El Gobierno de Bahr¨¦in se blinda frente a las reformas
La monarqu¨ªa intensifica su guerra contra la oposici¨®n y acalla cualquier voz discordante
Hace cinco a?os los bahrein¨ªes salieron a la calle pidiendo reformas democr¨¢ticas. El encastillamiento de la familia real (sun¨ª) radicaliz¨® a los manifestantes, mayoritaria pero no exclusivamente chi¨ªes (dos tercios de sus 750.000 habitantes aut¨®ctonos profesan esa rama del islam). La ley marcial, el apoyo de las tropas saud¨ªes y la restricci¨®n al acceso de periodistas extranjeros han logrado que se olvide su situaci¨®n, a pesar de que las protestas contin¨²an. Tambi¨¦n la represi¨®n. En contra de sus promesas ante las cr¨ªticas internacionales, la monarqu¨ªa sigue coartando a la oposici¨®n en general y a la comunidad chi¨ª en particular. En el ¨²ltimo intento de acallar cualquier voz discordante, las autoridades retiraron el 20 de junio la nacionalidad al jeque Isa Ahmed Qasim, el m¨¢s alto dignatario chi¨ª en Bahr¨¦in, .
La medida sigue a la suspensi¨®n de Al Wefaq, el principal grupo opositor (no est¨¢n permitidos los partidos pol¨ªticos) y el cierre de sus oficinas. Dos semanas antes, un tribunal de apelaci¨®n elev¨® de cinco nueve a?os la pena de c¨¢rcel contra al jeque Ali Salman, prominente l¨ªder de la comunidad chi¨ª y secretario general de Al Wefaq. Pocos d¨ªas despu¨¦s, volv¨ªa a ser detenido Nabil Rajab, el m¨¢s conocido de los activistas de derechos humanos del reino.
El Gobierno ha dicho que act¨²a para ¡°combatir el extremismo¡ y proteger a la sociedad¡±. Acusa tanto a Qasim como a Salman de abrir el camino a la ¡°injerencia extranjera¡±, en referencia a Ir¨¢n. La monarqu¨ªa bahrein¨ª se ha alineado con su protector, Arabia Saud¨ª, en culpar a la Rep¨²blica Isl¨¢mica de todos sus males. Tanto Human Rights Watch como Amnist¨ªa Internacional han denunciado estas medidas como una ¡°guerra contra la discrepancia¡±.
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Zeid Bin Raad al Husein, ha pedido a Bahr¨¦in que ponga fin a la represi¨®n y las restricciones a la libertad de expresi¨®n. Seg¨²n su ¨²ltimo informe, el Gobierno ha retirado la nacionalidad a por lo menos 250 ciudadanos por ¡°deslealtad¡±. ¡°La represi¨®n no va a eliminar las quejas de la gente, sino a aumentarlas¡±, ha advertido.
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