Un PSOE responsable
Los socialistas tienen que definir un camino para evitar nuevas elecciones
Aunque solo dispone de 85 diputados, el Partido Socialista sigue siendo la segunda fuerza de este pa¨ªs. Vistos los resultados electorales, es l¨®gico que haya decidido pasar a la oposici¨®n. Una vez all¨ª puede, con una gesti¨®n responsable, hacerse valer como la ¨²nica alternativa al PP y comenzar as¨ª a recuperar el favor de los votantes.
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Sin poder formar un Gobierno alternativo al PP, tiene sentido no impedir el gobierno de la fuerza m¨¢s votada. Por ello, de la reuni¨®n del comit¨¦ federal de hoy deber¨ªa salir el mensaje de que los socialistas est¨¢n dispuestos a terminar con siete meses de par¨¢lisis pol¨ªtica, un objetivo dif¨ªcil de alcanzar si se bloquea cualquier Ejecutivo encabezado por Mariano Rajoy.
No todo depende del PSOE. En rigor, el PP puede gobernar sin necesidad de que los socialistas le ayuden en la votaci¨®n de investidura. Lo ideal es que el PP llegara a ella habiendo armado un pacto m¨¢s coherente ideol¨®gicamente, con Ciudadanos como base principal, m¨¢s los apoyos posibles de otros peque?os partidos. O asegurarse, por lo menos, de que el candidato popular es capaz de alcanzar la mayor¨ªa relativa en la segunda votaci¨®n de investidura, es decir, que no recibir¨¢ m¨¢s votos en contra que a favor.
Pero lograr tales objetivos es problem¨¢tico si al PP no le queda mejor carta que la abstenci¨®n de los dem¨¢s. Entonces, la respuesta deber¨ªa articularse en funci¨®n de los intereses generales. No es preciso implicarse en coalici¨®n alguna con el adversario pol¨ªtico, ni votar a su favor, sino abstenerse para permitirle la formaci¨®n de Gobierno a los solos efectos de facilitar el comienzo de la legislatura y alejar el fantasma de unas terceras elecciones que nadie quiere. Esto no es exigible solamente al PSOE, pero sin su iniciativa es muy probable que la operaci¨®n fracase.
Eso es lo que le reclamamos: iniciativa, sacar rendimiento de esa abstenci¨®n, negociar con el PP desde una posici¨®n de fuerza, explicarles a los ciudadanos por qu¨¦ se hace, en qu¨¦ condiciones, con qu¨¦ ventajas. Eso es lo que le reclamamos: salir de la indefinici¨®n, del silencio, del tacticismo mediocre y ense?ar las cartas, con claridad, con confianza en el proyecto propio, en la contribuci¨®n que se puede hacer a la sociedad y en el futuro del partido.
Es verdad que dar v¨ªa libre al Gobierno de Rajoy no es la ¨²nica opci¨®n con la que cuenta S¨¢nchez: tambi¨¦n puede jugar a que el candidato del PP se estrelle en la investidura, lo que le obligar¨ªa a presentarse ¨¦l mismo. Pero esa opci¨®n es casi inveros¨ªmil tras el fracaso cosechado cuando trat¨® de ser investido en marzo, momento en el que contaba con algo m¨¢s de fuerza que ahora.
M¨¢s all¨¢ de las diferentes opciones que pueda barajar el PSOE, lo que es dif¨ªcilmente defendible es el silencio de Pedro S¨¢nchez desde la noche electoral. Renunciar a dar explicaciones sobre la estrategia que planea seguir y delegar en otros la toma de posici¨®n en un asunto tan crucial es una actitud impropia del l¨ªder de la segunda fuerza. Lo que S¨¢nchez y sus colaboradores no pueden hacer es decidir sobre el futuro de Espa?a pensando en el pr¨®ximo congreso del PSOE, la posici¨®n personal del l¨ªder o su eventual sucesi¨®n, porque eso es irrelevante para la ciudadan¨ªa. Decidido un camino, al secretario general le corresponde ponerse al frente, si es que se siente identificado con ese camino y capaz de emprenderlo. No es m¨¢s confusi¨®n lo que necesitan los votantes socialistas, sino liderazgo, visi¨®n y claridad en los planteamientos.
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