?Ha llegado el momento de reivindicar el 'Nu Metal' o en realidad era basura?

El 25 de julio de 1999 es recordado como el d¨ªa en que los 90 murieron. Oficialmente, a la d¨¦cada todav¨ªa le quedaban unos meses, pero la resaca de Woodstock 99, el festival que celebraba los treinta a?os del megaevento hippy por excelencia, adelant¨® su defunci¨®n. Lo que deb¨ªan ser tres d¨ªas de paz, amor y comuni¨®n de las masas sudorosas acabaron convertidos en un mar de incidentes, entre asistentes m¨¢s cercanos a una fiesta de fraternidad universitaria, una organizaci¨®n deficiente y oportunista y, lo que es peor, altercados violentos que incluyeron cuatro casos de violaci¨®n denunciados. El Woodstock de los 90 termin¨® siendo el Altamont ¡ªel festival de 1969 que se sald¨® con tres muertos¡ª de la generaci¨®n Napster.

Pero la d¨¦cada no fue lo ¨²nico que agoniz¨® ese d¨ªa. El nu metal, esa etiqueta el¨¢stica que pod¨ªa englobar a casi cualquier grupo que mezclase riffs pesados con elementos de rap o electr¨®nica, comenz¨® ah¨ª su descenso de popularidad. Precisamente, las actuaciones de Limp Bizkit y Korn, dos de las bandas emblema del g¨¦nero, coincidieron con las oleadas de incidentes. La etiqueta y las formaciones que la sufrieron ?¡ªcomo suele suceder, ninguna se sent¨ªa identificada con ella¡ª todav¨ªa vivi¨® unos a?os de cr¨¦dito comercial, pero su llama se fue apagando. Por muchos millones de discos que vendiese Linkin Park, a principios de los 2000 el nu metal ya se hab¨ªa convertido en una palabra casi despectiva. Un poco como el AOR (Adult Oriented Rock) setentero, pero vestido con pantalones anchos, zapatillas y gorra. Si alguien lo escuch¨® en su momento, ya no lo reconoc¨ªa, o lo hac¨ªa con la boca peque?a. Ya se sabe: ¨¦ramos j¨®venes e inexpertos.

Una cuenta atr¨¢s, vinculada con el nombre de Rage Against the Machine, parec¨ªa anticipar el regreso de los precursores involuntarios del g¨¦nero. Finalmente no fue tal, sino el nacimiento de Prophets of Rage, banda creada por la formaci¨®n angelina excepto su cantante, Zack de la Rocha, sustituido aqu¨ª por dos cl¨¢sicos del rap como Chuck D (Public Enemy) y B-Real (Cypress Hill). En cualquier caso, el mensaje estaba claro: despu¨¦s de dos d¨¦cadas, el mundo (o, al menos, parte de ¨¦l) est¨¢ dispuesto a olvidar desastres est¨¦ticos del pasado. La nostalgia y el tiempo, capaz de borrar el prejuicio m¨¢s arraigado, nos traen de vuelta las guitarras duras montadas sobre programaciones y cabalgadas por conatos de rap. Incluso bandas j¨®venes, como My Ticket Home o Islander, parecen adoptar sin complejos el sonido de Deftones o Linkin Park. La cuarentena ha terminado.

YO SOY MI CAMISETA

Guillermo Arenas

Deftones: Esta camiseta no es como las de los dem¨¢s grupos de metal. Es mucho m¨¢s avanzada que eso.

Limp Bizkit: Da igual si es bonita u horrible. Total, va a acabar manchada de sudor y cerveza. Y con agujeros.

RATM: La est¨¦tica por la est¨¦tica es superficial. Tu camiseta puede ser chula, pero ser¨¢ cr¨ªtica o no ser¨¢.

Linkin Park: Podr¨ªa ser de una marca de ropa skater. ?Que no tiene personalidad? Vale, pero, ?y lo que mola el logo?

Korn: La vida es oscura y est¨¢ llena de sufrimiento, as¨ª que no me digas que mi camiseta es deprimente.

Al advenimiento de Prophets of Rage le podr¨ªa suceder en los pr¨®ximos meses el regreso discogr¨¢fico de una de la bandas m¨¢s denostadas de la historia del rock. En 2012, Limp Bizkit tocaron su primer concierto en 11 a?os, y desde entonces preparan su nuevo disco. Despu¨¦s de aliarse con una estrella en declive del rap como Lil Wayne, han encadenado una gira con otra, tocando incluso en el "crucero-rock" ShipRocked. Otras formaciones, como Korn, nunca desaparecieron, editando discos de manera regular desde los 90, e incluso rescatando su gira Family Values, evento destinado a unir a formaciones de metal y rap, ahora reconvertido en festival de un d¨ªa. Despu¨¦s de ser uno de los grupos m¨¢s vendedores del comienzo de siglo, Linkin Park han continuado publicando ¨¢lbumes (con ventas m¨¢s discretas, eso s¨ª) y otros como Deftones, quiz¨¢s la formaci¨®n con m¨¢s cr¨¦dito entre la prensa de su generaci¨®n, han experimentado con otros estilos hasta llegar al reciente Gore.

El nu metal, en efecto, nunca lleg¨® a irse del todo, aunque muchos quisieran olvidar su existencia. Ahora queda por comprobar si, en una era en la que todo es reivindicable una vez que pasa el tiempo adecuado, nos pueden convencer que aquel h¨ªbrido tardoadolescente en realidad no era tan malo.