La noche roquera de los Reyes
Don Felipe y do?a Letizia acudieron como unos fans m¨¢s al concierto de Rod Stewart en el Teatro Real de Madrid
El Teatro Real de Madrid se visti¨® de rock ayer por la noche para recibir a Rod Stewart, en un concierto organizado por Universal Music. Antes del inicio del espect¨¢culo, muchos famosos entre los invitados se hac¨ªan fotos ante la prensa y decenas de fans del veterano roquero aguardaban su llegada. En medio del barullo general la voz de alerta de alguien: "Ese es Felipe". Los Reyes de Espa?a acud¨ªan a la cita entre el p¨²blico y se sumaban a la larga cola para acceder a la sala. Don Felipe saludaba a todo aquel que se le acercaba y se dejaba hacer alg¨²n que otro selfie. Do?a Letizia se agarraba a su esposo en un intento de protegerse de la curiosidad. Su rastro se perdi¨® al entrar al teatro. La seguridad era tan discreta que daba la sensaci¨®n de que no estaba all¨ª.
Fue cuando sali¨® a escena Rod Stewart, y cuando los focos se pusieron en acci¨®n, cuando se descubri¨® la presencia de los Reyes en un palco del primer anfiteatro. En esta ocasi¨®n al tratarse de una actividad privada renunciaron al palco de honor y optaron por un espacio entre el p¨²blico que compartieron con otros espectadores. Esa noche el espect¨¢culo era doble para quienes se sentaban cerca de ellos: Rod Stewart en el escenario y don Felipe y do?a Letizia, en el anfiteatro.
Como la mayor parte de los espectadores, la pareja real tambi¨¦n hizo uso de su m¨®vil para recordar la noche. Do?a Letizia sac¨® su tel¨¦fono del bolso e hizo varias fotos. Don Felipe prefiri¨® grabar algunos v¨ªdeos. No se levantaron de su asiento para bailar pero siguieron el ritmo de la m¨²sica sentados en sus butacas. La Reina no cant¨® pero el Rey s¨ª lo hizo cuando el m¨²sico enton¨® el Da Ya Think I?m Sexy? y la sala se vino abajo.
Cerca de los Reyes estaban Nuria Gonz¨¢lez, esposa del empresario Fernando Fern¨¢ndez Tapias, la socialit¨¦ Cari Lapique y los hermanos Fernando, Cayetano y Eugenia Mart¨ªnez de Irujo, que no les saludaron quiz¨¢ para preservar la discreci¨®n de la cita.
Cuando el roquero, fiel a su costumbre, comenz¨® a lanzar balones desde el escenario al p¨²blico, la sala enloqueci¨®. Entonces se vio al Rey re¨ªrse ante el alboroto general. Rod Stewart se despidi¨® de Madrid tras una hora y media de concierto. La sala aplaudi¨® a rabiar y pidi¨® un extra. Al roquero le pareci¨® suficiente y se march¨®. Se oyeron gritos de protesta y pitos. En eso los Reyes fueron diferentes, recogieron sus cosas y se marcharon discretamente como llegaron, perdidos entre el p¨²blico.
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