La casa de las sillas
VITRA ES, adem¨¢s de una f¨¢brica de mobiliario de vanguardia situada en la frontera con Basilea, una colecci¨®n de edificios firmados por los arquitectos m¨¢s famosos del mundo. A ese marco tardaron en llegar los proyectistas m¨¢s destacados de la ciudad, pero hoy parecen haberse convertido en los favoritos de Rolf Fehlbaum, el alma de la empresa. Como Fehlbaum, Jacques Herzog y Pierre de Meuron nacieron y envejecen en la urbe suiza, donde han visto c¨®mo sus empresas crec¨ªan hasta convertirse en referentes mundiales.
Llamaba la atenci¨®n que en el Campus Vitra, donde el primer proyecto construido por la recientemente desaparecida Zaha Hadid ¨Cla estaci¨®n de bomberos¨C convive con los primeros edificios que Frank Gehry ¨Cel Museo Vitra Design¨C o Tadao Ando ¨Cun auditorio¨C levantaron en Europa, faltaran los arquitectos locales. Pero Fehlbaum sol¨ªa argumentar que ¨¦l buscaba traer el mundo a su casa. Hasta que, en 2006, eligi¨® a sus conciudadanos m¨¢s ilustres para levantar VitraHaus, el coraz¨®n de la f¨¢brica. Puede que pensara que, para entonces, trabajar con Herzog & de Meuron, autores de la Tate Modern, era llevar el universo al pueblo fronterizo de Weil am Rhein (Alemania), donde se encuentra el campus de la empresa. Estos d¨ªas se ha inaugurado all¨ª una segunda intervenci¨®n de los tambi¨¦n creadores del CaixaForum de Madrid. Y, como la propia VitraHaus, el Schaudepot parece una vivienda.
Con una cubierta a dos aguas y muros construidos con ladrillos vitrificados rotos ¨Cconcebidos para lograr una fachada vibrante¨C, el Schaudepot est¨¢ cerca de la idea de casa que dibujar¨ªa un ni?o. Se trata sin embargo de un dep¨®sito de exposiciones, un hogar para las casi 7.000 sillas que, a lo largo de d¨¦cadas, el propio Fehlbaum ha ido atesorando y que hoy forman parte de la colecci¨®n del Vitra Design Museum. De la marqueter¨ªa al pl¨¢stico, las butacas neoplasticistas del holand¨¦s Gerrit Rietveld se exhiben junto a la propuesta psicod¨¦lica que Verner Panton ideara en 1960 y que todav¨ªa hoy fabrican all¨ª.
En el interior, la muestra se acompa?a de unas vistas sobre el almac¨¦n subterr¨¢neo y permite al visitante vislumbrar los fondos de la aparentemente infinita colecci¨®n. As¨ª, entre estanter¨ªas, es f¨¢cil hacerse una idea de los cambios sociales, tecnol¨®gicos y est¨¦ticos que las sillas son capaces de resumir.
Nacido para acoger la mayor colecci¨®n de asientos del planeta, el Schaudepot conforma, adem¨¢s, una nueva pieza en ese museo de la arquitectura de grandes proyectistas que es el Vitra Campus. Cuenten el n¨²mero de premios Pritzker que se acumulan entre la f¨¢brica de Siza, la estaci¨®n de bomberos de Hadid, el pabell¨®n de Ando, la casa prefabricada de Piano, el museo de Gehry o la et¨¦rea nave de producci¨®n de Sanaa. A ese patrimonio se suma ahora esta casa de las sillas, un fotog¨¦nico almac¨¦n de aires metaf¨ªsicos que remite a la arquitectura arquet¨ªpica de Aldo Rossi, el primer maestro de Herzog & de Meuron antes de que ellos mismos se convirtieran en imaginativos referentes mundiales y defensores de que lo sencillo hable en voz alta.
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