Pedro S¨¢nchez puede sobrevivir

Estas sorprendentes elecciones lo son por muchas razones, y una de ellas ha sido que m¨¢s interesante a¨²n que el ganador era qui¨¦n quedaba segundo. El list¨®n de la supervivencia de Pedro S¨¢nchez, el l¨ªder del principal partido del centro izquierda en Espa?a, no estaba este domingo tanto en ganar o perder la mayor¨ªa de votos y esca?os sino en evitar o no el sorpasso, el crecimiento de Unidos-Podemos por encima de sus resultados.

Y finalmente Pedro S¨¢nchez ha resistido con honores, y lo ha hecho con casi todo en contra. El l¨ªder del PSOE no solo se ha enfrentado al enemigo exterior, un Podemos que al unirse a Izquierda Unida mientras se proclamaba socialdem¨®crata intentaba atrapar todas las etiquetas posibles del bloque de izquierdas, sino a su propio partido. Su trabajo para formar una mayor¨ªa y sobrevivir en el intento se vio contestado por los barones, que no le dieron carta blanca ni un grado de confianza suficiente para tener margen de maniobra. La sombra de Susana D¨ªaz se cerni¨® con la potencia suficiente como para poner palos en la rueda al secretario general, pero insuficiente como para desbancarle. La presidenta andaluza amag¨® sin rematar y el aire de juego sucio y fuego amigo qued¨® siempre en el aire. Barones que en sus comunidades han pactado con Podemos se alzaron contra esa posibilidad para Pedro S¨¢nchez y contagiaron una atm¨®sfera de incoherencia que ha pesado sobre el PSOE hasta el final.

S¨¢nchez, mientras, tuvo el coraje de apostar por un pacto de investidura que sab¨ªa perdido de antemano, pero necesario para poner en marcha el reloj institucional. Lo intent¨® adem¨¢s aprovechar para mostrar su programa de Gobierno en alianza con Ciudadanos. Frente a unas encuestas que parec¨ªan penalizar ese ¨®rdago que pudo ser farol, los votantes han avalado su atrevimiento y, sobre todo, han cerrado el paso a un sorpasso que finalmente dio miedo a los votantes de centroizquierda.

El PSOE se salva as¨ª, de la mano de Pedro S¨¢nchez, de una divisi¨®n y una inanici¨®n que amenazaba su supervivencia. Pero nada de esto debe borrar la urgencia de la tarea que el partido que ha aunado al centro izquierda en Espa?a en los ¨²ltimos 40 a?os tiene ante s¨ª: renovarse, definir un plan, una estrategia y programa con voz propia frente a la austeridad, frente a los populismos y xenofobia que llegan de Europa y frente a un Partido Popular que no se ve penalizado por la corrupci¨®n. El espacio pol¨ªtico existe, as¨ª se lo han dicho los ciudadanos a S¨¢nchez, y le toca ahora al PSOE ocuparlo con ideas, con planes, programas y modelos progresistas que siguen esperando a un portavoz fuerte y s¨®lido en Espa?a.