 1976, cuando sucumbi¨® Chile. Lo hace ahora Holanda, una secundaria que no solo emborron¨® la despedida de Nadal, sino que tambi¨¦n redujo a Alemania y progres¨® hasta el desenlace del torneo. En esta ocasi¨®n, sin embargo, no dispuso de opci¨®n alguna, puesto que Van de Zandschulp perdi¨® contra Berrettini ¡ªtres de tres para este ¨²ltimo, espl¨¦ndido a lo largo de toda la semana¡ª y lo de Griekspoor con Sinner supon¨ªa poco menos que una quimera.
Dirige Italia desde los despachos, con Andrea Gaudenzi en el sill¨®n presidencial de la ATP desde 2020, y tambi¨¦n lo hace en las competiciones colectivas de esta recta final, te?ida enteramente de un azul el¨¦ctrico. De repente, su tenis se ha encontrado con Jasmine Paolini, capaz de alcanzar las finales de Roland Garros y Wimbledon a los 28 a?os, cuando hasta ahora no hab¨ªa ofrecido pistas rese?ables, y exhibe con orgullo a su diamante masculino, que a los 23 a?os ya ha hecho la tarea que se le presupone a todo gran campe¨®n; a falta de una Davis, el de San C¨¢ndido ya cuenta con dos, am¨¦n de esa Copa de Maestros tan dif¨ªcil de conquistar y que a no pocas figuras se les resisti¨®; de esta forma, desbloquea las dos codiciadas casillas e irrumpir¨¢ en 2025 como un tiro, aunque tambi¨¦n sometido a examen, con una cantidad ingente de puntos por defender.
En concreto, Sinner deja un balance de 73 victorias y solo seis derrotas; es decir, un promedio del 92,4%. ?Y qu¨¦ significa esto? Que no est¨¢ lejos o bien supera algunos registros excepcionales de otras estrellas. Por ejemplo, el de Djokovic en 2011 (92,1%) o el de Nadal en 2013 (91,5%), o los del mallorqu¨ªn o Roger Federer en 2018 (91,8%) y 2017 (91,5%) de manera respectiva. Ahora bien, no llega a alcanzar los picos salvajes del suizo cuando nadie le tos¨ªa, antes de la irrupci¨®n del espa?ol: un 95,3% en 2005 y 94,8% en 2006. ¡°Sientes la presi¨®n de Italia sobre tus hombros¡±, se sincera, unido ya al de Basilea y a Serena Williams como los ¨²nicos que han conseguido ganar al menos un set en todos los partidos que disputaron en un mismo a?o. Fastuoso el ejercicio de Sinner.
Sin la necesidad de apretar del todo, simplemente esperando a que su propuesta corrosiva surtiera efecto y Griekspoor cayera como fruta madura pese a la ef¨ªmera r¨¦plica del segundo set, sentenci¨® la serie definitiva y certific¨® el gran momento de su naci¨®n, que hoy d¨ªa cuenta con seis representantes en el top-50 de la ATP ¡ªnueve en entre los cien mejores¡ª y festeja de nuevo en M¨¢laga. A lomos del ritmo vertiginoso impuesto desde enero por el n¨²mero uno, bien respaldado por Berrettini (28) y con el aderezo de una ¨²ltima hornada que promete, los Musetti (22), Cobolli (22) o Arnaldi (23) en la rec¨¢mara, Italia bailotea otra vez en la pista del Carpena y se eleva como la nueva potencia a batir. ?nicamente cinco equipos hab¨ªan logrado retener la Ensaladera: Estados Unidos, Suecia, Alemania, Espa?a y, como referencia m¨¢s cercana, la Rep¨²blica Checa entre 2012 y 2013. Hoy, est¨¢ claro, el tim¨®n est¨¢ en manos de los azzurri.
BERNARDES, OTRA DESPEDIDA ILUSTRE
Esta semana puso fin a su carrera Rafael Nadal y también lo hace un ilustre del arbitraje con el que el mallorquín tuvo sus más y sus menos en alguna que otra ocasión. El juez Carlos Bernardes, de 59 años, finalizó su recorrido oficial después de más de 30 años y 8.000 partidos supervisando el juego y ejerciendo con carisma desde lo alto de la silla.
A mediados de los ochenta se hizo juez de línea y en 1992 se incorporó al circuito de la ATP como autoridad principal. El brasileño ha arbitrado a 24 de los 29 números uno, de Mats Wilander a Jannik Sinner, según precisa el organismo, y fue precisamente él quien controló el primer compromiso profesional de Nadal, en Mallorca (2002).
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