Comadronas y m¨¦dicos obligados a entenderse

Holanda no consigue salvar el cisma que separa a comadronas y ginec¨®logos sobre el seguimiento del embarazo y el parto. Abanderadas de la gestaci¨®n como un hecho natural, nunca una enfermedad, las primeras defienden el cuidado a domicilio de la mujer, que dar¨¢ a luz en casa ¡ªcerca de un 20%¡ª si no hay complicaciones. Beatrijs Smulders, una de las matronas m¨¢s famosas y portavoz informal del colectivo, sostiene que ¡°esa es la mejor manera de que madre e hijo establezcan los necesarios lazos emocionales¡±. Nada de facultativos, anestesia epidural o calmantes.

A pesar de que la inspecci¨®n sanitaria gubernamental concluy¨® en 2012 que en un 80% de las muertes, o complicaciones graves, ¡°las comadronas mostraron insuficientes conocimientos de patolog¨ªa (en un 20% de los casos tambi¨¦n fallaron los ginec¨®logos)¡±, el Gobierno no ha criticado el nacimiento en el hogar. Tampoco la val¨ªa de las parteras tituladas. Pero est¨¢ el esc¨¢ndalo de 2004 por la elevada tasa nacional de mortandad perinatal: fallec¨ªan 10,5 de cada 1.000 beb¨¦s, la segunda peor cifra de la UE, seg¨²n el Departamento de Salud P¨²blica de la Comisi¨®n Europea; en 2010 eran nueve de cada millar, la sexta peor plaza. Y viendo que las relaciones se han estancado, el Ministerio de Sanidad les ha obligado a colaborar. El drama de Mikki, el hijo de dos periodistas, que naci¨® muerto despu¨¦s de que su madre fuera remitida tarde al especialista, a?ade urgencia a los cambios.

A partir de 2017 deber¨¢n establecer un plan conjunto con los deseos de la gestante, contactos cl¨ªnicos y expertos involucrados. Las matronas han accedido tras asegurar su cogesti¨®n del proceso. La mujer puede elegir su ruta, y no ver al m¨¦dico. O bien lo contrario: el hospital. En ambos casos, habr¨¢ un fondo com¨²n para que nadie pierda ingresos. Porque los m¨¦dicos cobran siempre la tarifa completa estipulada en cada seguro. Pero ellas ¡ªaut¨®nomas¡ª reciben 400 euros hasta la semana 29 de gestaci¨®n. Si llegan al parto, son 1.300 euros. Un factor econ¨®mico oscurecido por la defensa de la no medicalizaci¨®n del embarazo.