Podemos retrocede
Los resultados electorales cuestionan el liderazgo de Iglesias
El inesperado retroceso de Unidos Podemos en las urnas, cuando todos los sondeos daban por seguro el sorpasso al PSOE, ha abierto una crisis interna en Podemos. Se cuestiona la decisi¨®n de confluir con Izquierda Unida tras constatar que la coalici¨®n ha retrocedido precisamente en aquellas provincias donde IU logr¨® mejores resultados el 20-D. Lejos de aumentar los esca?os y votos logrados, su suma ha cosechado un mill¨®n de votos menos.
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Un n¨²mero importante de votantes de IU, inspirados en el escepticismo de algunos de sus l¨ªderes hist¨®ricos como Cayo Lara o Gaspar Llamazares, parecen haber dado la espalda a una coalici¨®n que percib¨ªan demasiado lejos de sus siglas y l¨ªneas pol¨ªticas. El ¡°matrimonio de conveniencia¡±, como algunos dirigentes de Podemos han calificado a la coalici¨®n, dej¨® tibios a muchos votantes.
Otro factor de retroceso habr¨ªa tenido que ver con el desconcierto y la falta de credibilidad causados por los giros e inconsistencias ideol¨®gicas que han dominado la campa?a de Podemos. A la vez que respaldaba a figuras de indudable cariz izquierdista como Julio Anguita, Diego Ca?amero y Manuel Monereo, Iglesias se presentaba como un socialdem¨®crata dispuesto a pactar con el PSOE, pretendiendo as¨ª cubrir todo el espectro de la izquierda. Y a la vez que manten¨ªa la estrategia populista que marc¨® el arranque de Podemos, apelando a la patria y al pueblo, reivindicaba el plurinacionalismo y el derecho a decidir, para as¨ª sostener su posici¨®n en Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco. Una estrategia atrapalotodo muy dif¨ªcil de mantener, que, sumada a la decepci¨®n que produjo la decisi¨®n de ni siquiera abstenerse para facilitar la investidura de Pedro S¨¢nchez, explicar¨ªa la deserci¨®n de muchos antiguos votantes socialistas.
El retroceso de Podemos deja a su l¨ªder, Pablo Iglesias, en una complicada posici¨®n. Cinco millones de votos y 71 esca?os son un magn¨ªfico resultado para una fuerza pol¨ªtica de reciente creaci¨®n. Sin embargo, la decisi¨®n de Iglesias de forzar la repetici¨®n de elecciones y concurrir en coalici¨®n con IU, se ha revelado como un gran error. El hiperliderazgo de Iglesias se ha sostenido sobre su ¨¢urea de invencibilidad. Ahora que Podemos y su l¨ªder no solo han tocado techo sino que han retrocedido, se generalizan las demandas de un cambio profundo que abra el partido al debate interno y represente mejor la pluralidad de sus votantes, simpatizantes y cuadros dirigentes.
Sin embargo, esa apertura podr¨ªa abrir la puerta a la fragmentaci¨®n de Podemos: lejos de ser un partido cohesionado, son m¨²ltiples las facciones ideol¨®gicas y territoriales que conviven dentro, muchas veces con posiciones irreconciliables entre s¨ª. La perspectiva de alcanzar el poder ha sido hasta la fecha el principal factor de cohesi¨®n de Podemos. Tras el cierre del ciclo electoral inaugurado en 2014, que ha incluido elecciones europeas, auton¨®micas, municipales y dos elecciones generales, Podemos ha quedado configurado como un gran partido de oposici¨®n, pero sin mucha capacidad de condicionar la agenda pol¨ªtica. Una estrategia, el maximalismo, que ha dado pocos resultados y que convendr¨ªa revisar.
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